Islam, el camino intermedio.
Conferencia de Shaykh Ahmed Bermejo, Imam de la Mezquita Mayor de Granada, en las XVIII Jornadas de Cultura Islámica de Almonaster. Domingo 15 de Octubre de 2017.
Lo primero que tengo que decir es que para mi es un verdadero honor y un verdadero placer estar hoy aquí entre vosotros, compartiendo este tiempo, que espero que sea de beneficio para todos, que no sea demasiado pesado y que por encima de todo sirva para dar un poco de luz y esclarecer lo que es el Islam.
Por lo tanto quiero expresar mi agradecimiento a esta ciudad, a la gente del Ayuntamiento, a todos los que cada año se remangan la camisa y hacen que este maravilloso evento continúe, siendo un éxito como lo fue en su primera edición, hace ya muchos años.
Y lo cierto es que la clave de que este evento, de que estas jornadas tengan éxito es precisamente el anhelo y el deseo de la gente de que así ocurra; si las personas encargadas de organizar este evento no lo hicieran con la motivación, el anhelo y la intensidad que lo hacen, veríamos cómo cada edición iría menguando y descendiendo, pero lo cierto es que no es así, todo lo contrario, cada edición se supera y eso es gracias al esfuerzo, por lo tanto, desde lo más profundo de mi corazón quiero aprovechar esta oportunidad que se me brinda para agradecer este esfuerzo, esta dedicación, cuyo resultado es el que vemos aquí ahora mismo y que vemos cuando salimos de esta sala con las calles abarrotadas de gente.
Agradezco también que se nos de a la Comunidad Islámica en España la oportunidad de participar en estas jornadas, unas jornadas que son muy importantes para nosotros, pues en ellas se nos da la oportunidad de mostrar, de esclarecer, de explicar, o por lo menos tratar de hacerlo, lo que realmente es el Islam.
Y esto es algo que es de agradecer, pues por desgracia el Islam hoy en día no vive sus mejores tiempos, está en el ojo del huracán, es mucho lo que se habla del Islam, son continuos los programas de televisión que cuentas con “expertos del Islam”, los debates de radio que invitan a “expertos en Islam”; pero para mi lo más curioso de todo ello es que en ningún caso esos expertos o grandes entendidos en la materia son musulmanes… Por lo tanto el hecho de que el Ayuntamiento de Almonaster si confíe en nosotros los musulmanes para hablar del Islam es algo que es digno de mencionar y de agradecer.
El título de esta conferencia, o mejor dicho de estas palabras, ya que llamarlo conferencia me parece algo demasiado formal, es: “Islam, el camino intermedio”, o podemos decir también: Islam, el camino del equilibrio, o el camino del medio. Dicho con otras palabras, Islam, el camino que está entre los extremos. Y aquí metemos un poco el dedo en la llaga con lo de los extremos, y luego lo meteremos todavía más, con ese “mito” que desgraciadamente escuchamos tan a menudo hoy en día del extremismo islámico.
He empleado la palabra mito, porque me vais a permitir que diga que es un mito, y a lo largo de esta charla voy a tratar demostrar cómo es realmente un mito, por mucho que nos bombardeen desde los medios de comunicación y en las redes sociales hasta hacernos creer que es un realidad, pero lo cierto es que es un mito que está muy alejado del verdadero mensaje del Islam.
El título de estas palabras está tomado de un versículo del Corán, un pasaje en el que Allah dice: “De este modo, hemos hecho de vosotros una comunidad que está justo en medio…” una “ummatan wasata”. El gran comentarista del Corán, el Imam al-Qurtubi, de Córdoba, dice, junto con otros muchos, que la palabra wasata, “en medio”, significa justo y equilibrado, que toma el camino intermedio entre dos extremos sin quedarse corto ni excederse.
Entonces si parafraseamos este versículo del Corán, podemos decir lo siguiente: “Hemos hecho que los musulmanes sigan un camino justo y equilibrado, un camino intermedio, un camino, una forma de vida alejada de cualquiera de los extremos”. Y esto es realmente el Islam, el camino del equilibro, el camino de la equidad, el camino intermedio.
Vamos a dar otro ejemplo que certifique todavía más esto que estamos diciendo y está tomado de unas palabras y un hecho del Profeta del Islam, el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Allah sean con él, el que fue enviado como una misericordia para todos los mundos. Las palabras son cuando dijo lo que viene a significar: “…para conseguir tu objetivo, adopta siempre un camino intermedio, moderado y constante”.
