El agradecimiento es una de las formas de adoración, puesto que mostramos nuestra gratitud a Allah por aquello que no ha dado y de esta manera Él nos lo incrementa. Como dice Allah en el Corán:
Si sois agradecidos, os daré aún más. (14:7)
Una forma de mostrar nuestro agradecimiento es siendo generosos con aquello que Allah no has dado, siendo generosos con nosotros mismos y con los demás. Parte de ser generosos con los demás es tener una buena apariencia, vestir de forma adecuada, ir limpios, arreglados, y perfumados. Esto alegra a quién nos ve y de esta forma se convierte en un sadaqa.
No despreciéis ninguna buena acción, incluso recibir a vuestro hermano con un rostro sonriente. (Muslim)
Una parte muy importante del Islam es practicar un higiene correcta y tener cuidado de nuestra apariencia como una cortesía con Allah, con nosotros mismos y hacia los demás. Esta es una de las razones por las que el musulmán mantiene una buena apariencia, por las que usa perfume, por las que muestra un semblante sonriente a su hermano: puesto que todo esto alegra el corazón de quien lo percibe y de esta forma se convierte en una sadaqa que damos.
Otra razón es porque al hacerlo honramos y dignificamos aquello que Allah nos ha dado, de la mejor de las maneras que nos sea posible, y de esta forma mostramos nuestro agradecimiento por los regalos que Allah nos ha dado, el primero de ellos traernos a la vida y darnos esta forma perfecta. Dice Allah en el Corán:
En verdad creamos al hombre en la mejor armonía (95:4)
Allah nos ha creado en la mejor forma, con la mejor armonía, externa e interna, y esto debería de ser razón suficiente para que no seamos nosotros quienes malogremos esta armonía, sino que la honremos y la dignifiquemos. Y al hacerlo, esto nos otorga dignidad a nosotros mismos ante Allah.
Otra razón para esto es que vivimos en una sociedad en la cual los musulmanes somos una minoría, y por eso cada individuo representa a esa minoría. Es decir, a todos y cada uno de nosotros, cuando vamos por la calle, cuando hablamos, cuando trabajamos, la gente no solo nos va a juzgar como personas individuales, sino que va a juzgarnos como musulmanes, como representantes del Islam.
Y la realidad es que vivimos en una sociedad en la cual se da una importancia extrema a lo aparente, a lo que se ve, y en la cual lo interno queda relegado a un segundo plano. La mayoría de gente juzga a las personas y los asuntos por lo que ven, aunque sea de forma superficial. Y aunque hemos de ser conscientes de esto y no caer en lo mismo, puesto que sabemos que un hombre es mucho más que su apariencia y que todo asunto tiene una profundidad y repercusión mayor que lo que puede aparentar, también tenemos que ser conscientes de que vivimos en este momento y en este lugar, y por eso hemos de ser una buena imagen del Islam tanto de forma externa como interna.
Dijo Al-Ghazali:
Y esta meta (ir aseados y bien vestidos) es una obligación para cada persona de conocimiento que tiene la tarea de llamar a la creación a Allah, elevado sea, es decir, que cuide su apariencia externa para no hacer que la gente le evite.
Esto es especialmente importante para aquello que representan al Islam en cualquier capacidad oficial, como puede ser el presidente de una comunidad, el Imam, un erudito, y otros. Pero es igual de importante para todos nosotros, por lo que hemos mencionado antes.
La regla general es debemos de vestir de forma adecuada y con gusto, aunque sin pretender aparentar, e ir aseados y perfumados, siempre que se posible, especialmente cuando vamos a un sitio público o a la mezquita:
Dice Allah en el Corán:
¡Hijos de Adam! Poneos vuestros mejores y más puros vestidos en cada lugar de oración; y comed y bebed, pero no os excedáis. Es cierto que Él no ama a los que se exceden. (Al Araf, 7:31)
Este versículo fue revelado en relación a los idólatras que solían circunvalar la Kaaba desnudos.
Pero tiene un significado más amplio ya que no solo habla de llevar vestimentas, sino los ‘mejores y más puros vestidos’. Y por ello los eruditos han dicho que es recomendado, especialmente cuando se va a la mezquita, y especialmente al Yumuah y las oraciones de los Eid, el ir con nuestras mejores vestimentas, con una apariencia bella y oliendo de forma agradable.
Dijo Ibn Kazir:
Debido a este versículo, y a lo que se ha transmitido con el mismo significado en la Sunnah, se recomienda embellecerse en el momento de la oración, particularmente los viernes y el día de Eid, así como también usar perfume, ya que es parte de adorno, y usar el Miswak, ya que es la perfección de todo eso. (Tafsīr al-Qurʼān al-ʻAẓīm 7:31).
