Seminario completo de introducción al Fiqh de Sheij Ahmed Bermejo

SEMINARIO

INTRODUCCIÓN AL FIQH

  • Introducción  al fiqh
  • Importancia del fiqh
  • Las escuelas del fiqh y sus imames
  • ¿Seguir una escuela o establecer una común?
  • La metodología del fiqh

Introducción al Fiqh

¿Qué es el Fiqh? ¿Por qué hablar de Fiqh? ¿Qué importancia tiene el Fiqh? ¿Por qué estamos dedicando este seminario entero a hablar del Fiqh? Y de hecho, no vamos a entrar a hablar del Fiqh, si no que lo que vamos a hacer, va a ser una introducción al Fiqh, para que comprendamos la importancia que tienen; y alguien puede preguntarse en este momento: ¿Pero es realmente tan importante el Fiqh? La respuesta es si, porque el Fiqh es la ciencia que estudia el Islam.

Todos sabemos que nuestro Din, que el Islam se divide en tres partes, y estas tres partes están tomadas del famoso hadiz de Yibril, el hadiz en el que estando el Mensajero de Allah con sus compañeros, vino un hombre, se sentó ante él y le preguntó acerca del Islam, del Iman y del Ishan, con lo cual de ese hadiz, se ha tomado que nuestro din, está dividido en estas tres partes; la primera es el Islam, la segunda el Iman y la tercera el Ihsan; cada una de estas partes, tiene toda una ciencia que la estudia, de este modo la ciencia que estudia el Islam, es el Fiqh, la ciencia que estudia el Iman, es la aquida y la ciencia que estudia el Ihsan, es el tasawwuf.

Por consiguiente tenemos que la ciencia que estudia el Islam es el Fiqh, dicho de otra manera mucho mas clara, si no hay Fiqh, no hay Islam, ¿por qué? Porque el Fiqh es lo que nos dice, por ejemplo, que el salat de duhur son cuatro raka’ats, que se recitan en voz baja, en los dos primeros rakats fatiha y sura, y en los dos últimos solo el fatiha, entre medias se hace un atahiyatu, y se finaliza con otro justo antes del salam.

Todo esto, es parte de Fiqh, de manera que si no sabemos esto, no estaremos haciendo el salat correctamente, y es cierto que si haces algo mal sin conocimiento, no ocurre nada, ya que Allah mira tu intención y si es sincera Allah lo acepta; lo que pasa, es que esta frase de, no no, es que no sabía como se hacía, o de que la ignorancia es la felicidad, tenemos que ser conscientes de que es válida únicamente hasta cierto punto, ya que por encima de ella, hay otra que es: “busca el conocimiento de aquello que Allah te ha ordenado”; es decir, que Allah te ha ordenado que hagas el salat, entonces busca el conocimiento del salat, esfuérzate por aprender cómo se hace el salat correctamente, conoce todas las reglas referentes al salat. Siempre hay en nuestro din una exhortación a buscar y aprender sobre aquello que tenemos que hacer.

Pero el Fiqh en si va mucho mas allá; y hay mucha gente que desprecia el Fiqh, lo considera una ciencia menor, y le dan preeminencia a otras ciencias como son la aquida o el tasawuf, que si el corazón tiene buena opinión el resto no importa… Actuar de esta manera en un error tremendo; no tiene una ciencia mas importancia que la otra, todas son igual de importantes, me atrevería incluso a decir que si alguna tiene más importancia es precisamente el Fiqh, porque el Fiqh entra en todos los aspectos, tanto en los actos de adoración como en los mu’amalat, las relaciones y transacciones con los seres humanos.

Debemos saber que todas nuestras acciones se dividen en dos categorías, son bien ibadat, lo que salemos traducir como actos de adoración, que son aquellos aspectos que tienen que ver con tu relación con Allah; y por otro lado tenemos las mu’amalat, que son los actos en tu relación con el resto de las criaturas, y el Fiqh entra en ambos aspectos, tanto en las ‘ibatad como en las mu’amalat.

El Fiqh tiene respuestas a todas las situaciones por las que atravesamos en nuestra vida, por ejemplo, un hombre se separa de su mujer, y tienen hijos, todo el tema de la manutención, quien tiene la potestad, con quien se tienen que quedar, todo eso, son temas que trata el Fiqh.

Por ejemplo, yo tengo constancia de que fulano se va a ir de viaje a Turquía y va a traer alguna mercancía para vender aquí; yo le digo ah vale, pues ya que vas, toma este dinero y cómprame esto y esto otro. Si durante el viaje pierde el dinero quién lo tiene que reponer? Hay diferencia sobre si ya ha comprado y tiene en sus manos la mercancía? De quién es la responsabilidad si hay un defecto en la mercancía? Etc, etc, etc.