Y el hecho es un suceso muy bonito y significativo, en el que tres hombres de los musulmanes van a verle para que les de unos consejos de qué pueden hacer para mejorar en su vida. Van a su casa con esa intención, pero encuentran que no está en su casa, quien está es su esposa ‘Aisha que les informa de que no está presente y, tras preguntarles por su intención, les dice que el Profeta es un ser humano como lo son ellos. Estos tres hombres se ponen a hablar entre ellos en presencia de ‘Aisha y en su deseo y anhelo de ser mejores, uno dice: Yo a partir de ahora ayunaré todos los días, así me acercaré más a Dios. Otro dice: Pues yo pasaré toda la noche entera rezando a Dios, pues he escuchado decir que es una de las mejores acciones. Y el tercero dijo: Pues yo lo que haré será separarme de mi mujer y no volver a mantener relaciones sexuales nunca más.
Cuando vuelve el Profeta Muhammad a su casa, su esposa le cuenta lo que ha sucedido y el Profeta se enfada mucho y manda llamar a estos tres hombres y cuando están en su presencia les dice: “Fijaos en mí. Yo tengo más temor de Dios que cualquiera de vosotros, pero ayuno y rompo el ayuno, rezo y luego descanso, y me caso con mujeres. Al que no le gusta mi sunna no está conmigo”.
Este suceso y otros muchos similares lo que muestran es que el modelo, el ejemplo que todo musulmán debe seguir en su vida, aquel al que todo musulmán debe tomar como modelo a imitar, era el hombre más equilibrado y moderado y, en casi todas las situaciones por las que atravesó a lo largo de su vida, tomaba el camino intermedio y enseñaba a los demás que hicieran lo mismo.
¿Por qué he mencionado estos dos ejemplos? Lo he hecho para demostrar que las dos fuentes principales del Islam, los dos manantiales de los que se nutre el Islam, las dos fuentes de las que se obtienen la creencia y la conducta del Islam, que son el Corán y la Sunna –el modo de actuar– del Profeta Muhammad, son la definición mas clara, contundente y definitiva que muestran cómo el extremismo no tiene lugar en el Islam.
Esta ha sido y será siempre la enseñanza del Islam, este ha sido y será siempre el sentido y la pureza del Islam, y todo el que haya estudiado algo de Historia se dará cuenta de que en todos los lugares en los que el Islam ha estado implantado, en diferentes lugares del mundo, su espíritu y su alma ha sido el camino intermedio, el camino de la equidad, el camino del equilibrio.
Y esto lo ha expresado también uno de los grandes hombres de conocimiento del Islam, un hombre que irónicamente (y esta es una de las grandes ironías de la historia del Islam) es alguien que luego ha sido adoptado como autoridad por una gente a la que puede calificarse sin ambages de extremista, este hombre es el llamado Ibn Al Qayim y él decía lo siguiente: “En todo lo que Dios nos ha ordenado, hay dos caminos en los que el diablo viene para incitarnos: bien a que nos quedemos cortos y lo abandonemos, o que nos excedamos en ello. El Islam reside justo en medio de los que abandonan la acción y de los que son extremos o se exceden. Es como un valle entre dos montañas, la guía entre dos tendencias al extravío, un camino encomiable entre dos caminos que son censurables”.
He considerado necesario empezar con esto por dos razones: En primer lugar lugar para desvincular al Islam de cualquier tipo de conducta extremista que practican cierta gente que se dicen a sí mismos musulmanes, pero que no han comprendido el espíritu del Islam y las enseñanzas del Corán y del Profeta Muhammad.
Y en segundo lugar y no por estar en segundo lugar es menos importante, lo he mencionado, para declarar sin rodeos que todo comportamiento que se incluye de forma genuina entre los parámetros de la práctica islámica auténtica nunca podrá calificarse de extremista. ¿Por qué? Porque como estamos comprobando, las verdaderas enseñanzas del Islam están totalmente alejadas de ello.
Y todo esto es necesario decirlo, porque a los propios musulmanes nos duele mucho, muchísimo, que se emplee la palabra extremista y extremismo casi como sinónimos del Islam. Y nuestro deber y obligación es decir y repetir las veces que haga falta que el Islam está totalmente alejado de cualquier tipo de extremismo.
