El zakat es el pilar caído del islam.
Si bien una casa puede mantenerse sobre cuatro pilares, nunca podrá alcanzar la altura para la cual fue concebida si su planificación no se ha llevado a efecto en toda su dimensión. Este es el auténtico problema de nuestro tiempo.
Al tratarse de un pilar hace tiempo caído, y que ninguno de los erróneamente llamados estados islámicos tiene establecido, hay muchas acepciones erróneas sobre él. En cuanto comenzamos a indagar sobre su significado, su modo de gestionarse, su obligatoriedad etc. nos encontramos explicaciones de lo más variopintas que nos llevan a la confusión y al enredo. Debemos pues comenzar aclarando:
El zakat no es un impuesto.
El zakat no es una limosna.
El zakat no es voluntario.
El zakat no es opcional.
El zakat no es de administración personal.
¿Qué es entonces?, el zakat es un derecho.
Es el derecho que tienen los pobres sobre los ricos, decretado por Allah, de carácter obligatorio, de pago anual y que corresponde al 2,5 % de la riqueza acumulada e inmovilizada durante el año. El umbral a partir del cual se hace obligatorio el pago del zakat son 20 dinares de oro o 200 dirhams de plata, o su equivalente en la moneda del país. Y su pago se hace efectivo el día de ‘âshûrâ del mes de muhárram (el décimo día del primer mes lunar). El sakat se paga dos veces al año; una en los términos expuestos (zakat Al-Mal) y otra al final del Ramadan (zakat Al-fitra) y que tiene unas características distintas.
Volveremos a esto para analizarlo punto por punto. Sin embargo antes querríamos incidir sobre algo que consideramos de suma importancia. El zakat es la gran tarea pendiente de nuestro tiempo; en los países de mayoría musulmana esta obligación no se cumple, no está establecida y por tanto se está incumpliendo uno de los pilares del Islam. Esto no es un asunto baladí, sino algo de una importancia manifiesta y que requiere de toda nuestra atención ya que de otra forma estaríamos estableciendo un Din incompleto.
Mediante el Zakât nos sometemos a Allahdesde un punto de vista social, considerando nuestros bienes no como nuestros sino como bienes de Allah, y que por tanto deben revertir sobre la ummah. El zakat nos recuerda que nada de lo que tenemos es realmente nuestro.
No es comprensible como en países como Arabia Saudita, único país del mundo que tiene por nombre un apellido familiar, se rasgan las vestiduras con temas morales menores como la indumentaria de la mujer y miran hacia otro lado cuando se habla del zakat. La familia Saudi posee toda la riqueza mientras el resto del país nada en la más absoluta miseria. Sin embargo todos esos pobres tienen un derecho sobre la familia que los gobierna; un derecho que no se recoge en la carta de los tan traídos y llevados Derechos Humanos, ni en las cacareadas recomendaciones de los organismos internacionales, es un derecho que va mucho más allá y que Allah Subhana wa ta ala ha hecho descender en el Coran.
Volviendo sobre las observaciones hechas previamente diremos que a menudo, y de manera errónea, se entiende que el zakat es una limosna que se da a los pobres. Esto no tiene ningún sentido ya que una limosna es algo que uno da cuando quiere, en la cantidad que quiere y a quien quiere. Este lugar lo ocupa en Islam la sadaka, que significa precisamente eso, limosna.
La diferencia es muy importante. La sadaka puede tener un efecto beneficioso sobre el carácter, pero es una entrega que se realiza desde el ego. Un ego ennoblecido pero, al fin y al cabo uno siente que está siendo generoso, haciéndole sentir bien consigo mismo. Pero reconocer a los pobres un derecho sobre nuestras posesiones es muy diferente a dar una limosna.
Es importante ser consciente de que al dar el zakat uno no está dando nada suyo, sino algo de los otros que se ha “desviado a su bolsillo”. El zakat está establecido en su cuantía, ha de calcularse el 2,5 % de la riqueza de una persona inmovilizada durante todo el año, siempre que supere el umbral antes mencionado, y entregar ese dinero.