Las herencias, los negocios, las transacciones, los alquileres, las compensaciones, los contratos, el Yihad, son todo temas que abarca y que estudia la ciencia del Fiqh.

Por consiguiente, el Fiqh no es únicamente saber cuantos rakats tiene el salat de magrib, y esto es lo que mucha gente no entiende cuando se habla del Fiqh, esos que dicen, ah, si yo ya se hacer el salat, no hace falta que vaya a clases; el Fiqh va mucho mas allá. Por eso se considera como una obligación colectiva, un fardu kifaya, el que en una comunidad, o en un grupo de gente, haya algunos versados en la ciencia del Fiqh, ya que ellos serán los que podrán dirimir cuestiones como estas que acabamos de poner a modo de ejemplo.

Con lo que en ningún momento podemos obviar ni desprestigiar el Fiqh, hay que darle toda la importancia que tiene, que es vital, pues si el conocimiento del Fiqh no está presente, es muy probable que lo que estemos haciendo, no lo estemos haciendo dentro de los parámetros establecidos por Allah, por mucho que digamos que nuestro corazón está diciendo o sintiendo lo contrario.

¿Cuál es el objetivo del Islam? ¿Qué es lo que pretende el Islam?

El Islam pretende crear una comunidad, una sociedad. No va dirigido exclusivamente al individuo; o podemos decir mejor que sí va dirigido al individuo, si tomamos al individuo como un ser social, un ser creado para vivir en comunidad, con otra gente, teniendo todo tipo de relaciones los unos con los otros.

Para que esto sea posible, es necesario un marco legar, un corpus legal, una compilación de juicios legales que engloben todos los aspectos de la vida social y personal de la comunidad musulmana. Y esto, es ciertamente el Fiqh, a lo que también se le da el nombre de la jurisprudencia o del derecho islámico.

El Islam lo que pretende es fundar una sociedad con valores distintos al de las sociedades idólatras, y para ello dota a los musulmanes de todo lo que precisan para realizar en lo práctico tanto su Islam individual como el colectivo. El Fiqh es el esfuerzo realizado para concretar esas prácticas deduciéndolas principalmente de las dos únicas fuentes que los musulmanes aceptan como autoridades indiscutibles: el Corán y la Sunna o Tradición del profeta.

Es decir, el Fiqh abarca en sus discusiones todos los aspectos de la vida humana, ofreciendo para cada cuestión un juicio (Hukm) obtenido principalmente de las dos fuentes mencionadas.

El Fiqh es el esfuerzo realizado por los musulmanes en este sentido. Esto es importante: su voluntad es la de aunar a los musulmanes dentro de una comunidad, y para ello recurre a lo único que aceptamos todos por encima de nuestra voluntad personal: la Revelación. Es así como es posible alcanzar un consenso que haga posible esa vida y lenguaje común que son la base del Islam como civilización.

Lo único que es exigido es el rigor con el que debe encararse el compromiso con el Islam, es decir, que no es válido, tomar lo que conviene del Islam, del Fiqh, y dejar de lado lo que no nos conviene. Pues ciertamente esa es una de las causas que conducen al extravío y la perdición de las comunidades. AFATUMINUNA BIBA’DIL KITABI WA TAKFURUNA BIBAD.

El Corán, la primera de las Fuentes, fue revelado al Profeta Muhammad (s.a.s.) a lo largo de veintitrés años. Durante ese periodo, él lo iba interpretando y comentando con sus palabras y sus acciones. Esos veintitrés años, divididos en dos etapas (Meca y Medina), son el tiempo de las revelaciones que dan forma al Islam, que a su vez se iba cristalizando en una comunidad.

Lo que a lo largo de los siglos, han hecho la gente de conocimiento es buscar inspiración en ese periodo fértil, para establecer un corpus legal, y esto es lo que recibe el nombre de Fiqh.

El Fiqh, por tanto, lo que pretende dar respuesta a preguntas prácticas. Es el cómo del Islam. Y en este sentido lo abarca todo, desde las prácticas individuales (‘Ibâdât), a las transacciones de todo tipo (Mu‘âmalât), incluyendo las relaciones familiares, la economía, los contratos, el comercio y los negocios, la política y las relaciones internacionales, los procedimientos criminales y la administración de justicia, la guerra y la paz, etc.

QUÉ ES EL FIQH 

La palabra Fiqh, lingüísticamente hablando, significa comprensión, conocimiento, entendimiento, profundización, y es un término que se emplea en todas las ramas del saber para designar su estudio meticuloso.