¿Qué ocurre entonces? ¿Cuál es la situación que nos encontramos hoy en día? Existe una ignorancia muy grande, lamentable y dolorosa de lo que es realmente el Islam, y esto ha llegado hasta tal punto, está tan extendido entre la sociedad en la que vivimos, que las acciones normales y cotidianas de cualquier musulmán, las acciones de los musulmanes que no hacen otra cosa más que cumplir con los dogmas básicos de su Fé, sean consideradas por la gente corriente como actos de extremismo o actos que pueden conducir a caer en las corrientes del extremismo.
Los musulmanes de todo el mundo dedican un tiempo de sus días a la oración, que se hace cinco veces al día. Para la enorme mayoría de los miembros agnósticos de nuestra sociedad, abrumadoramente laica, esto parece una cantidad de tiempo enorme para dedicarlo a la adoración religiosa de cada día. Pero para un musulmán es absolutamente normal.
Y no hace mucho hemos completado el mes de Ramadán. Para la mayoría de la gente, estar sin comer ni beber durante unas diecinueve calurosas horas cada día y durante todo un mes es algo inconcebible. Y sin embargo, millones de musulmanes de todas las edades lo hacen con toda naturalidad y se benefician de ello en gran medida. Lo que ocurre es que, para mucha gente de nuestros días, esto parece algo extremo.
Por lo tanto, estamos viviendo en un mundo en el que todo esto que estamos hablando está presente, un mundo en el que todo aquel que no sigue los dictámenes de la sociedad laica, de lo políticamente correcto, sobre todo si se llama Ahmed o Fátima, es acusado de tener un comportamiento extremista. Y podemos ver mucho ejemplos de esto, de cómo una persona que empieza a hacer la oración, o que recita el Corán o que habla árabe, o una mujer que se pone el velo y antes no lo hacía, empieza a ser mal vista y se dice que tiene tendencias extremistas.
¿Por qué ocurre esto? Porque hay que combatir y derrotar al extremismo cueste lo que cueste y ojo, que yo estoy completamente de acuerdo con esta afirmación y todo musulmán que ha comprendido el mensaje del Islam está completamente de acuerdo con ello también, ya que sabe que el Islam está totalmente alejado de los extremos y de cualquier tipo de extremismo.
El problema es que no se sabe lo que es el extremismo, ya que el concepto y el significado de extremismo nunca aparece claramente definido y, tal y como hemos visto, es muy fácil aplicar esta etiqueta a musulmanes corrientes que lo único que hacer es vivir con toda normalidad. En lo que respecta a las prácticas habituales del Islam, ¿cómo van a saber los no musulmanes lo que es extremista o no lo es? Muchos hombres musulmanes tienen barbas largas y pobladas, y la mayoría de las mujeres musulmanas cubren sus cabellos. Y como ya he dicho, a veces esto se califica de extremismo.
El punto al que quiero llegar con todo esto es que, al presentar como enemigo público de esta época un extremismo totalmente indefinido y vinculado al Islam, hay un peligro muy real de etiquetar como extremistas a todos los musulmanes. Y esto es algo que tanto los musulmanes como los no musulmanes no debemos permitir.
Ahora bien, no todo es un camino de rosas y hay que hablar de otra realidad que está muy presente en nuestros días, y es que hay personas que, llamadas Ahmed y Fátima, y poniéndose a sí mismos la etiqueta de musulmanes, sí cometen actos extremistas. Estas personas son consideradas extremistas por todo el mundo, por los musulmanes, por lo no musulmanes, por los que creen en algo y por los que no creen en nada, no hay ninguna duda sobre ello.
¿Qué ocurre con esta gente? ¿Qué sucede con Isis, Al Qaeda, y los desviados que le siguen y son influenciados por ellos? Que no han entendido nada, que no comprenden lo que es el Islam o, peor aún y esto es un error muy grave, que toman del Corán y del hadiz –los dichos y conducta del Profeta Muhammad– lo que les conviene, y lo que no lo dejan, toman lo que se adapta a su propaganda de terror y extremismo, lo desvinculan por completo de su verdadero significado y dicen: “Esto es el Islam y el que no siga esto es un infiel al que hay que matar”.
Es gente que transforma el Islam, que omiten su verdadera esencia de equilibrio y de camino intermedio y de ser algo orgánico, vivo, basado en el respeto y la misericordia, lo convierten en algo rígido, intransigente, en el que no hay lugar para el amor y la convivencia. Todo lo que aprenden del Islam está divorciado de las circunstancias y despojado de su contexto histórico y las realidades globales y sociales de nuestra época. Sus interpretaciones hechas al pie de la letra, a las que les falta conocimiento y sabiduría, son meramente trasplantadas a sus entornos y sus vidas y lo hacen sin alma y sin ningún tipo de bondad ni misericordia.
