Islam significa sumisión y también significa paz (en árabe salam). Sumisión al Creador y Señor del Universo, Allah, glorificado sea: el Dios Único, a quien los hombres han nombrado con diferentes nombres y al que han conocido por los signos de Su Generosidad, Su Misericordia y Su Poder, a través de Sus profetas, mensajeros y enviados. La consecuencia de la sumisión a Sus mandatos es la paz, tanto en su sentido interno como en el sentido social.
Islam es la enseñanza y la guía de todos los profetas y mensajeros de Dios desde Adán, el primero de los humanos y el primer profeta, hasta Muhammad, la paz sea con él, el sello y culminación de todos ellos.
Es la ciencia transformadora que fue transmitida en su tiempo y a su gente por Noe, Abraham, Ismael, Isaaq, Jacob, Moisés, José, Juan y Jesús, el hijo de María, el Mesías esperado y rechazado por los que conocían los signos y las escrituras, la paz y las bendiciones de Allah sobre ellos.
Todos han llamado al despertar a la verdad y a salir de la ilusión, la ignorancia y la brutalidad. Todos han guiado a los hombres hacia una senda de nobleza de acción y de carácter en esta vida y han recordado las consecuencias en la próxima vida, mas allá del tiempo y del espacio. Todos ellos han mostrado con sus propias vidas y ejemplo el camino a seguir. El mensaje divino definitivo y el modelo de perfección humana en todas las esferas de lo individual y lo social es el mensaje profético del Islam. La última revelación divina es el Corán.
La revelación que descendió sobre Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, el Corán, está íntegra, no ha sido alterada ni en una letra. Se traduce a otras lenguas para su comprensión, pero el original árabe sigue intacto y lo memorizan con precisión fotográfica millones de seres humanos en los cinco continentes.
La recopilación detallada de la vida, hechos y dichos del Mensajero de Allah es tan minuciosa y tan fiable que hay decenas de volúmenes escrupulosamente verificados y que nos dan un conocimiento exacto de su noble ejemplo y del modelo de justicia, valor, compasión y generosidad de los hombres y mujeres de su comunidad. Diez mil hombres y mujeres que vivieron a su lado en Medina y que representan la cima del fenómeno humano. Y lo que es más importante, ese ejemplo sigue vivo en la práctica y el comportamiento diario de los millones de musulmanes que imitan y siguen los pasos del Mensajero de Allah en su conducta y su carácter. Ese modelo de comportamiento es lo que se llama la ‘sunnah’.
¿Cuáles son las prácticas del musulmán?
Islam esta basado en cinco pilares que jalonan la vida del creyente en el transcurrir del tiempo: declarar la Unidad de Allah y que Muhammad es Su mensajero, rezar cinco veces al día a horas establecidas, ayunar un mes al año, pagar cada año una proporción pequeña de la riqueza acumulada (2,5 %) a los necesitados y realizar, al menos una vez en la vida, la peregrinación a la Casa Antigua de Allah en Mekka, repitiendo los ritos de los profetas.
La preocupación por los pobres, el cuidado y respeto por la naturaleza, la lealtad, buena vecindad, hermandad entre los creyentes, las familias abiertas y extensas, casas donde se recuerda y adora a Dios… esos son los rasgos de una forma de vida fundamentalmente diferente de la neurosis individualista de la sociedad de consumo.
El Islam prohíbe la usura, el préstamo con interés y la especulación, que están en la raíz de todas las injusticias y abusos de la sociedad moderna. Al musulmán se le recomienda dar hospitalidad, alimento y dinero compartiendo lo que Allah le ha dado, asistir al necesitado y defender al oprimido, sin distinción de raza, comunidad o credo. Promover lo correcto y rechazar lo injusto, la corrupción y la opresión. La forma mas alta de sinceridad es luchar con la propias posesiones y con la propia vida por establecer la verdad, la justicia y por preservar la adoración de Allah.
El musulmán se abstiene de tomar y dar préstamo con interés, comer carne de cerdo, consumir intoxicantes, de las relaciones sexuales ilícitas y de engañar o defraudar en el precio, la calidad y la medida.
El creyente cuando contrae un acuerdo, un pacto o un compromiso lo honra, cuando promete cumple y cuando habla dice la verdad. Los padres son respetados y obedecidos y los vecinos tienen derecho al buen trato, la ayuda y la generosidad.
Estos parámetros naturales son criterios asumidos sin necesidad de imposición externa y constituyen el fundamento de un tipo de sociedad donde los hombres están a salvo los unos de los otros y donde es posible ejercer la compasión y la justicia.
¿Cuáles son los pilares de creencia musulmana?
Sólo Allah es merecedor de adoración y sometimiento. La adoración es la expresión de la gratitud. El es Uno y Sólo en su divinidad, no tiene ni asociado ni partícipe en su Señorío sobre todo cuanto existe, lo visible y lo inalcanzable. Nada ni nadie es semejante a El.
La existencia es un regalo y es también una responsabilidad. La conducta y las acciones del hombre le hacen responsable ante su Creador: los actos de bien son recompensados y la maldad es castigada. La recompensa y el castigo últimos y permanentes son en la próxima vida, donde cada uno recogerá lo que sembró.
La fuente de todo bien es el reconocimiento de Allah, Dios Único, Compasivo y Misericordioso, el agradecimiento y la sumisión a El. Allah es conocido por Sus nombres, Sus atributos, y Sus signos, manifiestos en el universo y en nosotros mismos. La aceptación del poder Divino va acompañada del reconocimiento y aceptación de Sus profetas y mensajeros, el último y culminación de todos ellos, que trajo un criterio claro y definitivo, válido para todo tiempo y para todo lugar es el Profeta Muhammad, a quien le fue revelado el Corán en lengua árabe pura.
La creencia en Allah incluye la aceptación de que hay mundos en dimensiones sutiles de la existencia que nuestros sentidos no perciben de modo ordinario y que forman parte invisible pero esencial de nuestra vida, como los ángeles, los genios, el Jardín y el Fuego y que nuestra existencia después de la muerte es duradera y tan real como esta o mas aún.
Las consecuencias del rechazo del Señor de los mundos están patentes en la desastrosa situación de los seres humanos de las especies animales y de la naturaleza en el mundo de hoy.