El bien y el mal. Sheij Ahmed Bermejo

Hoy volvemos a ponernos un poco “técnicos” para tratar de aclarar un aspecto que tiene gran importancia en nuestra creencia, en la creencia de Ahlu sunna wal yama’ah. Es un aspecto que nos atañe a todos y que debemos conocer, pues el no hacerlo nos puede conducir a tener una creencia incorrecta y a tener mala opinión y malos pensamientos respecto a Allah.

De lo que vamos a hablar hoy es del bien y del mal, o mejor dicho, de lo que en árabe se llama “As Salah wal Aslah”, que es un dogma de la creencia del mu’tazilismo que estipula que Allah hace siempre lo que es mejor para el siervo, y que tiene la imposición de continuar haciendo lo mejor para los siervos creyentes. Este es un pensamiento muy propio de la antigua filosofía griega, especialmente de Platón y su teoría de las ideas, lo cual no nos debe extrañar ya que el mu’tazilismo, es una consecuencia del encuentro de la civilización islámica con la filosofía Griega.

Ahora bien, para tratar el asunto que hoy tenemos entre manos, es fundamental que sepamos lo que es el bien y lo que es mal, qué es realmente el bien y qué es realmente el mal. ¿Es el bien ontológico? ¿Es el bien deontológico? ¿Son el bien y el mal absolutos? ¿Es Allah bueno en sí mismo? ¿Es Allah malo? Y las cosas, ¿son buenas por sí mismas, por una cualidad que poseen, o no lo son?

Lo que nosotros creemos es que Allah es el que determina que las cosas sean buenas o malas; el bien absoluto en sí, por una cualidad que posee, no existe, sino que es Allah, con Su libre Voluntad, Conocimiento y Poder, el que lo ha determinado. ¿Y cómo accedemos a ese conocimiento? Lo hacemos a través de las Escrituras, los Libros Revelados, lo que en árabe se llama an-naql. Por consiguiente no es nuestro intelecto, ni nuestras costumbres, ni nuestra propia percepción lo que nos llevan a determinar si algo es bueno o malo, sino que ese conocimiento lo encontramos en las Escrituras.

Pero para comprender esto, hay cuatro puntos de los que debemos hablar:

  1. Que el bien para una persona es aquello que a él le parece bien y no implica mal ni dolor, ni en el presente ni en el futuro. Y el mal es aquello que tiene algún tipo de dolor, ya sea en el presente o en el futuro. Y cuando hablamos de “dolor” nos referimos a algo que pueda afectar al intelecto o a algún otro de los sentidos. Un ejemplo de esto es la comida, una comida buena en su medida adecuada, es la que no te hace daño y una comida mala es la que produce algún tipo de mal.
  2. El segundo aspecto es que, de los asuntos de este mundo, de Dunia, no podemos decir que algo sea del todo bueno si usamos el significado anterior; es decir, que sea bueno en todos sus aspectos y formas, ya que todo lo bueno puede tener un lado oscuro, del mismo modo que no hay nada malo que sea malo del todo; y lo que se hace en estos casos es dar el juicio de bueno o malo a lo que tenga mayor proporción. En cambio, en los asuntos del Din sí que encontramos aspectos que son un bien completo, es decir que de ellos se obtiene un bien en el presente y en el futuro, y con futuro nos referimos tanto al futuro en esta vida como al futuro en la Próxima. Por ejemplo, el caso de la persona a la que Allah le ha dado conocimiento de Él, y con ello se tranquiliza, obtiene un bien inmediato y obtiene también un bien en el futuro. Y por eso el Mensajero de Allah, salla allahu alaihi wa sallam, dijo en un hadiz que es una maravilla para nosotros: “La Dunia es maldita y también todo lo que hay en ella, excepto el dhikr de Allah y lo que de ello se obtiene, y un hombre de conocimiento y alguien que lo aprende, que aprende el conocimiento”. ¿Por qué? Porque estos tres, el que recuerda a Allah, la persona de conocimiento y el que está buscando el conocimiento, obtienen placer y deleite inmediato y también lo obtendrán por ello en el futuro.
  3. El tercer aspecto es que el ser humano no tiene la capacidad de abarcar o comprender el conocimiento completo de lo que puede afectar a una persona, porque no tiene el conocimiento del presente, del futuro, de lo interno y de lo externo; tanto para el bien como para el mal. Ya que tanto el bien como el mal tienen muchas facetas que desconocemos.
  4. Y el cuarto aspecto es que lo que es bueno para una persona, puede no serlo para otra; y al contrario ocurre lo mismo: lo que es malo para una persona, puede no serlo para otra; es decir, que el bien y el mal son relativos y nunca podemos declarar y afirmar que sean absolutos. Y esto es conocido como el relativismo ético.