Son como un cirujano cardiólogo mal formado que separa el corazón de un cuerpo, pero no tiene la menor idea de cómo mantenerlo con vida y luego acoplarlo a la persona que lo necesita. A fin de cuentas, lo único que hace es matarlos a todos.
Se dicen a sí mismo seguidores del Islam, se llaman a sí mismos musulmanes, los salvadores, los que comprenden el camino del Islam, los que van a devolver al Islam toda su gloria y esplendor… Permitidme que lo dude y lo niegue, pero esto no es, ni podrá ser nunca, el camino del Islam.
Esta gente toma del Corán lo que les conviene, lo sacan por completo de su contexto y dicen “esto es lo que hay que hacer”. Pero a esta gente, que usa el Corán por bandera, se les olvida, en el mejor de los casos, en el peor lo omiten adrede, un versículo del mismo que es clave comprender en nuestros tiempos, y es cuando Allah describe a Su Profeta diciendo: “Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos”.
Este versículo del Corán es tremendo, es maravilloso, ¿por qué? Porque aquel que es nuestro modelo, aquel al que todo musulmán debe seguir e imitar en la medida de sus posibilidades y capacidades, fue enviado como una misericordia para todos los mundos. ¿Qué significa esto? Que todo musulmán, todo seguidor de Muhammad, tiene la obligación, no la recomendación, la obligación, de esforzarse en ser también una misericordia para todos los mundos.
¿Alguien sabe lo que hizo el Profeta del Islam, el Profeta Muhammad, del que esta calaña se dicen seguidores, y yo lo niego y lo negaré las veces que haga falta, cuando llegó a Meca, ciudad de la que había sido expulsado, ciudad cuyos habitantes durante más de veinte años lo habían insultado, maltratado, vilipendiado, atacado, tratado incluso de asesinar? ¿Los mató? ¿Los castigó? ¿Los encarceló? No, los perdonó a todos, declaró una amnistía general, dijo: “no tengáis miedo, no hay venganza contra vosotros, hoy estáis todos perdonados”. Esto si es el Islam, este si es el camino intermedio y equilibrado del Islam, y este si es el modelo que debemos imitar, no el que nos tratan de vender continuamente.
Otro ejemplo es el caso de ‘Umar Ibn Al Jattab, el segundo de los califas del Islam, al que se le acusa injustamente de intransigente, de duro y extremista. ¿Qué hace este hombre, que durante más de 20 años está expuesto a la luz del Profeta Muhammad y se empapa de la verdadera enseñanza del Islam, cuando conquista la ciudad de Jerusalen?.
Lo primero que hace al entrar en dicha ciudad es firmar un tratado con los habitantes de la misma, que nos ha llegado a través de fuentes fiables, el cual dice lo siguiente:
“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Esta es una garantía de seguridad y respeto, que el servidor de Dios, ‘Umar, el comandante de los fieles, ha dado a la gente de Jerusalén. Se les ha dado una garantía de seguridad para ellos mismos por su propiedad, sus iglesias, sus cruces, los enfermos y sanos de la ciudad y para todos los rituales que pertenecen a su religión. Sus iglesias no serán habitadas por musulmanes y no serán destruidas. Ni ellos, ni los terrenos en los que se levanten, ni su cruz, ni sus propiedades serán dañadas. No van a ser convertidos al Islam por la fuerza.
Los habitantes de Jerusalén deben pagar los impuestos como las personas de otras ciudades y deben expulsar a los bizantinos y los ladrones. Los de la gente de Jerusalén que quieran salir con los bizantinos, tomarán lo que quieran de sus propiedades y abandonaran sus iglesias, nosotros les garantizamos que podrán salir de la ciudad y estarán a salvo hasta que lleguen a su lugar de refugio.
Los aldeanos pueden permanecer en la ciudad si así lo desean. Aquellos que lo deseen podrán ir con los bizantinos y los que lo deseen podrán volver a sus familias. Nada debe ser tomado de ellos ni tampoco de sus cosecha.
Si pagan sus impuestos de acuerdo con sus obligaciones, entonces las condiciones establecidas en el presente escrito están bajo el pacto de Dios, y son responsabilidad de su profeta, de los califas y de los fieles”.
