En el mundo en el que vivimos estamos bombardeados constantemente con información de muchas fuentes diferentes: televisión, prensa, redes sociales, conversaciones con compañeros, amigos y familia o lo aprendido de maestros y hombres y mujeres de conocimiento y estudio. Y esta información es a menudo contradictoria, entonces ¿cómo sabemos qué creer? ¿De acuerdo a qué bases aceptamos un discurso u otro?  Me he dado cuenta de que la respuesta está en la confianza, y para que esa confianza esté depositada en el lugar correcto tenemos que reconocer la verdad cuando la vemos y distinguirla de la falsedad.   De esta forma, las dos claves para vivir en este mundo ‘ala bayyinatin min al-amr, con los ojos abiertos, viendo una situación de forma clara por lo que es, son sidq y amana. ¿Cómo adquirimos estas cualidades?  La respuesta es creencia en Allah y en Su Mensajero, la paz sea con él. ¿En qué me baso para decir esto? En base al significado de estas mismas palabras. Las dos palabras principales en árabe para creencia son iman y tasdiq -literalmente, tener creencia o confianza y afirmar o reconocer la verdad. Tener iman es poner nuestra confianza en aquel que es digno de ser confiado y tener tasdiq es ver la verdad cuando aparece frente a nosotros.   Mientras más pura es nuestra creencia más ponemos nuestra confianza en el lugar correcto, no en el incorrecto, y más capaces somos de reconocer la verdad y distinguirla de la falsedad, independientemente de lo razonable que parezca la falsedad y extraña que puede parecer la verdad.   El mejor ejemplo de esto es Saidina Abu bakr, que Allah esté complacido con él, quien recibió el sobrenombre de as-Siddiq, dada su afirmación sin vacilaciones del Viaje Nocturno del Profeta cuando le fue contado; un viaje aparentemente tan ridículo que los adoradores de ídolos pensaron que habían encontrado la prueba definitiva que necesitaban para convencer a los seguidores del Profeta de que lo abandonasen. ¿Cuál fue la respuesta de Abu Bakr cuando, burlándose, le dijeron alegremente que Muhammad afirmaba que había viajado a Jerusalén y había vuelto en una sola noche? Dijo: “Si él lo ha dicho, entonces tiene que ser verdad”. No le importaba qué era lo que se decía, solo quién lo decía. Y aquel que lo decía era as-Siddiq al-Amin -el veraz que nunca había mentido, aquel en quien se podía confiar absolutamente en su palabras, estados y acciones. El hombre que en toda su vida nunca había dicho una mentira y nunca había traicionado una confianza. El hombre del cual todas sus palabras era aceptada incluso por sus enemigos -excepto cuando se trataba de asuntos del din- y a quien estos confiaban su riqueza incluso mientras planeaban su caída.  Saidina Abu Bakr entendió; y si queremos dar sentido al mundo en el que vivimos y ver qué camino seguir y cuál evitar, qué narrativa aceptar y cuál rechazar, debemos entender también. No todas las fuentes son iguales. Toma solo de la gente de Allah y los herederos del Rasul, la paz sea con él, y lo que ellos indican. Y el resto… tómalo con cuidado. No lo hagas la base de tu entendimiento de lo que sucede en el mundo. La mayoría de esas fuentes tiene una trayectoria probada de equivocarse, sino de falsedad abierta y desinformación, lo que se ha llamado fake news, ya sea completamente falso o engañoso a través de la aplicación u omisión de énfasis. Allah dice:   ¡Vosotros que creéis! Si alguien, que no es digno de confianza, os llega con una noticia, aseguraos antes; no vaya a ser que, por ignorancia, causéis daño a alguien y tengáis luego que arrepentiros de lo que hicisteis. (Los aposentos privados, 49:6)  Este aya, fue revelado cuando un hombre informó que un grupo de gente había dejado el Islam y se había unido al enemigo, pero, en lugar de atacarlos, el Mensajero de Allah, que la paz sea con él, mandó a un grupo de personas de confianza para comprobar si la información era correcta. No creyó automáticamente lo que se le había dicho, especialmente dada la fuente y que se acusaba a un grupo de musulmanes. Y descubrieron que lo que el hombre había dicho era falso. Esta gente continuaba siendo musulmana.  Tenemos que tener cuidado. Tenemos que tener discriminación y nuestra posición por defecto respecto a los demás musulmanes debe ser de pensar lo mejor. Debemos de ser rápidos en creer lo bueno y lentos en creer lo malo.   