Dándole este significado, Allah usa esta aleya en diferentes aleyas del Corán, como por ejemplo cuando la gente de Shu’aib le dice: “¡Shu’aib! No comprendemos mucho de lo que dices”.

Ahora bien, el uso corriente emplea el término Fiqh para designar casi exclusivamente a la jurisprudencia islámica: es la ciencia del derecho en un sentido muy amplio como iremos viendo a lo largo de este seminario, o en otros si vemos que nos parece interesante ahondar en ello.

Si queremos darle una definición más técnica o mas precisa, y es una de las definiciones clásicas de lo que es el Fiqh, tal vez la mas apropiada sea la siguiente: La ciencia que trata las ramificaciones/sub-divisiones de los juicios/leyes de la Sharia, sobre sus pruebas detalladas y basándose en evidencias. Puede que esta última frase, sea de las más importantes de la definición, y es que se basa siempre, en pruebas detalladas, en evidencias, tomadas en su mayor parte, bien del Corán o bien de la Sunna.

Lo que hemos visto hasta ahora es la explicación y definición de lo que es el Fiqh y lo que representa y hemos visto también parte de su importancia.

Ahora bien, puede que llegados a este punto, si alguien ha estado prestando atención, que espero que lo hayáis hecho, puede que se esté haciendo una pregunta que está muy conectada con lo que hemos visto hasta ahora especialmente con la última frase de la definición que acabamos de dar.

La pregunta sería algo así como: “vamos a ver: si el Fiqh se nutre de la misma fuente, Corán y Sunna principalmente, si es un corpus legal que lo busca es sentar las bases de una sociedad bla bla bla bla bla bla, por qué hay diferencias, por qué hay diferentes escuelas en el Fiqh, por qué hay diferentes madhahib?”.

Esta pregunta es fundamental, es muy importante, realmente es clave y ya veréis como una vez comprendida la respuesta, podremos resolver muchas de las dudas y malinterpretaciones que hay hoy en día respecto a este asunto, que tengo que decirlo porque si no reviento, las hay y muchas y todas, por ignorancia.

Pero antes de entrar a responder a la pregunta, quiero dejar claro que el esto sea así, el que haya diferencias entre los madhahib, no significa, como mucha gente piensa, que el Islam esté separado, ni que esté enfrentado ni nada de eso, ni que los partidarios de una de estas escuelas tenga la verdad absoluta y los otros estén equivocados; todo lo contrario, estas diferencias, son una muestra de la amplitud y la facilidad que encierra nuestro Din. Es importante que este asunto lo comprendamos de esta manera; las diferencias que hay entre las escuelas, no son para que unas se enfrenten a otros, NO; nunca podemos tomarlo así, son muestra de la misericordia de Allah.

AHMAD IBN HANBAL . LIBRO DIFERENCIAS EN EL FIQH.

Acabamos de mencionar los madhahib, ¿qué son los madhahib?, los madhahib son las cuatro escuelas clásicas, tradicionales y aceptadas que a día de hoy se conservan; esas cuatro escuelas, como bien sabemos todos son: Hanafi, Maliki, Shafi’i y Hanbali. Según la gran mayoría de los musulmanes, aunque hoy por desgracia, esa mayoría empieza a decrecer; pero sigue siendo la gran mayoría, están de acuerdo en que el que sigue una de estas cuatro escuelas, está, sin ningún tipo de duda, viviendo bajo los parámetros de las dos grandes bases del Islam, que son el Corán y la Sunna.

¿Cómo se forman esas escuelas? Se forman de una manera orgánica, no es una persona que diga, voy a crear una nueva escuela de jurisprudencia porque no me gusta como se hacen las cosas, no, no tiene nada que ver con esto, se forman de una forma natural, surgen cuando hay que dar respuesta a los casos que hay que afrontar.

Ya que Islam, como bien sabemos, nace en el seno de la península arábiga, nace como algo extraño, algo nuevo, algo desconocido. La mayoría de sus actos de adoración son desconocidos, así como sus enseñanzas en lo referente al carácter y al comportamiento. Desde su inicio, o mejor dicho, tras sus inicios, el Islam comienza a extenderse a una velocidad de vértigo, en un tiempo muy diferente al que vivimos hoy en día, en el que si ocurre algo en China o en América, aquí estamos enterados de lo que ocurre en tiempo real. Hace 1400 años no era así, era muy distinto. Las distancias y los tiempos no podemos medirlos con el parámetro que los medimos hoy en día. Con lo que tenemos que hacer un esfuerzo por abrir nuestra mente y transportarnos a esos tiempos, a esas distancias, a esas medidas.