Esto es el Islam, esto es la sharia’ del Islam, esa palabra tan temida, tan mal usada y tan mal comprendida. Esa palabra que cuando la escuchamos vienen a nuestra mente lapidaciones, castigos, penas, encarcelamiento, etc… ¿Qué es la Sharia’? Je. Cuando estaba preparando estas palabras y llegué a este punto, me quede un momento en blanco, sin saber muy bien cómo afrontarlo o qué punto de vista darle, hasta que me dije a mi mismo: “Bueno Ahmed, qué mejor forma de describir lo que es la Sharia’ que hacerlo mediante los objetivos, las razones por las cuales se establece la Sharia’”.
Y esto es muy bonito, es lo que en árabe se llama MAQASID ASHARIA’, las razones de ser de la Sharia’, el por qué de las leyes de la Sharia’ los objetivos que busca la Sharia’.
Y esto, que podéis pensar que es una lista muy larga de cosas y que va a ser muy técnico y que queréis ir a comprar en el maravilloso mercado; siento mucho deciros que no, que no es así, que nos es una lista interminable de razones, que no es para nada técnico, y que bueno, si tenéis un poco de paciencia y queréis, yo no obligo a nadie a estar aquí, pero os aseguro que es muy interesante y que nos va a mostrar la verdadera esencia y mensaje del Islam.
¿Qué son las maqasid Asharia’, y por favor os pido que me dejéis usar el nombre original en árabe, que el significado es ese, las razones, los objetivos, el por qué de la Sharia’.
Cinco, cinco cosas, cinco asuntos, cinco objetivos, cinco razones. Todo el conjunto de regulaciones y leyes del Islam lo que busca es la protección de cinco cosas, todos esos libros enormes de varios tomos que hablan sobre las leyes y los juicios en el Islam son por cinco asuntos y mirad qué asuntos más maravillosos:
1 – La protección del Din, la protección de la creencia, de la adoración, de la religión.
2 – La protección de la vida.
3 – La protección del intelecto.
4 – La protección del linaje (otros aquí dicen del honor).
5 – La protección de la riqueza.
Estas cinco cosas lo son todo en el Islam, son inviolables en el Islam, son la razón de ser del Islam y, si las analizamos en detalle, nos damos cuenta de que son las bases de la vida del ser humano, las bases de toda constitución sea del país que sea, son estas, las bases de los derechos humanos, son estas.
Esto es realmente el Islam, este es el camino del equilibrio, este es el camino intermedio y, como vemos y estamos comprobando todos nosotros, está totalmente alejado del extremismo. Hace unos minutos, cuando hablábamos de ‘Umar Ibn Al Jattab hemos dicho que fue un hombre que estuvo expuesto durante 20 años a la luz del Islam, a la enseñanza pura del Islam y que eso fue lo que lo transformó, pues él ciertamente antes de ser musulmán era una persona ruda, dura e intransigente, pero el Islam lo cambió, el Islam lo transformó.
Y es que el Islam en su modo más elevado, el Islam en su esencia, en su alma de la que hemos hablado, en lo que hoy en día se la ha dado un nombre, pero antes era una realidad presente en todos los musulmanes, en lo que se denomina la ciencia del Tasawwuf, de la que Ibn Al-‘arabi, del que se ha hablado mucho en estos días en esta ciudad es uno de sus máximos exponentes, consigue ese cambio y esa transformación en las personas y las llevó de los extremos al camino intermedio, de las malas cualidades a las buenas cualidades; por eso nunca debemos desvincular ni separar el Tasawwuf del Islam, porque entonces nos estaremos quedando con una casa sin tejado, y esto es lo que realmente hacen los extremistas, se olvidan del comportamiento, del carácter, de la purificación, se olvidan del Tasawwuf, se olvidan de purificarse a ellos mismos, son ese cardiólogo que hemos mencionado antes, quitan el corazón y matan al cuerpo del que lo han retirado y matan también el cuerpo al que se lo iban a poner.
Ibn al-Farid, otro de los grandes maestros del Tasawwuf, dijo describiendo lo que es el Tasawwuf, describiendo lo que transforma a la gente de seres despreciables a seres elevados:
“Depura el carácter de los que lo practican.
Y con ello, a los que les falta decisión son guiados hacia ésta.
Aquél cuya mano no sabía cómo dar, se convierte en magnánimo.
Y el que nunca perdonaba, se contiene incluso cuando está enfadado”.
