Assalamualeikum.
La paz con todos.
Ramadán mubarak. A todos los ayunantes presentes.
Sr. Consejero de presidencia, D.Antonio Sanz. Sr. Consejero de su majestad el rey de Marruecos, D. Andre Azulay. Sr. Directora de Fundacion Tres culturas Dña. Concha de Santaana.
Representantes de las religiones del libro, D. Isaac Benzaquen y D. Gabriel Sánchez. Autoridades, amigos y en especial mi cordial saludo al staff de esta casa que tanta amabilidad pone en cada encuentro. No voy a describir que es Ramadán, pues ya mis predecesores en la palabra, tanto Gabriel cómo Isaac se han extendido en ello. Voy a entrar en un aspecto particular que es la visión de la luna de Ramadán.
Dice Allah subhana wa ta ala en el excelso Corán. Surat al Baqara, 185.
«…así pues quien de vosotros vea el mes, que ayune…»
En esta aleya coránica hay un mandato explícito, la visión del cuarto creciente implica el comienzo del ayuno. Y esto tiene dos significados,uno de carácter legal que afecta a la comunidad y otro de carácter individual que afecta al creyente que la ha visto.
En cuanto al mandato legal básicamente consiste en que la autoridad del territorio debe sancionar el comienzo de Ramadán por la noticia que se le da de su visualización. Esto implica:
1. Que las personas que la han visto, dos al menos, sean musulmanes con buena consideración social y posean honradez y sinceridad en sus vidas.
2. Que hayan sido examinados por un juez entendido en las circunstancias de la visión lunar. Y compruebe la veracidad del testimonio.
3. Que la autoridad Islámica dé su aprobación y sancione la noticia decretando el comienzo del mes de ayuno.
En el caso de Marruecos, es una de los actos que el rey realiza desde su posición de Emir al Muminin.
El paso siguiente es hacer público este decreto y anunciarlo debidamente.
En el país vecino además del anuncio televisivo y por redes sociales hay cañonazos que lo anuncian, se toca la gaita, etc.
Pero lo que me interesa resaltar es el significado para el creyente y los creyentes que la ven, o salen a mirar.
El pasado 22 de marzo un grupo de hombres, mujeres y niños fuimos a un lugar elevado en las proximidades de la Motilla, Dos hermanas y después de una espera, que nos permitió incluso hacer el Salat del magrib, la luna apareció en nuestro horizonte. La luna que vimos es la que están viendo en la foto que hemos proyectado. La luna de Ramadán vista en Sevilla.
Para los que la ven se les hace preceptivo ayunar, incluso si la autoridad no lo ha sancionado. El mandato coránico del Señor del universo debe ser cumplido.
La otra cosa que poseen los que miran la luna es que establecen una sunna con la que obtienen una conexión con el cosmos en movimiento. Una conexión con la religión primordial, la de Sayyidina Abraham, la paz con él, el Hanif que reconoció la unicidad divina.
Esta conexión cósmica está apoyada, en los ritmos cambiantes del universo insertados en su práctica de la oración. Y esto les marca el carácter. He observado en la gente que miran la luna, que son personas de una gran independencia interior ante los poderes políticos y religiosos en cualquier tiempo y clima, al decir de Ibn Jaldun, y esto no significa estar apartados socialmente.
Son personas que cuidan la creación y a las criaturas en los órdenes del mundo vegetal,animal y humano. Y por su práctica vital están fuera de la tiranía tecnológica.
También he visto su capacidad para ayudar a sus hermanos, dan de sí lo mejor y ayudan a los que están faltos en este tiempo, de ayuno, pero en cualquier otro igualmente.
Esta es una gente con la que vivir es un regalo.
Queridos todos, este pequeño espacio de tiempo ha concluido y os deseo a todos los presentes una noche de disfrute y mutuo conocimiento y proximidad. Salam.
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