El título de la charla de hoy, de la conferencia de hoy, es la función del tasawwuf, del sufismo, como protector de la sociedad contra el extremismo.
Comenzaré hablando sobre qué es el extremismo, lo cual significa ‘llevar algo a su límite, a su extremo, o el hecho de que algo sea extremo, o abogar por medidas o tener opiniones que son extremas’. En la actualidad, la palabra “extremismo” en los medios de comunicación se usa especialmente en el sentido religioso, y sobre todo referido a la religión musulmana. Obviamente tiene un carácter negativo y peyorativo, y se usa para contrastarlo con lo que sería el Islam moderado. También tiene otros nombres, como radicalismo, fundamentalismo, reaccionarismo o fanatismo. Una de las características -yo me estoy basando ahora en cómo se muestra en los medios de comunicación de masas, no en cómo es en la realidad- es que abogaría por el uso de prácticas violentas para poder cumplir y realizar sus objetivos y metas. Hay quien lo llama “yihadismo”, lo cual es el mismo problema de siempre: el cómo se usan las palabras. En el Islam tradicional, cuando se estudia el Fiqh, uno de los capítulos, generalmente cuando se acaban las ‘ibadat, es el capítulo sobre el yihad.
El yihad tiene sus reglas y sus normas, establecidas por el libro de Allah, subhanahu wa ta’ala, y la sunna de su Mensajero, SAWS, y expuestas, analizadas y expandidas e interpretadas por los ‘ulema de las cuatro escuelas jurídicas reconocidas universalmente en el Islam de Ahl as-Sunna wa al-Yama’a, que en algunos medios académicos les gusta llamar “Islam ortodoxo”. El yihad, tal y como se explica en su modo tradicional, no tiene nada que ver con las tácticas y los medios que estos grupos, denominados por los medios de comunicación yihadistas, llevan a cabo. Por lo tanto, el nombre yihadista no es correcto, como tampoco es correcto decir terrorismo islámico.
Esto es lo que los medios de comunicación y muchos medios académicos muestran sobre, o es el fruto de su análisis y de su exposición de de lo que es, este Islam extremista. La realidad es que tenemos, primero, que establecer cuál es el centro para saber cuál es el extremo, porque el extremismo puede ser una cuestión relativa, según donde uno esté situado. Entonces vamos a determinar dónde está el centro, y vamos a hacerlo fundándonos en lo que dice Allah, subhanahu wa ta ‘ala, y lo que dice el Profeta, SAWS. Allah, subhanahu wa ta ‘ala, dice: “De este modo hemos hecho de vosotros una comunidad de en medio, para que dierais testimonio de la gente y para que el Mensajero lo diera de vosotros”. El Profeta dice: “Una comunidad de en medio”, en el sentido de que es justa. Una de las maneras de simbolizar la justicia es la balanza, que está perfectamente equilibrada.
Esto tomadlo en cuenta por ahora, porque voy a añadir algo más que dice Allah, subhanahu wa ta ‘ala: “Sois la mejor comunidad que ha surgido en la humanidad, ordenáis lo reconocido, impedís lo reprobable y creéis en Allah”. Allah, subhanahu wa ta ‘ala, define a esta comunidad, la de los musulmanes, como la mejor comunidad que ha surgido en la humanidad. Y el Profeta, para terminar -podría ilustrarlo con más ejemplos-, dijo: “La mejor comunidad es mi generación, después la que le sigue y después las que les siguen”. Aquí, el Profeta, SAWS, establece el paradigma y el ejemplo a seguir. Por lo tanto, a los ojos de Allah, somos la comunidad de en medio, la comunidad justa, la mejor comunidad jamás aparecida en la humanidad, y tenemos el paradigma de la mejor comunidad que existe. He dicho antes: “Tomen en consideración lo que he dicho”, y lo he dicho para contrarrestar esa opinión que existe en los medios de comunicación y en el aire de que los musulmanes somos terroristas. Ni siquiera somos una minoría, no somos una comunidad más, un grupo religioso más, somos la mejor comunidad que jamás Allah ha hecho aparecer en la humanidad. En nosotros, Allah ha puesto el equilibrio, porque ordenamos lo que es correcto, prohibimos lo que es incorrecto y creemos en Él.