Al comentar estos versos, Shaij Ibn ‘Aŷiba dijo: “Al mal carácter le sustituye el bueno y a la pereza le sustituye la energía y el vigor. La avaricia y la tacañería son reemplazadas por la generosidad y la dadivosidad. La ira, el rencor, la irreflexión y la violencia se transforman en abnegación, dulzura de corazón, tranquilidad, resolución y compostura. El miedo, la ansiedad y el desánimo se convierten en valentía, certeza e independencia de todo lo que no es Allah. La duda y la confusión se transforman en certeza y tranquilidad. La gestión excesiva de los asuntos y la elección, se convierten en aceptación, sumisión y serenidad ante los golpes del destino. El orgullo y el deseo de posición elevada, rango y liderazgo, son remplazados por la humildad, la paz interior y el amor por la oscuridad. El amor por este mundo, la codicia y la deshonestidad, se sustituyen con el desapego, la aceptación y la escrupulosidad. La riqueza está con Allah en vez de con lo que no es Él. Cortejar a los ricos y aliarse con ellos, queda sustituido con el apartarse y no necesitarlos; y alardear de estar conectado con ellos, queda reemplazado con estar satisfecho con el conocimiento de Allah. El desdeñar y menospreciar a los pobres se sustituye con el ensalzarlos y elevarlos, estar cerca de ellos y amarlos”.
Esto es Islam, este es el camino del equilibro, este es el camino intermedio, el camino que transforma a los extremistas, sea cual sea el extremo en el que están, en gente justa y equilibrada, en –y ahora vuelvo al principio, al versículo del Corán que hemos mencionado– una comunidad que está justo en medio.
Dicho con otras palabras: todos los defectos y enfermedades presentes en las persona, que encuentran su desastrosa manifestación negativa en el extremismo, con el islam se transforman, en el peor de los casos, en debilidades inofensivas o, en el mejor de los casos, en características positivas que entran en acción. Tienen un efecto dinámico e inmediato en las vidas de todos los que las encarnan y de los que entran en contacto con ellos.
Imam Sulami hizo una relación de las formas en lo que esto ocurre y esto es precioso pues describe a la perfección el camino del Islam. Dijo, que Allah esté complacido con él:
- Llevan alegría a las vidas de sus compañeros y satisfacen sus necesidades al máximo de sus posibilidades. ¿Hacen esto los extremistas?
- Pasan por alto las injusticias que sufren, pero son firmes cuando se trata de ser justo con los demás. ¿Hacen esto los extremistas?
- Evitan criticar a sus compañeros y no tienen en cuenta los errores que estos cometen. ¿Hacen esto los extremistas?
- Se contienen a la hora de sentirse ofendidos y son extremadamente cautelosos para no causar afrentas. ¿Hacen esto los extremistas?
- Son firmes con respecto a la práctica de sus creencias, pero tienen cuidado a la hora de imponer esa misma firmeza a los demás. ¿Hacen esto los extremistas?
- Son generosos y magnánimos. ¿Hacen esto los extremistas?
- Son afables con sus compañeros. ¿Hacen esto los extremistas?
- Permiten a sus compañeros que usen sus cosas como si fueran suyas. ¿Hacen esto los extremistas?
- Son hospitalarios e invitan a la gente a compartir su comida. ¿Hacen esto los extremistas?
- Se aseguran de que sus amigos y vecinos, sean de la religión que sean, tienen lo que necesitan. ¿Hacen esto los extremistas?
- Se contentan con poco, pero desean que los demás tengan mucho. ¿Hacen esto los extremistas?
- Siempre dicen la verdad. ¿Hacen esto los extremistas?
- Cumplen con su palabra y protegen lo que se les confía. ¿Hacen esto los extremistas?
- Les encanta compartir las alegrías de sus compañeros. ¿Hacen esto los extremistas?
- No se jactan de sí mismos ni de sus buenas acciones. ¿Hacen esto los extremistas?
- Buscan la buena compañía y evitan la mala como si fuera la peste. ¿Hacen esto los extremistas?
Esto es el Islam puesto en práctica, esta es la verdadera imagen del Islam no la que nos venden algunos medios de comunicación, no esa imagen con la que somos bombardeados continuamente para hacernos creer del Islam lo que no es. La verdadera imagen del Islam es esta, y está a miles de kilómetros de las atrocidades que cometen en el nombre del Islam los extremistas del ISIS, Al-Qaeda y sus seguidores asesinos.
Esto es lo que tenemos que ofrecer a la humanidad, a nuestros compañeros en este mundo, sean de la religión que sean, tenga la creencia que tengan, sean de la raza que sean. Esta es la verdadera manifestación externa de este camino intermedio y equilibrado que es el Islam.