Otro ejemplo de esto lo encontramos en la historia de la calumnia contra nuestra madre, puesto que era una de las Ummahat al-mumini -madre de los creyentes- ‘A’ishah. La mentira fue extendida y en lugar de hacer lo que había hecho el Mensajero de Allah, que la paz sea con él, cuando recibió la información del fasiq, una parte importante de los creyentes la diseminó. Y la mentira llegó a ser aceptada en algunos círculos como verdad, y creó tan mala sangre entre la gente de Madina que heridas antiguas se reabrieron, volvieron a surgir antiguas diferencias y la fitna volvió a mostrar sus horribles dientes. Se desenfundaron las armas y dibujaron líneas de batalla y el desastre solo fue evitado por una revelación de al-Haqq:  ¿Por qué cuando lo escuchasteis no dijisteis: no es propio de nosotros hablar de esto? ¡Gloria a Ti! Esto es una enorme calumnia. (La luz, 24:16)  Allah hizo que esta situación ocurriese para enseñarnos algo. No aceptéis las palabras tal y como suenan cuando su fuente es desconocida o de poca confianza. Al contrario, piensa lo mejor de tus hermanos musulmanes y considera lo que has oído una mentira a menos y hasta que se demuestre lo contrario.   Lo que está sucediendo con el Príncipe heredero de Arabia Saudí, Muhammad bin Salman, es un reflejo de esta situación. De todas direcciones recibimos una narrativa sobre quién es y qué ha hecho para que lo percibamos de una forma particular. Y la ofensiva propagandística ha sido efectiva, llagando incluso a que varios Imams y grupos de musulmanes la propaguen en sus misivas y a sus congregaciones dándoles instrucciones, entre otras cosas, de boicotear el Hajj. Abandonar una obligación debida a Allah para mostrar nuestro descontento hacia una de Sus creaciones. Han mordido el cebo, caído en el anzuelo, quedado atrapados en sus redes y sucumbido, pero incluso si lo que se dice fuese verdad, esto no justificaría sus acciones. Aún así sería ghiba -comerse la carne de un hermano musulmán. Poner su confianza en las fuentes erróneas los ha llevado por un camino oscuro y lejos de la verdad. Dice Allah:   Si obedecieras a la mayoría de los que están en la tierra, te extraviarían del camino de Allah; ellos no siguen sino suposiciones, tan sólo conjeturan. (Los rebaños, 6:116)  Como musulmanes se nos enseña que apoyemos a nuestros hermanos musulmanes y que hablemos bien de ellos, o que nos mantengamos en silencio. Como dijo el Profeta, que la paz sea con él:  Quien crea en Allah y en la Próxima Vida que hable el bien o callé. No diseminamos lo malo que oímos de otros, incluso aunque sepamos que es verdad. Ibn Sirin dio:   “Si escuchas algo (malo) sobre tu hermano, busca una excusa para ello. Si no puedes encontrar una excusa, entonces di a ti mismo: ‘Puede que tenga una excusa que no conozco’”.   E incluso más cuando llega de fuentes que sabemos que no son de confianza. Tened mucho cuidado con lo que decís y guardar siempre la compañía de los veraces. Dice Allah:  ¡Vosotros que creéis! Temed a Allah y hablad acertadamente. (Los coligados, 33:70)  ¿Quiénes son los veraces? Son aquellos en quienes lo interno y lo externo está en armonía. Que hacen lo que dicen y dicen que lo quieren decir. Son la gente de Allah, los muttaqin y los dhakirin. Escuchad sus palabras y basad vuestra forma de entender el mundo en lo os dicen. Hace esto y estaréis a salvo y veréis el mundo por lo que es. Puesto que lo veréis no a través de la luz del sol, o la luna o de farolas y lámparas, sino a través de la luz de Allah y de Su gente.   Me gustaría terminar el Jutba con un dua del Mensajero de Allah, que la paz sea con él, que es muy importante para nosotros en el tiempo de inimaginable falsedad e ilusión en el que vivimos, en el que nada es lo que parece. Estos tiempos que nos describió el Profeta cuando dijo:   Llegará un tiempo de gran confusión en el que las palabras de los mentirosos serán creídas y los veraces serán rechazados, en el que se confiará en los desleales y no en quienes son dignos de confianza.  El dua es:  ¡Oh Allah! Muéstranos la verdad como verdad y haz que sea nuestro rizq el seguirla y muéstranos la falsedad como falso y haz que sea nuestro rizq el abandonarla.

