Dice Allah, exaltado sea, en Su Noble Libro:
“Y no te hemos enviado si no como una misericordia para todos los mundos.”
El Mensajero de Allah es una misericordia para la creación entera, pues fue enviado con un mensaje de nuestro Creador válido para todas las naciones y hasta el final de los tiempos; con una luz y un conocimiento que nos permite vivir de acuerdo con aquello para lo que Allah nos a creado.
Además dice Allah:
“Allah ha favorecido a los creyentes al mandarles un mensajero de entre ellos.”
Allah nos ha favorecido al hacernos parte de su Ummah, que Allah le bendiga y le conceda paz, y al habernos permitido recibir su transmisión. Por tanto, el amor que le profesamos como guía, luz y portador de nuevas noticias es natural e inevitable. El amor por el Profeta es además una de las condiciones esenciales para el creyente, una de las partes más vitales de nuestro Din y una de las llaves para saborear la dulzura del Imán, puesto que el amor por él es parte del amor por Allah, tal y como dijo:
“Quien me ame a mí, amará a Allah.”
Y dice Allah en su Libro:
“Di: si vuestro padres, hijos, hermanos, esposas, clanes familiares, los bienes que hayáis adquirido, los negocios cuya falta de beneficio temáis, las moradas que os satisfacen, son más amados por vosotros que Allah y Su Mensajero y la lucha en Su camino, entonces esperad a que Allah venga con Su mandato.”
El amor por el Mensajero no es algo que se exprese únicamente con la lengua, si no que afecta y condiciona nuestro ser, nuestra conducta, nuestro carácter, al igual que lo hacía con sus nobles Compañeros, que Allah esté complacido con todos ellos, quienes le amaban más que a sí mismos y estaban dispuestos a dar su vida por él, como está demostrado muchos otros episodios de su vida. Fue en la Batalla de Uhud cuando, por ejemplo, Talha ibn Ubaydullah protegió con su cuerpo al Profeta y sufriendo hasta 70 heridas, y cuando Sumayra Bint Qays, a pesar de haber perdido cinco miembros de su familia en la Batalla, su principal preocupación era el Mensajero. Durante el periodo de la Hiyra, uno de los Sahaba fue capturado en Meca y torturado. Le preguntaron “¿No te gustaría cambiar tu lugar ahora por el de Muhammad? (que estaba en Medina a salvo). Y este contestó que prefería estar en esa situación antes de que el Mensajero sufriera el daño de una sola espina. Tal era el amor de Bilal por el Mensajero que no soportó vivir en Medina después de su muerte y se instaló en el Levante y cuando yacía en su lecho de muerte le inundó una gran felicidad y dijo: ¡Qué alegría! Mañana me reuniré con mis amados, Muhammad y su gente.
Esto ilustra muy someramente el cómo le amaban sus Compañeros. Y la naturaleza del amor es como dice Qadi Iyad en su Shifa:
“Quien ama a alguien amará todo lo que este ame.”
Tanto es así que Anas ibn Malik notó que el Profeta cogía calabaza del plato y dijo: Desde entonces me encanta la calabaza.
La más alta expresión del amor por él es preferirle a él y lo que trajo por encima de nosotros mismos, e imitarle y seguir su sunnah, lo cual es en sí obediencia a Allah. Allah dice en Su Libro:
“Quien obedece al Mensajero, ha obedecido a Allah.”
Debemos incorporar en nuestro carácter sus nobles cualidades en la medida que somos capaces, tales como la compasión y misericordia con los demás. Allah dice:
“Le afligen vuestro tribulaciones, se preocupa por vosotros y es tierno y misericordioso con los creyentes”
La bondad y afabilidad. Allah dice:
“Por Su misericordia has sido tierno con ellos”
Su generosidad y buen trato con la gente y especialmente con su familia, él dijo:
“El mejor de vosotros es el mejor para con su familia y yo soy el mejor con mi familia”
Su valentía, y otras incontables cualidades.
El amor por el Profeta, además perfeccionar nuestro carácter, completar nuestro Imán y acercarnos a Allah, es una de las razones por las que Allah hace entrar en el Jardín, como sabemos por el hadiz narrado por Anas.
Un hombre vino al Mensajero y le preguntó: “¿Cuándo será la Hora?”. Y él le preguntó a su vez: “¿Y tú qué has preparado para ella?”. Contestó: “Nada, excepto que amo a Allah y a Su Mensajero”. Y dijo, salla allahu ‘alaihi wa sallam: “Tú estarás con quien hayas amado”. Dijo Anas: “Y nada nos alegró tanto después del Islam como las palabras del Profeta, al que Allah dé Su gracia y paz: “Tú estarás con quien ames”. Dijo Anas, asimismo: “Y yo amo al Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, y amo a Abu Bakr y a ‘Umar, y espero estar con ellos gracias a mi amor por ellos, aunque no haya hecho nada parecido a lo que ellos hicieron”.
Oh Allah incrementa nuestro amor por el Mensajero y nuestro anhelo por él y haznos fácil seguir sus pasos fielmente.
Dice Allah en Su Libro:
“Allah y Sus ángeles piden bendiciones por el Mensajero. Oh vosotros que creéis, pedid bendiciones y por él y saludadle con un saludo de paz.”
El hacer salawat por el Profeta es también una demostración de nuestro amor por él y es algo que Allah nos ordena en el Quran. Y los beneficios transmitidos en múltiples ahadiz son muchos. Dijo, que Allah le bendiga y conceda paz:
“Quien pida bendiciones por mi, Allah lo hará por él diez veces y le borrará diez malas acciones y le elevará diez grados.”
También nos asegura su intercesión:
“Quien diga: Oh Allah bendice a Muhammad y concédele el lugar cercano el Día del Levantamiento, mi intercesión será obligatoria para él.”
“La gente más cercana y digna de mí en el Día del Levantamiento serán aquellos que pedían más bendiciones por mi.”
La recompensa que conlleva es enorme:
“Quien pida bendiciones por mí diez veces es como si hubiera liberado a un esclavo.”
“El salat por mí borra las malas acciones más rápido que el agua fría apaga el fuego.”
Esta obligación de pedir bendiciones no tiene un tiempo especifico ni una cantidad asignada, como dice Qadi Abu Bakr ibn Bukayr:
“Allah ha hecho la oración sobre Su Profeta una obligación para Su creación, y no le ha asignado un tiempo específico. Por lo tanto lo obligatorio es hacerlo abundantemente y no ser negligente.”
Oh Allah bendice a nuestro amado Profeta en la medida de Tu misericordia y Tu generosidad y en la medida de su rango. Oh Allah concédenos su intercesión.