El Islam se extiende a una rapidez inverosímil, y llega a lugares en los que hay una forma de vida, una cultura, unas costumbres que son muy diferentes a las que existían en Meca y en Medina, realmente no tenían prácticamente nada que ver, con lo que podemos decir que hay un proceso de adaptación, de que el Islam se adapte a lo que hay, o lo que hay se adapte al Islam; pues es justo en ese proceso de adaptación, en el que se confronta lo que la gente había aprendido de sus padres y estos de los suyos y estos a su vez de los suyos, con todo lo nuevo que traía el Islam. Es en ese campo de cultivo, en esa situación nueva donde surgen las controversias, las dudas sobre qué es Islam y qué son costumbres del lugar y enseñanzas previas.

Entonces es cuando surge la figura de, entre otros, Abu Hanifa, que surge por la necesidad que hay de diferenciar y de explicar qué es correcto y qué no lo es, qué es Islam genuino y qué no lo es. Este es el origen de los madhahib, es proteger el Din, mantener el Din lo más claro y nítido posible, no es crear algo nuevo, no es bi’da, no son pretensiones de individuos que se quieren ganar fama y nombre, nunca, jamás, podemos entenderlo así.

Por lo tanto las diferencias en los madhahib no están, como piensan los ignorantes hoy en día, en que los imames fundadores de dichos madhahib ignoran algunas de las aleyas o de los ahadiz, quien diga eso, no es mas que un ignorante, la diferencia reside en dos cosas.

Tenemos que tratar de llegar a un juicio, esto está permitido, es obligatorio, está prohibido, es recomendable, es indeseable, para poder dar ese juicio, no lo digo así sin mas, si no que estudio el caso y me dirijo a las fuentes, sobre este caso en el Corán se ha dicho tal cosa, hay un hadiz que dice otra, la práctica habitual de la gente de Medina es esta otra, la costumbre de la gente en el lugar en el que resido es otra, etc, miro todas las posibilidades, las estudio con detalle y luego, hago otra cosa y esta es la clave, uso una metodología, me ciño a un patrón para dar el juicio, ese patrón, esa metodología, que consiste en el cómo abordo las fuentes y qué tengo presente de ellas, es la conocida como la ciencia del Usul al Fiqh.

USUL

Y qué es este nuevo término, que puede que algunos de vosotros no hayáis escuchado en vuestra vida, qué es usul al Fiqh,. El usul al Fiqh es una de las claves de todo, y es la llave para poder comprender el Fiqh. Usul al Fiqh es un concepto compuesto por dos términos, usul y fiqh, así que vamos a tratar de explicar estos dos términos para poder comprender lo que significa la ciencia.

Usul, qué significa Usul? Siempre que se estudian en árabe los conceptos o las palabras se les da dos definiciones, la definición lingüística, lo que significa en al lengua y la definición de la ciencia que estás tratando, ya que una misma palabra puede tener diferentes significados si estás tratando una ciencia u otra, y estos es importante saberlo, no todo quiere decir lo mismo, por ejemplo el ‘ilm si hablamos en término de fiqh no es lo mismo que si hablamos en términos de tasawwuf, por eso hay que ser muy cuidadosos con qué términos empleamos y cómo los comprendemos, el uso del lenguaje es fundamental.

Usul, lingüísticamente hablando es aquello sobre lo que se construye algo, o el origen de algo, por ejemplo el cimiento sobre el que se construye un muro, o por ejemplo el padre es el origen del hijo, o por ejemplo la raíz del árbol. Allah subhanahu wa ta’ala emplea este término en el Corán cuando dice: “¿Acaso no ves como Allah compara la buena palabra con un árbol bueno cuya raíz es firme y cuyas ramas están en el cielo?”.

Este es el significado lingüísticamente hablando, si hablamos es términos de sharia’, o en términos de fiqh, el términos de derecho o de jurisprudencia, el usul es la regla establecida a través de la cual se deriva el juicio.  ¿Y cuál es el juicio?, el juicio es como hemos dicho antes el Fiqh en si.

Por lo tanto estos dos términos, usul y fiqh, forman el Usul al Fiqh, y qué es el Usul al Fiqh; es la ciencia que estudia la metodología a través de la cual se derivan los juicios. O otra definición clásica que se suele dar es: “Las pruebas de los juicios del Fiqh”.

Es decir que el usul al fiqh es lo que te lleva a dictaminar que una cosa está prohibida o está permitida, y aquí es donde radican las diferencias entre los madhahib. Los cuatro grandes Imames, Abu Hanifa, Malik, Shafi’ e Ibn Hanbal, lo que les diferencia realmente no es su fiqh, NO, es su usul al Fiqh, es qué metodología emplean para dictaminar un juicio, al haber diferencia en la metodología, existe por supuesto diferencia en el resultado final, y ese resultado final es el fiqh. Por lo tanto podemos afirmar que el Fiqh es la regla y el usul es cómo se ha llegado a esa regla.