Teniendo en cuenta estos cuatro aspectos, es muy complicado para nosotros decir qué es bueno o qué es malo. Y esto a no ser que tengamos ¿qué? Que tengamos la revelación que nos aclare si es bueno o es malo, ya que como dice Allah: “Puede que os disguste algo que sea un bien para vosotros y que améis algo que sea un mal. Allah sabe y vosotros no sabéis”.

Creo que todos conocemos la historia de Sayyiduna Musa con el Jadir (y el que no la conozca puede leerla en el Corán, o en su traducción, está relatada hacia el final de la Sura de la Caverna), en la que Al-Jadir realiza una serie de acciones que externa e inmediatamente parecen un mal, pero que interna y posteriormente son un bien.

Por esto es por lo que los creyentes tenemos buena opinión de Allah, ya que somos capaces de, en todo lo que nos sucede, ver un bien que proviene de Allah, conozcamos o desconozcamos el secreto de dicho bien. Y a esto hacen referencias las palabras del Mensajero Muhammad, salla allahu alaihi wa sallam, cuando dijo: “Lo asombroso del creyente es que todo lo que le sucede es bueno, y esto ocurre únicamente con el creyente. Si le sucede un bien, es agradecido y eso es de beneficio para él, y si le acontece un mal, tiene paciencia y eso es mejor para él”.

Pero claro, todo esto, que es cierto, este tener buena opinión de Allah y ser capaces de en todo lo que nos ocurre ver algún bien, no puede llevarnos al extremo de creer, como hacen los mu’tazilitas, que Allah está obligado a hacer lo que es bueno, o lo que es lo mejor para el siervo. Pues esta opinión tiene críticas que la hacen inconcebible como vamos a ver a continuación:

Lo primero, es que si alguien dice que Allah está obligado a hacer el bien, hay que preguntarse ¿quién es el que le obliga? Si Allah dice en Su Libro: “El juicio sólo pertenece a Allah”. Es decir que Allah es el que juzga, Él es el que impone o prohíbe y a Él nadie le puede imponer o prohibir nada.

Lo segundo es que hay aspectos en los que no es posible, no hay opción que contenga el bien, como por ejemplo cuando Allah crea a una persona incrédula, pobre, enferma, despreciable; está siendo castigada en esta vida y también será castigado en la Próxima Vida. O como las enfermedades que afectan a los niños que les llevan a la muerte; ¿qué bien puede haber en ese niño?

Este segundo punto, que va unido también al primero, es muy interesante, porque lo que con ello hacemos es responder a la pregunta de por qué Allah ha hecho esto, por qué Allah crea guerras, por qué crea desastres naturales, por qué hace que una persona sea pobre y otra tenga riqueza, por qué si yo hago esto y lo otro, me levanto todos los días a Faŷr, no paro de hacer dhikr, hago el bien, doy sadaqa, trato bien a los demás, Allah me hace pasar tantas dificultades. La respuesta es muy sencilla, porque Allah hace lo que quiere, no lo que tú quieres, no; Allah hace lo que Él quiere. Allah no es un Dios de diseño que hace lo que nosotros queremos o a nosotros nos conviene, es un Dios que hace lo que Él quiere.