Khutba on Trust, Truth, and Belief

In the world we live in we are constantly bombarded with information from many different sources: television, press, social media, conversations with peers, friends and family or what we have learned from teachers and men and women of knowledge and study.
And this information is often contradictory, so how do we know what to believe?
On what basis do we accept one discourse or another?
I have come to realize that the answer lies in trust, and for that trust to be placed in the right place we have to recognize the truth when we see it and distinguish it from falsehood.
In this way, the two keys to living in this world ‘ala bayyinatin min al-amr, with our eyes open, seeing a situation clearly for what it is, are sidq and amana.
How do we acquire these qualities?
The answer is belief in Allah and His Messenger, peace be upon him.
On what basis do I say this?
Based on the meaning of these same words.
The two main Arabic words for belief are imam and tasdiq – literally, to have belief or confidence and to affirm or acknowledge the truth.
To have a magnet is to put our trust in the one who is worthy of being trusted, and to have tasdiq is to see the truth when it appears in front of us.
The purer our belief, the more we put our trust in the right place, not the wrong place, and the more we are able to recognize truth and distinguish it from falsehood, regardless of how reasonable the falsehood may seem, and how strange the truth may seem.
The best example of this is Saidina Abu bakr, may Allah be pleased with him, who was nicknamed as-Siddiq, given his unhesitating statement of the Prophet’s Night Journey when it was told to him; a journey so seemingly ridiculous that idol worshippers thought they had found the ultimate proof they needed to convince the Prophet’s followers to abandon him.
What was Abu Bakr’s response when, mockingly, he was told cheerfully that Muhammad claimed that he had traveled to Jerusalem and returned in a single night?
He said, “If he has said it, then it must be true.”
He didn’t care what was being said, only who was saying it.
And the one who said it was as-Siddiq al-Amin – the truthful one who had never lied, the one who could be absolutely trusted in his words, states and actions.
The man who in his entire life had never told a lie and had never betrayed a trust.
The man whose every word was accepted even by his enemies – except when it came to matters of the deen – and to whom they entrusted their wealth even as they plotted their downfall.
Saidina Abu Bakr understood; And if we want to make sense of the world we live in and see which path to follow and which to avoid, which narrative to accept and which to reject, we must understand as well.
Not all fonts are created equal.
Take only from the people of Allah and the heirs of Rasuul, peace be upon him, and what they indicate.
And the rest… Take it carefully.
Don’t make it the basis of your understanding of what’s going on in the world. Most of these sources have a proven track record of being wrong, if not of outright falsehood and disinformation, what has been called fake news, either completely false or misleading through the application or omission of emphasis.
Allah says:

You who believe!
If someone who is not trustworthy comes to you with news, make sure first; lest you cause harm to someone through ignorance and then have to repent of what you did.
(Private Apartments, 49:6)

