Diario de Sevilla – Musulmanes Sevillanos del siglo XXI

Un coloquio abierto en el Ateneo de Sevilla reúne a tres representantes de la comunidad musulmana de la ciudad.

«Entendemos como una necesidad que la sociedad sevillana nos conozca, que se establezca un diálogo de respeto y que se sepa que nosotros sólo queremos aportar y siempre en positivo». Con estas palabras, Hajj Jalid Nieto, fundador de la Comunidad Islámica de España en Sevilla y de la Fundación Mezquita de Sevilla, quiso sembrar confianza en favor de la convivencia intercultural y alejar las sombras de la islamofobia. Un miedo que los participantes ayer en la mesa redonda Musulmanes sevillanos del siglo XXI, que celebró el Ateneo de Sevilla, están convencidos de que es fruto de mensajes interesados y de la ignorancia. Al encuentro, al que Alberto Máximo Pérez Calero, como presidente de la institución, y José Benito Pérez Bernal, presidente de la sección de Ciencias Morales y Políticas, invitaron a participar a todos los sevillanos, también acudieron Abdelaali Bariki, presidente de la Asociación Azarquiel, y el pintor Ahmed Ben Yessef.

El coloquio se convocó con la firme intención de dar voz a un colectivo tan numeroso como poco conocido, al menos, con cierta profundidad. Alrededor de 300.000 musulmanes viven en Andalucía y, de ellos, en torno a un 40% son nacidos en la comunidad, según datos extraídos por la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) del Padrón Municipal de los Ministerios de Justicia, Educación y Economía. Cifras que avalan el peso demográfico del colectivo musulmán. Es el caso de Jalid Nieto, quien comentó cómo fue el inicio de la actividad del colectivo musulmán en Sevilla antes del proceso migratorio que se vivió en la ciudad sobre todo a partir de 1992. El educador recordó la polémica de la construcción de la mezquita de Sevilla, que enfrentó a la sociedad local, para ejemplificar que aquello sirvió para dar lugar a un proyecto renovado y «más ajustado al contexto y la necesidad actuales»: el Centro Cultural Islámico, donde la cultura y valores islámicos estarán expuestos de manera abierta para permitir un conocimiento directo de los mismos. Jalid Nieto destacó el deseo de la comunidad musulmana de mantenerse integrada en la sociedad, participando activamente de su cotidianidad a través de unas relaciones cordiales y de beneficio mutuo y positivo con las instituciones y el resto de la ciudadanía.

El joven Abdelaali Bariki, que a sus 26 años está al frente de la Asociación Azarquiel de estudiantes marroquíes en Sevilla, llegó a la ciudad para estudiar Farmacia. Su exposición se apoyó en la proyección de algunas diapositivas para hacer un breve recorrido por aquello que une a los sevillanos y los musulmanes: la cultura andalusí. Bariki mencionó a Blas Infante y a la declaración que hizo en 1924 después de regresar de Marraquech, donde el padre de la patria andaluza dijo no haberse sentido extranjero, ya que la influencia andalusí en aquel momento en la ciudad marroquí era patente. Asimismo, el farmaceútico se apoyó en el idioma -el castellano atesora más de 4.000 voces con origen árabe-, en la herencia arquitectónica -mostrando ejemplos menos conocidos como el postigo Abd-el Aziz-, y en personajes de renombre como el ilustre médico sevillano Avenzoar para reforzar la idea de que es más lo que une a los dos pueblos que lo que los separa. Una barrera que se supera con conocimiento: la entidad que preside, de hecho, además de dedicarse a defender los derechos de los universitarios marroquíes, realiza una activa promoción de la cultura andalusí.

En esa misma línea podría decirse que se alineó el discurso del pintor Ahmed Ben Yessef, autor del cartel de la Cabalgata de los Reyes Magos de 2006 -que presidió ayer el coloquio- y del mural del centenario del Sevilla Fútbol Club que decora el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán, entre otras obras. La presencia musulmana en la Península se dilató cerca de ocho siglos, una herencia que se manifiesta en la cultura indirecta y que facilita el acercamiento con el colectivo musulmán, según este artista que hizo hincapié en la importancia de «echar un vistazo al pasado para poder afrontar el futuro». A su modo de entender, el pintor es notario de su tiempo y el arte, el puente idóneo para la comunicación entre civilizaciones, porque, como recalcó, «las culturas no se enfrentan, se enlazan» y el lenguaje plástico y la sensibilidad que es capaz de despertar el arte no entienden de idiomas, sino que son universales.

Los ponentes, tras sus intervenciones, consiguieron entablar un diálogo fluido con el público, entre el que se encontraron muchos que felicitaron a los organizadores por la iniciativa. Como conclusión, uno de los asistentes comentó al respecto: «No puede ser que sólo llegue al ciudadano medio una versión negativa de lo que es el islam». Salam aleikum, o lo que es lo mismo, la paz sea con ustedes.

Dulce Rivero – Diario de Sevilla
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