El quinto y último pilar del Islam, es el Hayy. La visita a la casa sagrada de Allah, en Meca, al menos una vez en la vida, siempre que se este en condiciones de realizarla, tanto físicas como económicas. Esta visita se realiza de una forma precisa e incluye ritos muy antiguos, procedentes de Ibrahim e Ismail, y que fueron restaurados y purificados por el Mensajero de Allah. La peregrinación es alejarse de lo cotidiano, dejar atrás la casa, el país y la familia, y viajar para adorar a Allah, único y sin asociado, visitar la tierra de la revelación, donde Abraham erigió la primera casa para Dios en la tierra y donde descendió el Coran sobre el sello y culminación de los enviados, el profeta Muhammad, paz y bendiciones de Allah sean con el. El hayy es un viaje dificultoso, que exige un esfuerzo tremendo, y que supone una afirmación de la total entrega a Dios con todas las facultades y recursos de que uno dispone.
La peregrinación se celebra en una fecha determinada del año, en los primeros diez días del mes llamado Dhul Hiyyah. En esos días se reúnen los musulmanes de todo el mundo para cumplir con los ritos de la peregrinación juntos. El peregrino debe adoptar una vestimenta y calzado simples y humildes y permanecer en un estado interior de consagración a su Señor. Este estado de consagración y la vestimenta se llaman ihram.
Los ritos de la peregrinación consisten en circunvalar siete veces la Casa de Allah, recorrer siete veces la distancia que separa las colinas de Safa y Marwa, un recorrido que rememora el que hizo la madre de Ismail, cuando no teniendo nada que comer ni beber, iba de una a otra de estas colinas desesperada buscando agua, alimentos o ayuda. La séptima vez, cuando volvió junto a su hijo, este estaba golpeando el suelo con su talón, y de allí empezó a brotar agua, y ya no paró, ese es el manantial de ZamZam que aún sigue dando de beber a los peregrinos.
El siguiente paso de la peregrinación consiste en ir hasta el valle de Mina, y acampar allí. Luego ascender el noveno día del mes, hasta la llanura de Arafat, donde rezará las oraciones de Duhur y Asr, donde se permanece el día entero en oración e invocación de Allah hasta que el sol se ha ocultado. La permanencia en la llanura de Arafat es el rito central y principal de la peregrinación.
Al anochecer, los peregrinos vuelven a emprender la marcha para ir hasta el valle de Muzdalifa y pasan allí la noche. A la mañana siguiente, día diez del mes, los peregrinos regresan a Mina para apedrear con siete guijarros al poste llamado al Yamarat-ul Aqaba. En esa mañana, en el valle de Mina, se cumplen los restantes ritos: el sacrificio, el afeitado de la cabeza (o corte de pelo). La mujer no se afeita solo se corta un poco de su cabello. Por último y volver ha realizar la circunvalación a la Ka’ba. Esta circunvalación se llama Tawaf al Ifaqa. Con ello el peregrino se libera de las vestimentas y las restricciones del Ihram y regresa al campamento de Mina para permanecer allí dos o tres noches junto con todos los peregrinos de los mas diversos orígenes y procedencias.