Ahora si lo vemos con claridad. ¿Por qué en un madhhab tal cosa se hace de una manera y en el otro se hace de esta otra? Porque se ha empleado una metodología distinta. Esa metodología hemos dicho que difiere de un Imam a otro, aunque hay cuatro puntos en los que coinciden, o cuatro fuentes de las que se nutren todos los madhahib y todos emplean estas fuentes; que son: El Corán, la sunna, el Iyma’ (que es el consenso) y el famoso y conocido Qiyas (la analogía) que es lo que se emplea para dar respuesta a nuevos casos, sobre el qiyas podríamos hablar a lo largo de todo un seminario, porque es lo que hoy en día se hace, y lo cierto es que no se hace, en la mayoría de los casos, de la manera correcta. Ya que para hacer qiyas debe haber unas condiciones, no puedes hacerlo así porque sí, tiene que existir una fuente, es decir, un caso antiguo ya establecido, debe haber un caso nuevo, tiene que haber un juicio y tiene que haber por supuesto un conector entre ambos casos. Pero ya digo, eso tiene mucha tela que cortar y no vamos a entrar hoy en ello.

Pero lo que si me gustaría mencionar es, para que tengamos una idea aunque sea un poco general, de qué otras fuentes emplean los grandes Imames para establecer su escuela de fiqh. Hemos dicho que hay cuatro en las que todos coinciden, ya sabemos, corán, sunna, consenso y analogía; a parte de estas cuatro, existen otras como por ejemplo: la Práctica de Medina, la Opinión de un Compañero, el Interés General (maslaha mursala), lo abrogado y abrogante, la Evitación de Pretextos (sadd ad-darai‘), la Equidad (istihsan), las Leyes Reveladas anteriores a la Shari‘a, la Presunción de Continuidad (istis-hâb) y la Costumbre (‘urf).

Existe un único madhhab que reúne todos estos aspectos, es decir, que antes de emitir un juicio verificaba el asunto en cuestión con todas estas fuentes, y el único que lo hacía era el Imam Malik Ibn Anas, que Allah esté complacido con él, y por eso es por lo que el madhab al Maliki tiene tanta amplitud, por eso es por lo que el madhahab al Maliki es el menos extremista, y por eso es por lo que el madhab al maliki es el que más sentido común tiene, por que a la hora de establecer o de dictaminar un juicio, es el que más cosas tiene en cuenta, y una de las cosas que tiene en cuenta y que no usa ninguno de los otros madhahib excepto el de Abu Hanifa, es al-‘urf, la costumbre, la costumbre del lugar, de la tierra y del tiempo en el que vives.

El Qadi ‘Yyad, en su Madarik, habla de este asunto de la metodología, centrándose en el Imam Malik y dice: “Si por primera vez observas la metodología de estos imames, sus fuentes en lo que a fiqh se refiere y su modo de proceder en el idjtihâd, verás que Mâlik, que Allâh tenga misericordia con él, procedía con respecto a estos fundamentos tomándolos en su orden correspondiente. Anteponía el Corán a los hadîces. Luego anteponía los hadîces a la analogía y a las consideraciones fruto de la reflexión. En cuanto a los hadîces, solía rechazar todos aquéllos que no los transmitiesen, responsabilizándose de ello, las personas de autoridad y confianza, conocedores de aquello que transmitían o dejaban de transmitir; o aquellos hadîces que la gran mayoría de la gente de Medina no llevaba a la práctica. Mâlik solía hacer caso omiso de aquél que usaba su mera opinión para interpretar incorrectamente esta actitud suya o para atribuirle dichos que él nunca dijo. Decía que eran meras falacias”.

Para el Imam Malik, y esto es lo que hace su mahdhab sea conocido como el Madhhab de Medina, y que por eso mismo sea el más cercano a lo que hacía el Mensajero de Allah, salla allahu alaihi wa sallam; es que para él, para el Imam Malik, la Práctica de la Gente de Medina y la Opinión de un Compañero (sahâbî) son fundamentos que entran dentro de la categoría de la Sunna. Es decir, que para Imam Malik, el ‘amal de Medina, y la palabra de un compañero, no entra en la categoría de opinión, u opinable, para él, entra dentro de la categoría de la sunna.