Se ha transmitido que Abdullah Ibn Umar, uno de los grandes Sahabas, que Allah esté complacido con todos ellos, solía vestir su mejor ropa cada Yumuah en y los Eid.
No hay duda de que esto es así cuando vamos a la mezquita, al Yumuah o a un Eid, o incluso cuando vamos a hacer la oración en nuestra casa. Cada vez que hacemos una de estas cosas estamos poniéndonos en presencia del Rey, Dueño y Soberano de la creación. ¿Cómo iríamos vestidos y arreglados si fuésemos a ser recibidos por una personalidad importante de este mundo? ¿Acaso no es Allah mucho más importante, realmente, el único importante?
Y nos dice el Profeta en el Hadiz que:
Allah es Bello y ama lo bello. Ama los más elevado de los asuntos y desaprueba lo mezquino y vulgar. (al-Mu’jam al-Awsaṭ 6902)
La meta del musulmán es ser consciente de que Allah le observa y está con él en todo momento. Por ello, la razón más elevada por la que hemos de vestir ‘con los mejores y más puros vestidos’, es decir de la mejor manera, e ir aseados y perfumados siempre que nos sea posible, es porque esto es lo que más agrada Allah, y Él está con nosotros siempre.
Pero como dice la aleya: “Pero no os excedáis. Es cierto que Él no ama a los que se exceden”. Es decir, ir vestido de forma adecuada a nuestros medios, sin derrochar, sin ser extravagantes en lo que vestimos ni en la cantidad que nos gastamos en ello. Recordando que no lo hacemos para aparentar, ni para presumir, ni por arrogancia, sino para agradar a Allah y ser agradable con sus criaturas, para recordar a la gente los bienes que Allah nos ha entregado y mostrar nuestra gratitud por ello. Dice Allah en el Corán:
Y habla del favor que tu Señor te ha dado. (Ad Duha, 93:11)
Pero también nos advierte:
Y no pongas mala cara a la gente ni andes por la tierra con insolencia, pues es verdad que Allah no ama al que es presumido y jactancioso. (Luqman, 31:18)
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Dijo el Mensajero de Allah, que la paz sea con él, en un Hadiz transmitido por Abu Hurairah:
Ciertamente que Allah no mira vuestra apariencia ni vuestra riqueza, sino que mira a vuestros corazones y vuestras acciones. (Muslim)
Esta es la realidad. A Allah no le importa nuestra riqueza, ni nuestra apariencia, ni nuestra belleza, sino que lo a Allah le importa es que tengamos un corazón puro y que actuémos rectamente.
Pero esto no es contradictorio con lo que hemos hablado en la primera parte del Jutba. En este Hadiz el Profeta, que la paz sea con él, nos recuerda la importancia de la sinceridad. La importancia de que todo lo que hacemos sea por y para Allah. Y por eso no dice que a Allah no le importa ni nuestra vestimenta ni nuestra riqueza, eso son cosas de este mundo efímero, de Dunia, sino nuestros corazones y nuestras acciones, que es lo que perdurará en el Ájira. Como dice Allah en el Corán:
El día en que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Sólo quien venga a Allah con un corazón limpio.
Entonces, la razón por la que procuramos tener una buena apariencia, por la que vamos aseados, por la que usamos perfume, es por honrar a nuestro Creador y por honrar Su creación, tanto a nosotros mismos como a los demás y por ser agradecidos con aquello que Allah nos ha dado.
No lo hacemos porque creamos que al hacerlo somos mejores, ni buscamos con ello el reconocimiento de la gente. No lo hacemos por amor a las cosas de este mundo, no lo hacemos por arrogancia ni por presumir, puesto que hacerlo por estos motivos sería arrogante y jactancioso. Y:
Allah no ama al que es presumido y jactancioso.
La arrogancia como dijo el Mensajero de Allah, no es vestir bien o tener buena apariencia. La arrogancia es:
La arrogancia es rechazar la verdad y mirar a la gente por encima.
Rechazar la verdad significa no aceptar la realidad de que Allah es el Creador y que todo viene de Él y a Él ha de volver y mirar a la gente por encima es creerse superior a los demás.
Y como nos dijo el profeta: “Toda acción es por su intención”. Si el motivo de querer tener buena apariencia es ser es jactancioso y arrogante, entonces esto se convierte en algo reprochable.
Si por el contrario la intención es honrar a Allah y a Su creación y mostrar nuestro agradecimiento por sus regalos, entonces es algo encomiable.
Porque esta intención surge de un corazón puro, solo un corazón que ama a Allah puede querer honrarle de la mejor manera a Él y Su creación, y aquel que tiene un corazón agradecido está satisfecho con Allah. Un corazón que, como dice el Hadiz, busca lo bello y los más elevado de los asuntos y no lo vulgar ni despreciable.