Cuando olvidamos esto, nos sentimos acomplejados por los dedos que nos señalan con culpabilidad, y el resultado es lo que dijo Emir Malik, el bloqueo; pero cuando se sabe la realidad de la naturaleza de lo que es la Ummah del Islam, sabemos que no es así y que somos, debemos de ser, tenemos que ser, el modelo a seguir. Ningún acto de terror como los que vemos constantemente, casi a diario, puede emerger de una comunidad que es la mejor y es justa. Realmente, todo lo que está ocurriendo no tiene nada que ver con los musulmanes, excepto en el detalle de que las principales víctimas somos nosotros, porque cuando mueren víctimas en estos ataques, todo el mundo está de luto, condena el acto y reza por dichas víctimas; acto seguido se giran, miran hacia nosotros y fruncen el ceño, y nosotros cargamos con la culpa. No tiene nada que ver con nosotros, esto es el resultado de un proceso histórico y puede ser definido con el famoso dicho que se dice en español, y también en francés, de “quien siembra vientos recoge tempestades”, y no tiene nada que ver con nosotros.
Vayamos a nuestro tema. Existen dos tipos de extremismo, y voy a enunciarlos, voy a hacer un esfuerzo personal, y voy a intentar utilizar un término lo más preciso posible, para evitar caer en las terminologías que vienen en los medios de comunicación y algunos medios académicos, que son bastante imprecisas y crean bastante confusión. Hay dos tipos de extremismo, y voy a abundar en el primero de ellos, pero voy a mencionar ambos. El primero lo califico de neo-jariyismo, neo, en el sentido de que es nuevo, y jariyismo porque los presupuestos ideológicos, y los principios y objetivos, son idénticos al jariyismo histórico. Y el segundo lo califico de neo-mu’tazilismo, porque se asemeja muchísimo a la metodología súper racional utilizada por el mu’tazilismo histórico. El hablar de estos dos grupos, de sus raíces históricas, de su desarrollo y actual forma de manifestación nos llevaría, como mínimo, otra conferencia, así que me voy a concentrar y voy a hablar del grupo neo-jariyí, el cual se caracteriza por su violencia, dureza, rudeza, rigor, inclemencia, crueldad, intolerancia, insensibilidad y severidad. Ese es el que está dando caña.
Para ello, vamos a hablar de la siguiente parte del título de la conferencia, que es el tasawwuf. El tassawwuf lo voy a definir de una manera muy sucinta, porque muchos de vosotros lo conocéis. El sufismo es una de las ciencias derivadas del Corán y de la Sunnah, por el cual se adquiere el conocimiento de cómo purificar el corazón y cómo perfeccionar el carácter y la conducta a fin de poder adorar a Allah como si se le viese. Nótese que digo al principio “una de las ciencias derivadas del Corán y de la Sunnah”, no una de las corrientes islámicas. Otro de los problemas que existe en los medios de comunicación es que dicen que está el Islam sunita, el Islam chiita, el Islam sufí… como si éste fuera una modalidad más. El Islam, el núcleo del Islam, es el tasawwuf. Si no hay tasawwuf, ese Islam está defectuoso, porque el Din está basado en tres pilares: Islam, Imán e Ihsán, y si no tienes el Ihsán, cuya ciencia es el tasawwuf, no tienes el Din, el Din está defectuoso. Podríamos extendernos en las razones de por qué el tasawwuf, que ha sido siempre el elemento esencial en la enseñanza del Din, hoy por hoy, cuando preguntas a mucha gente, a muchos musulmanes, especialmente en Europa, especialmente emigrantes de países árabes, especialmente marroquíes, te dicen: “El tasawwuf, bid’a”. Podríamos adentrarnos en qué es lo que ha llevado a esta situación, pero esto necesitaría otra conferencia.
Vamos a hablar de qué caracteriza al tasawwuf para que proteja a la sociedad del extremismo. He identificado seis puntos. No creo que podamos tocar todos en detalle, pero voy a intentarlo:
- La ‘aqida es correcta. Como ejemplo de ‘aqida correcta tenemos la ‘aqida ashari, porque la ‘aqida ashari está equilibrada entre el elemento de aferrarse a la transmisión textual de la Revelación y el elemento racional. No es extremadamente literal a expensas de lo racional, ni extremadamente racional a expensas de lo literal.
Voy a dar un ejemplo, pero no un ejemplo de ello, sino un ejemplo donde la educación que no está basada en esta ‘aqida nos lleva directamente a problemas. La educación, o la metodología, importada, que ha llegado, y que está establecida en muchos centros de enseñanza y que no se ciñe al método y a las enseñanzas de la escuela ashari hace lo siguiente: divide el tawhid en tres partes: tawhid al-u’luhiya (tawhid de la divinidad), tawhid ar-rububiyah (tawhid del señorío) y tawhid al-asma wa as-sifat (tawhid de los nombres y atributos). De este último no vamos a hablar, porque no presenta ningún problema, el que presenta un problema muy grave es el que divide el tawhid en divinidad y señorío.