Del mismo modo que para él, el Interés General, el Uso y las Costumbres, la Evitación de Pretextos, la Homogeneidad Jurídica y la Consideración de Conveniencia son fundamentos que entran dentro de la categoría de la Opinión (ray), que es como se conocía principalmente a la escuela de Iraq, de la que el Imam Abu Hanifa es, o fue mejor dicho, su máximo representante).

Esto de una forma muy resumida sería una introducción a la ciencia del usul al Fiqh, es una ciencia que es muy bonita, bueno, mas que bonita lo correcto sería decir que es una ciencia muy importante, porque si te adentras en ella, te hace ver la forma de pensar de los imames. Todos los aspectos que valoraban, por qué uno le daba preferencia a una cosa sobre otra, las diferencias por la zona geográfica y el entorno existente, esa precisión que tenían a la hora de decir algo; y lo más maravilloso de esta ciencia es ver la escrupulosidad que tenían, lo fino que hilaban, los detalles que contemplaban, es decir que no se tomaban las cosas a la ligera, miraban todo antes de decir algo, lo analizaban al detalle.

IYTIHAD/TAQLID

Tenemos ya lo que es el Fiqh y tenemos también lo que es el Usul al Fiqh, tenemos los juicios, las leyes y cómo se ha llegado a ellas. De lo que me gustaría hablar ahora, aunque sea un poco por encima, es sobre ese tipo de gente, que todo lo que hemos hablado hasta ahora, no lo tienen en consideración, esa gente para los que los grandes Imames de la historia del Islam no tienen valor, esa gente que dice que no hay que seguir ningún madhhab, esa gente que dice que vivimos en nuevos tiempos, que hay que hacer una nueva reinterpretación del dín, del Corán y de la Sunna, y que además, y esto es lo más peligroso, que cada uno tiene su propia situación y teniendo el acceso que tenemos al conocimiento, mejor dicho a la información, debemos hacer nuestro propio, y este término es clave: “Iytihad”.

Qué es el Iytihad: El iytihad es el esfuerzo que el jurista musulmán o alfaquí lleva a cabo para derivar un juicio determinado de las fuentes del derecho musulmán. Dicho en otras palabras, es el que establece una metodología o un usul para llegar a un juicio. A este hombre de conocimiento que practica el idjtihad se le llama mudjtahid. Se ha de tener en cuenta en esta definición que para que el alfaquí pueda llevar a cabo dicha derivación ha de cumplir las condiciones y poseer los conocimientos que le capaciten para hacerla.

Observad, esta es la definición clásica y más correcta de lo que significa el Iytihad, hablando siempre en este campo de Fiqh y de Usul. Lo primero es que quien lo hace ha de ser un Faqih, el Faqih es la persona que tiene conocimiento del Fiqh, eso como base, y luego tiene que reunir una serie de condiciones, una serie de conocimientos más requeridos para poder hacer Iytihdad.

Y cuando hablamos de Iytihad y de Muytahid, debemos tener en cuenta también que hay diferentes grados, está el Iytihad en el Madhad, el Iytihad sobre asuntos nuevos, el Iytihad fuera del Madhab, el Iyitihad al Mutlaq, el completo, que está capacitado y por ello no está obligado a seguir ningún madhhab,y también está el Taqlid, otro término clave

¿Qué es el taqlid, es lo que hacen o deberían hacer todos los que no alcanzan el grado de muytahid, su definición es: el ceñimiento del musulmán que no es alfaquí o del alfaquí que no posee los conocimientos pertinentes para elevarle a la categoría de mudjtahid; al juicio o juicios que un mudjtahid ha derivado de las fuentes de derecho musulmán ejerciendo la práctica del idjtihad.

Por lo tanto, podemos afirmar, que es obligatorio hacer Taqlid para el que no tiene la capacidad de hacer Iytihad, es decir: que se deben seguir los juicios dictaminados por un Muytahid Mutlaq, y quienes son estos, según el consenso de los ‘ulamas son: Abu Hanifa, Malik, Safhi’ y Ahmad Ibn Hambal.

Esto es muy importante que lo tengamos claro, hay dos grados generales, o muqallid o muytahid, el que no es muytahid, tiene que ser muqallid, es decir, el que no es capaz de derivar los juicios de la sharia’ por sí mismo, está obligado a ser de aquellos que siguen un madhhab.

Supongo que habrá gente que piense que esto me lo estoy inventado, o que esto es una rama dura o extremista que tenemos nosotros; pues no, no lo es, ya que Allah dice en el Corán: “Preguntad a la gente del recuerdo si vosotros no sabéis”. Esta gente de recuerdo, son los grandes imames fundadores de madhahib, y a pesar de que en la historia haya habido otros grandes Imames, en la actualidad los únicos de los que se conservan sus enseñanzas y por consiguiente su madhhab son: Abu Hanifa, Malik, Safhi’ y Ahmad Ibn Hambal.