This aya, was revealed when a man reported that a group of people had left Islam and joined the enemy, but, instead of attacking them, the Messenger of Allah, peace be upon him, sent a group of trustworthy people to check if the information was correct.
He did not automatically believe what he had been told, especially given the source and that a group of Muslims were accused.
And they discovered that what the man had said was false.
These people continued to be Muslims.
We have to be careful.
We have to be discriminated against, and our default position in relation to other Muslims must be one of good thought.
We must be quick to believe the good and slow to believe the bad.
Another example of this is found in the story of slander against our mother, since she was one of the Ummahat al-mumini (mother of the believers) ‘A’ishah.
The lie was spread and instead of doing what the Messenger of Allah (peace be upon him) had done, when he received the information from the fasiq, a significant part of the believers spread it.
And the lie came to be accepted in some circles as truth, and it created such bad blood among the people of Madina that old wounds were reopened, old differences resurfaced, and the fitna again showed its horrible teeth.
Weapons were drawn and battle lines drawn and disaster was only averted by a revelation from al-Haqq:

Why did you not say when you heard it: It is not proper for us to talk about this?
Glory to You!
This is a huge slander.
(The Light, 24:16)

Allah made this situation happen in order to teach us something.
Do not accept words as they sound when their source is unknown or untrustworthy.
On the contrary, think the best of your Muslim brothers and consider what you have heard a lie unless and until proven otherwise.
What is happening with Saudi Arabia’s Crown Prince Muhammad bin Salman is a reflection of this situation.
From all directions we receive a narrative about who he is and what he has done to make us perceive him in a particular way.
And the propaganda offensive has been effective, even leading several Imams and groups of Muslims to propagate it in their missives and to their congregations instructing them, among other things, to boycott the Hajj.
Abandoning an obligation due to Allah in order to show one’s discontent with one of His creations.
They have taken the bait, fallen on the hook, been caught in their nets, and succumbed, but even if what is said were true, this would not justify their actions.
It would still be ghiba – eating the flesh of a Muslim brother.
Putting their trust in the wrong sources has led them down a dark path and away from the truth.
Allah says:

If you obey the majority of those on earth, they would lead you astray from the path of Allah; they follow nothing but suppositions, they only conjecture.
(The Flocks, 6:116)

As Muslims we are taught to support our Muslim brothers and sisters and to speak well of them, or to remain silent.
As the Prophet said, peace be upon him: Whoever believes in Allah and the Hereafter should speak good or be silent.
We don’t spread the bad things we hear about others, even if we know it’s true.
Ibn Sirin said: “If you hear something (bad) about your brother, look for an excuse for it. If you can’t find an excuse, then say to yourself, ‘I may have an excuse I don’t know.'” And even more so when it comes from sources that we know are not trustworthy.
Be very careful what you say and always keep the company of the truthful.
Allah says:

You who believe!
Fear Allah and speak rightly.
(The Allies, 33:70)

Who are the truthful?
They are those in whom the inner and the outer are in harmony.
That they do what they say and say they want to say it.
They are the people of Allah, the muttaqin and the dhakirin.
Listen to their words and base your understanding of the world on what they tell you.
Do this and you will be safe and see the world for what it is.
For you will see it not through the light of the sun, or the moon, or lampposts and lamps, but through the light of Allah and His people.
I would like to end the Khutba with a dua from the Messenger of Allah, peace be upon him, which is very important for us in the time of unimaginable falsehood and illusion in which we live, in which nothing is as it seems.
These times that the Prophet described to us when he said:

There will come a time of great confusion in which the words of liars will be believed and the truthful will be rejected, in which the disloyal will be trusted and not those who are trustworthy.

The dua is:

O Allah!
Show us the truth as truth and make it our rizq to follow it and show us falsehood as false and make it our rizq to abandon it.


Khutba delivered by Shaykh Habib Bewley in Cape Town on Friday, October 26, 2018.