Voy a intentar explicarlo de una manera que lo entendáis, porque es complejo, es teología. Lo que dice es que hay gente que dice que Ar-Rab (el Señor), es Uno, el Señor de los mundos; pero en su práctica adoran a más de un ilah, que no hacen tawhid al-u’luhiyah, tawhid de la divinidad. Ellos dicen que hay un solo dios, que hay un solo creador del universo, diciendo la ilaha ila Allah, y por supuesto, Muhámmad rasulullah, pero esta definición dice que tienen, en su práctica, que adorar a un solo dios y creer que hay un solo dios, o sea, que su objeto de adoración sea uno. De ahí se deriva que aquellas personas que -no me voy a meter mucho en este tema- hacen istigaza o tawassul (pedir a Allah, subhanahu wa ta ‘ala, por el rango de Su Profeta, SAWS, o el rango de un wali), según esta definición de ‘aqida, son mushrikín. Por lo tanto, todo lo que esté asociado con un gran amor al Profeta, SAWS, o un alto grado de respeto y veneración por los awliya de Allah en sus tumbas es contemplado como un acto de kufr, de no creencia, de shirk. Estos tipos de actos eran el pan nuestro de cada día en las comunidades musulmanas durante toda la historia del Islam. Por lo tanto, esta gente que adopta este tipo de ‘aqida considera a gran parte de los musulmanes apóstatas, kuffar, y se quedan tan tranquilos. Nótese la similitud, el paralelismo, con el chiísmo imami, que declara a la mayor parte de los Sahaba kufar; que dice que Sayyiduna Abu Bakr, RA; Sayyiduna ‘Uzman, RA, y todos los que les dieron el bayaa fueron kuffar. Se salvan sólo trece Sahaba, o nueve según otras interpretaciones. Estos otros, los jawariy, declaran a Sayyiduna Ali, a todo el mundo, kafir; sólo ellos son musulmanes. Es la misma metodología desde los dos puntos de vista. Ahora vamos a hacer un salto muy rápido y volvemos.
En Siria, ¿quién está luchando? Unos y otros. Los chiitas extremos y los neo-jariyís, y nosotros, en medio, tragándonos todas las bombas. Vamos a dejar esto para ver cómo una cosa que ocurrió hace 1300 años está ocurriendo ahora mismo, el mismo perfil psicológico. Esta ha sido una salida del tema de las que a mí me gusta hacer. Una de las características del tasawwuf es que enseña la ‘aqida correcta, la ‘aqida ashari.
- Enseña el fiqh al madhabi. No vas a encontrar, o apenas, a gente que sean sufís que digan que todos los madhabs están todos equivocados, que es Kitab wa Sunna, porque quien dice Kitab wa Sunna realmente dice “su interpretación” de Kitab wa Sunna. Nosotros decimos: “No gracias, nos quedamos con la de Málik, o la de Abu Hanifa, o la de Safi’…). El fiqh madhabi, el fiqh correcto basado en el conocimiento de estos genios del Islam reconocidos por el consenso de toda la Ummah, es el intento de la interpretación más cercana y fidedigna al del libro de Allah y la sunna de su Profeta, mientras que el no ceñirse a ellos nos lleva a gente que interpreta el Corán y la Sunna en base a sus propios bajos deseos -léase todas las atrocidades que según ellos son posible realizar, todas las maneras, colores y sabores de asesinar-. Este es el resultado de no seguir a la gente de conocimiento. “Preguntad a la gente de conocimiento si no sabéis”.
- Todos los sufís practican el dhikr. Se caracterizan por formar los círculos de dhikr. El dhikr es lo que cura el corazón de sus enfermedades, enfermedades cuyo resultado extremo es el odio a todo. Ello está basado en las palabras de Allah: “Recordadme, y os recordaré”, “Los que recuerdan a Allah de pie, sentados y sobre sus costados”, “Los que creen y cuyos corazones se tranquilizan con el recuerdo de Allah, pues, ¿no es acaso con el recuerdo de Allah con lo que los corazones se tranquilizan?”, “A los que recuerdan mucho a Allah y a las que le recuerdan, Allah les ha preparado perdón y una recompensa inmensa”. El dhikr es lo que disuelve y elimina del corazón y del comportamiento la rigidez, la intransigencia, la intolerancia, el fanatismo y el odio. Esto es parte del resultado de la enseñanza del tasawwuf. Gracias a ello el corazón de la gente de tasawwuf no está enfermo, y el corazón de los que no siguen esta metodología, por consiguiente, está enfermo.