Condiciones del Idhjtihad:

1. Ser musulmán.

2. Ser responsable (mukallaf según la shari’a del Islam, y ya sabemos lo que es eso).

3. Ser moralmente íntegro (‘adl) y llevar esas moralidad a todos los aspectos de tu vida.

4. Ser conocedor de las circunstancias sociales del lugar y la época en que se vive; este es un punto muy importante, ya que lo que quiere decir, es que una persona que vive en lugar determinado no puede hacer Iytihad para otra que vive en otro lugar de la tierra y que tiene unas circunstancias completamente distintas.

5. Ser perspicaz y tener agudeza mental e intelectual.

6. Dominar ampliamente la lengua árabe. Y esto es tela, ya que eso implica conocer la gramática, la lexicología y la retórica, la sintacsis, la morfología.

7. Conocer el Corán. Y Aquí la cosa también se pone seria, porque esto implica conocer las distintas causas de la revelación de las diferentes aleyas que versan sobre la ley, sobre los ahkam; conocer las abrogadas y las abrogantes; conocer cuáles son todas y cada una de las aleyas que versan sobre la ley (unas 500 aproximadamente); conocer los comentarios del Corán efectuados por el Profeta – la paz sea con él –, los Compañeros, los Seguidores y los demás eruditos en la ciencia del Tafsir; conocer las distintas lecturas o recitaciones del Corán y las implicaciones jurídicas que sus diferencias puedan originar.

8. Conocer la Sunna. Ello implica conocer todos y cada uno de los hadices que versan sobre la ley; conocer los abrogantes y los abrogados; conocer los transmisores de los hadices; conocer qué hadices especifican y restringen a otros en su aplicación jurídica; conocer la ciencia que versa sobre los distintos niveles de fuerza de transmisión que poseen los distintos hadices, el usul al hadiz, ya que hay hadices sahih, el hasan, el da’if, el que puede ser sahih, hasan y da’if, luego está el muttasil, el marfu’, el musnad, el mauquf, el maqtu’, etc. Hay muchas clases de hadiz y debes conocer todas estas categorías y saber de los hadices que versan sobre la ley, cuál está en qué categoría.

9. Conocer los dichos de los Compañeros y verificar sus transmisiones, y aquí ocurre casi lo mismo con el hadiz, que hay diferentes y numerosos grados.

10. Conocer en qué puntos de la ley hay Consenso y en cuáles no, y con el consenso nos referimos al iyma’, del que también podríamos hablar largo y tendido.

11. Conocer las reglas de la Analogía y su perfecta aplicación, el famoso qiyas, que tiene mucha tela que cortar y del que ya la semana pasada estuvimos hablando un poco

12. Dominar la ciencia de los Fundamentos del Fiqh (usul al-fiqh).

13. Conocer los objetivos de la Shari‘a (maqasid ash-shari‘a) y su perfecta aplicación a fin de aplicar la ley equilibrando la letra y el espíritu de la misma y no con una rigidez que lleve al absurdo, la dificultad innecesaria y la injusticia.

¿POR QUÉ SEGUIR UNA ESCUELA?

Una vez visto todo lo que hemos visto, entramos ahora en un terreno muy interesante y es en el por qué seguir una escuela, el por qué del Taqlid del que hemos hablado y no caer o bien en el Iytihad personal o bien en un movimiento que tiene mucha fuerza últimamente que es el conocido como “la madhahib”; sin madhhab, no hay necesidad de seguir ningún madhhab, o que lo que hay que hacer es unir todos los madhahib en uno solo y así dar mayor facilidad.

Esto, que ha simple vista puede parecer bueno y cuyo postulado, o cuya excusa es el “hacer las cosas fáciles” realmente no lo es, es un engaño, tiene mucho de demagogia y de irrealidad. ¿Por qué? Vamos a tratar de explicarlo:

Si Allah, subhanahu wa ta’ala, el mas misericordioso de entre los misericordiosos hubiera querido, habría declarado cada cosa con claridad y se harían todas las cosas siguiendo una sola manera, tanto en las ‘ibadat (actos de adoración) como en las mu’amalat (las transacciones humanas). Pero lo cierto es que Allah, que es todo Misericordia y el Mensajero Muhammad, que fue enviado como una misericordia para todos los mundos, no lo declararon todo con claridad, no cerraron la puerta y marcaron una línea roja única y exclusiva.