Uno no calcula este dinero y lo dedica a la beneficencia, uno no decide a donde va ese dinero. Esta cuantía es recogida por un recaudador designado por el Emir, que es el responsable, el gestor, el líder de la comunidad y se redistribuye, tal y como figura en la aleya 60 de la sura At Taubah, de la siguiente manera:
“El Zakat es para: el pobre, el indigente, el recolector de Zakat, reconciliar los corazones de la gente, liberar esclavos, aquellos que están endeudados, gastar en el camino de Allah, y para los viajeros.”
Cuando hablamos de la riqueza de una persona, esto es, aquello sobre lo que se calcula el pago del zakat al-mal, hablamos de oro y plata (o el equivalente en la moneda local), ganado y cosechas. Estando exceptuados del cálculo las viviendas, los efectos personales, el mobiliario, las armas; las joyas, tales como las perlas, los rubíes, las esmeraldas y otros que no son objeto de comercio; así como los libros, y las herramientas que se usen para ganarse la vida.
Existen una serie de condiciones que hacen el Zakat obligatorio:
1. Ser musulmán. Los Kufr no pagan el zakat.
2. Ser libre. Los esclavos están excluidos del pago del zakat.
3. Ser adulto. No está impuesto al menor pero si a sus bienes y el tutor debe descontarlo del ingreso de éstos.
4. Sano de espíritu. No está impuesto a los alienados, pero si a sus bienes, y el tutor debe descontarlo del ingreso de los mismos.
5. Nisab. Todo tipo de riqueza debe alcanzar una cantidad mínima para que que el zakat sea aplicable, esto es, 20 dinares de oro o 200 dirhams de plata.
6. Propiedad. El zakat solo se debe por la riqueza que es completamente propiedad del pagador y está completamente a su disposición.
7. Un año de posesión. La riqueza monetaria y la ganadería ha debido ser poseída por un año lunar completo, para que haya que pagar Zakat Esto no es aplicable a los productos agrarios.
Y otras que lo hacen válido:
1. Intención: se debe recordar que el Zakat es un acto de adoración y requiere una intención específica como todos los demás actos de adoración.
2. Recaudación: el Zakat debe ser pagado a un recaudador designado por el líder de la comunidad musulmana.
3. Distribución local: el Zakat debe ser distribuido entre la comunidad en la cual es recaudado a menos que no sea posible hacerlo porque ninguna de las categorías destinatarias existan allí, entonces se puede enviar a otra parte.
4. Tiempo correcto: el Zakat debe ser pagado puntualmente y no antes del tiempo debido. El mismo está fijado en un año o en doce meses lunares, A excepción de las cosechas y los frutos, donde el día de la cosecha o de la recolección es considerado como la fecha del zakat.
5. Elementos correctos: el Zakat debe ser pagado con los medios correctos de acuerdo con el tipo de riqueza en cuestión: el correcto tipo y edad del animal en el caso de ganadería; la correcta calidad en el caso de productos agrarios; y el peso correcto de oro y plata en el caso de riqueza monetaria.
El zakat al fitr tiene unas características propias y distintas. Su pago recae sobre todos los musulmanes, indistintamente de su capacidad económica (una vez que han asegurado la subsistencia de su familia). Y su pago se suele realizar en grano correspondiendo a 2 kilos y 400 gramos por miembro familiar.
Se paga una vez ha concluido el ayuno del mes de Ramadan, el día del Aid y antes del salat al Fitr.
A este respecto hay un hadiz (sentencia, dicho del profeta) compilado por Abu Dawud se cuenta que Ibn Abbas dijo:
«El Profeta ha impuesto la obligación del Zakat al Fitr como purificación de los errores y faltas, y para proveer a los pobres. Quien lo da antes de la oración del Aid se le acepta como Zakat, pero quien lo da después, es sólo caridad, como cualquier otra limosna».
Y sobre todo esto Allah es el que más sabe.
Autor: Nizzar Vizcaino