- Alabanzas al Mensajero de Allah e inmersión en el estudio de su vida, la sira del Profeta, SAWS. Y el Profeta, SAWS, es la personificación de la misericordia. Por eso, en todos los círculos de tasawwuf la lectura de la vida del Mensajero, SAWS, es fundamental, igual que la alabanza abundante del al Profeta, SAWS. Y por eso mismo verán que en los círculos de tasawwuf la lectura del ‘Dala’il jairat’ es fundamental; el estudio del ‘Shifa’ de Qadi Iyad no es un acto académico, es espiritual, y forma parte de la enseñanza de la gente de tasawwuf. El Profeta, SAWS, es definido por Allah: “Le apena que sufráis, se preocupa por vosotros”. Esta es la nobleza de carácter de la que la gente que estudia la vida del Profeta, SAWS, que ama al Profeta, se impregna. Le apena el sufrimiento de los musulmanes y se apena por ello y, por extensión, del resto de la humanidad. Ello nos lleva al siguiente punto.
- Respeto y veneración a los awliya de Allah, porque ellos son el ejemplo de los que han seguido el ejemplo. Ellos son la prueba de que no es una cuestión teórica, sino que el ser humano puede llegar a ese punto. El ejemplo del Profeta, SAWS, no es una cuestión teórica. Por supuesto, nadie puede llegar a su nivel, pero el seguirle hace que el ser humano llegue a sus máximas capacidades a lo largo de su vida y a ser ese ejemplo a seguir. Acuérdense del dicho del Profeta, SAWS: “He declarado la guerra contra aquel que ataque a uno de mis amigos”. Dijo también: “La manera más excelente que mi siervo tiene de acercarse a mi es cumplir las obligaciones que yo le he encargado”. Y también: “Mi siervo se sigue acercando a mí a través de obras meritorias hasta que yo lo amo, y cuando yo lo amo, yo soy su oído a través del cual oye, su vista a través de la cual percibe, su lengua con la que habla, su mano con la que agarra o atrapa, su pie con el que camina y, si me solicita, yo le concedo sin duda lo que me pide, y si busca refugio en mí, yo le garantizaré sin duda mi protección”. Estos son los awliya de Allah, a los que nosotros respetamos, y para nosotros es un honor acercarse a los lugares en los que descansan, inspirarnos en sus vidas, pedir a Allah por ellos -y eso es lo que sistemáticamente destruye este grupo llamado neo-jarayís-, porque ellos son la extensión de la misericordia de Allah. Sus tumbas lo simbolizan, y ellos no quieren que nadie se inspire en ellos. Van Esa gente va en contra del Corán, porque Allah dice: “Sigue el camino de los que se han vuelto a Mí”, y en con eso, cuando leemos sobre la vida de los grandes awliya, estudiamos sus libros, seguimos sus turuq, estamos actuando de acuerdo a la orden Allah. Este es el quinto punto.
- Desbordamiento de este amor: Da’wah a Allah. Allah dice: “Llama al camino de tu Señor por medio de la sabiduría y la exhortación”; también: “… y qué mejor palabra que la de aquel que llama a los demás a Allah, obra con rectitud y dice: ‘Yo soy de los musulmanes’”. Esta es otra característica que se encuentra en la gente de tasawwuf, su expansión, y que allá donde han ido han llamado a la gente a Allah.
Estos seis puntos, que podrían ser más, constituyen la naturaleza de este tipo de enseñanza, la enseñanza que protege a la gente, a la sociedad, de caer en el extremismo. El Rey de Marruecos, su Alteza Mohamed VI, que Allah lo proteja, y su padre antes que él, Hassan II, que Allah tenga misericordia de él, han estado continuamente promoviendo esta metodología, y es lo que ha salvado a Marruecos de caer en las fauces de esta abominación. El resto de países debería seguir el ejemplo de Marruecos si quieren realmente salvar a los musulmanes de su sociedad de las fauces de esta abominación. La pregunta que queda es si realmente quieren, porque si esto es lo que protege a la sociedad del extremismo, su consecuencia es su desborde, el descubrimiento de lo que es el Islam. ¿Es esto realmente lo que quieren o lo que quieren es que la sociedad tenga ese temor al Islam? Si es esto último, tienen en nómina a los que hacen el trabajo perfectamente, porque esa es la función que cumplen. Entonces, uno se pregunta qué es lo que está realmente pasando. Porque, como he dicho, los sufís no somos tontos, los musulmanes no somos tontos. De todas maneras, como dice Allah: “Somos la mejor comunidad”. Si no olvidamos esto, si tomamos como ejemplo a la primera comunidad, y luego a la siguiente, y luego a la siguiente generación, el resultado no puede ser más que positivo, en este mundo y en el siguiente.
Sheij ‘Ali Laraki
Granada, viernes 22 de julio de 2016