Y el tercer punto es que si vemos un asunto que no tiene nada de bien para el siervo y nosotros creemos que Allah está obligado a hacer el bien hacia sus siervos, qué significa entonces si Allah no lo hace. ¿Que Allah ha dejado de cumplir lo que tenía que cumplir? ¿Y qué ocurre cuando alguien que está obligado a hacer algo no lo hace, qué consecuencias o repercusiones tiene?.

Es por todo esto por lo que Ahlu Sunna wal Yama’ah no están de acuerdo con la afirmación de los mu’tazilas que declaran que Allah está obligado a hacer el bien; nosotros lo que hacemos es tener buena opinión de Allah, y no preguntar ni cuestionarnos por qué Allah ha hecho una cosa u otra, ya que eso no es nuestro asunto. Dice Allah en Su Libro: “A Él (a Allah) no se le pedirán explicaciones de lo que hace”.

Y este asunto en concreto es lo que hace que el gran Imam de los Asha’irah, Abul Hasan Al-Ash’ari, se separe de su maestro Al Yubbai, el gran Sheij del mu’tazilismo. Es una historia muy bonita y conocida, en la que Al Yubbai estaba enseñando este asunto del bien y del mal, y entonces Al-Ash’ari (que hasta ese momento pertenecía al mu’tazilismo), lleno de cortesía y respeto le dice:

“Maestro, te voy a hacer una serie de preguntas: ¿Qué me dices del caso de tres hermanos, uno de ellos muere adulto habiendo obedecido a Allah, otro muere adulto habiendo desobedecido a Allah, y el otro muere siendo un niño, al que aún no se le juzga ni se tienen en cuenta sus acciones?” El maestro, al Yubbai, dijo: “El primero (el que murió en obediencia) será recompensado con el Jardín pues cumplió con aquello que su Señor le había ordenado; el segundo (el que murió en desobediencia) será castigado con el Fuego pues no fue capaz de cumplir con lo que su Señor le había ordenado, y el tercero no será ni castigado ni recompensado, pues no tuvo tiempo ni oportunidad de obedecer o desobedecer a su Señor”. (Este también es un pensamiento mu’tazila: está el Jardín y el Fuego, y hay una morada entre ambas, a la que por ejemplo van los niños y otras categorías de las que hablaremos en otra ocasión).

Y el Imam Al-Ash’ari le dice: “Vale, de acuerdo, pero si el tercero (el niño) le dice: “Oh señor, ¿por qué no me has hecho crecer para que así te obedeciera y pudiera entrar en el Jardín. ¿Qué diría a esto el Señor (Allah)?”Al Yubbai dijo: “El Señor diría: “Yo sabía que si hubieras crecido, me habrías desobedecido y por ello habrías tenido que ir al Fuego; así que lo mejor para ti (al-aslah) es que murieras pequeño, por eso así lo he decretado”. “Muy bien, dice Al-Ash’ari, pero si el segundo (el incrédulo que ha muerto en la desobediencia) dijera: “Oh Señor ¿por qué no me hiciste morir pequeño para así no entrar en el Fuego? ¿Qué diría a esto el Señor (Allah)?” Y el Yubbai se quedó con la boca abierta, sin poder responder, ya que si Allah hubiera hecho lo mejor para el siervo, que es a lo que estaba obligado según su doctrina, no habría dejado que creciera”.

Y de esta manera tan sencilla pero maravillosa, el gran Imam Abul Hasan Al-Ash’ari, desmontó por completo la teoría del mu’tazilismo, del “Dios de diseño” en el que Allah hace lo que es conveniente para mi, lo que yo creo y percibo que es lo mejor. Pero no, Allah es el que si quiere que algo sea le dice Es, y ocurre tal y como Él ha querido, tal y como Él ha establecido.

Oh Allah te pedimos que nos des comprensión y conocimiento, que nos hagas aceptar Tu Decreto y que nos hagas tener buena opinión de Ti. Amín.

Sheij Ahmed Bermejo
http://ahmedbermejo.com