Reflexiones sobre mi primer año como Musulmán. De Ramadán a Ramadán

En el nombre de Allah, El Misericordioso y El Compasivo.

As-Salamu Alaykum wa-rahmatullahi wa-barakatuh.


Mi nombre es ʿĪsā y hace ya un año que descubrí y acepté el Islam como el camino a emprender en esta vida que Allah, subhana wa to ‘Ala, nos ha permitido experimentar.

Y este mes pasado atrevesé mi primer Ramadán. Una experiencia fundamental en la que las energías se mueven en la comunidad y estamos obligados a vivir. Por lo que he podido aprender todo lo que rodea a este período tan importante.

Al atravesar éste sagrado mes, he podido comprobar todos los aspectos y los objetivos que Allah, subhana wa to ‘Ala, nos pone dentro de su mandato.


El ayuno en Ramadán no es sólo desprendernos de cualquier estímulo que podamos sentir en esta vida. Va mucho más allá. Es madurez, una prueba del carácter que cada año tenemos que atravesar y cumplir. Ponernos en la piel de aquellas personas que no viven en las mismas condiciones que muchos de nosotros, para poder así crecer y avanzar como personas y buenos musulmanes y conectar con nuestra esencia.


Para ello Allah, subhana wa to ‘Ala, nos pone durante éstos días en situaciones difíciles, pues son éstas las que nos hacen crecer y aprender a tener control sobre nosotros mismos. Es ahí donde reside esa oportunidad de madurez que Allah, subhana wa ta ‘Ala, nos regala cada año en éste mes de Ramadán, dado que es lo que nos diferencia del resto de criaturas de la creación.


Del mismo modo es un período para pasar en familia y en comunidad, pues es el tiempo en el que Allah, subhana wa to ‘Ala. nos reúne para atravesar juntos éste ayuno que es lo que nos une a todos, y poder compartir cada momento que nos regala a cada uno de nosotros y desconectar de lo demás para centrarnos en el recuerdo del Altísimo.


He llegado a entender la importancia de éstos días. La magia que alberga, y todo lo que nos puede llegar a ofrecer si sabemos aprovecharlo de buena manera. El camino de Dios realmente es sencillo, pero nosotros lo complicamos. Por eso si nos entregamos con paciencia y confianza en la creencia verdadera, Él nos llevará al éxito en el Dunyā. Será cuando estemos más cerca de nuestro creador.


“Señor nuestro, haznos devotos a Ti; Haz de nuestra descendencia una
comunidad devota a Ti. Muéstranos cómo adorar y aceptar nuestro
arrepentimiento, porque Tú eres El Siempre Indulgente, El Más Misericordioso.”


As-Salamu Alaykum wa-rahmatullahi wa-barakatuh