Por consiguiente el resultado de las explicaciones y aclaraciones de los ‘ulama de los cuatro Madhahib lo que hacen es dar facilidad. ¿Por qué? Porque por ejemplo si yo encuentro algo que es difícil para mi en mi madhhab, puedo buscar otra opinión dentro del madhhab que sea mas relajada, o que me haga mas llevadero a mi ese asunto, siempre que se mantenga dentro del madhhab.

Si el caso tiene una dificultad aun mayor y no existe ninguna opinión dentro del madhhab que lo permita, entonces puedes, de forma excepcional y si tienes el conocimiento de ello, puedes ir a otro madhhab para ese asunto en concreto y que puedas realizar esa acción, que si no fuera de esa manera en otro madhhab realmente al final no la harías.

Si hubiera un solo madhhab, si hubiera un solo camino, si hubiera una sola línea esto no sería posible. Por lo tanto estos que dicen, hay que hacer un solo madhhab para hacer el camino más fácil, lo que realmente están haciendo es crear un sistema lleno de dificultades para los musulmanes sin tan siquiera (por eso de mantener la buena opinión) sin tan siquiera ser conscientes de ello.

Vamos un poner un ejemplo práctico de lo que acabamos de decir: TEMA DE COMPROBAR LA VACUICIDAD DEL UTERO – MALIK – ABU HANIFA.

¿Sabéis en qué radica para mi la importancia de los madhahib? En dos cosas principalmente, puede que haya más, pero yo voy a mencionar dos, que tal vez a ninguno se os haya pasado por la cabeza y que no es algo enrevesado en términos jurídicos, si no que es algo muy humano y muy de sentido común. La primera es el agradecimiento y reconocimiento a los grandes imames de la antigüedad, realmente fueron hombres como no los ha habido después, y mas adelante cuando hablemos de ellos y veamos sus vidas lo podremos comprobar; eran gente escrupulosa, muy escrupulosa, que le daban toda la importancia del mundo e incluso mas a la hora de emitir un juicio o de abordar algún asunto relacionado con el Fiqh.

Como por ejemplo el Imam Malik, del que se ha dicho que parecía que se suspendía entre el cielo y la tierra cuando le pedían que emitiera un fatwa (esa palabra tan usada también hoy en día) debido al compromiso y la escrupulosidad que para él significada eso, el que decía que el escudo, que la protección del hombre de conocimiento es decir no se, el que no montó ningún animal en la ciudad de Medina, ya que decía que esas calles había caminado el Mensajero de Allah y que por tanto él no lo haría montado sobre un animal, el que a la hora de hablar del hadiz, de las palabras del Mensajero de Allah hacía wudu, se vestía bien, se peinaba, se perfumaba y se lo tomaba con la máxima gravedad y seriedad posible.

O como el gran Imam Ibn Sirin, que cuando se le preguntaba por algo de lo haram o lo halal, el color de su cara cambiaba, hasta tal punto se transformaba de tal manera que parecía una persona distinta; o el Imam Ahmad que prácticamente nunca afirmaba algo al cien por cien cuando se trataba de lo halal o lo haram, a no ser que fuera claro y evidente, si no que decía, en mi opinión, yo creo, espero que, lo más querido para mi…

Este es el primer punto, el agradecimiento y el reconocimiento hacia estas personas, hacia estos héroes, que realmente así es como deberíamos imaginarlos, héroes que dan sus vidas para defender y proteger el Din de Allah.

Y esto me lleva al segundo punto por el que a mi me parece importante el seguir uno de los madhahib y es la protección, la protección que eso encierra, tanto en tus actos de adoración, como en tus transacciones humanas, como incluso en tu forma de pensar, en todo; el seguir un madhhab es una protección, una protección tremenda y lo cierto es que no nos damos cuenta de ello, no somos conscientes de la protección que es para nosotros hasta que no vemos al punto al que se puede llegar si no se siguen los madhahib.

EJEMPLO MATRIMONIO – WAKIL – TESTIGOS

Podríamos seguir hablando durante mucho tiempo acerca de esto, pero considero que es suficiente para nosotros con lo que ya hemos mencionado, pues ya tenemos algunas de las herramientas, no para entrar en discusiones y debates, eso es mejor dejarlo para los que tienen mas conocimiento que nosotros, pero si para tener claro por qué seguimos una escuela, por qué seguimos un madhhab y cuál es el sentido y el valor que tiene el hacerlo.

ABU HANIFA

Dicho esto, vamos a ver ahora cada una de estas escuelas con sus respectivos Imames fundadores, para poder comprender un poco mejor el por qué de estas escuelas y el cómo y dónde surgen, y lo vamos a hacer de forma cronológica, con lo cual vamos a empezar por Abu Hahifa, cuyo verdadero nombre era: An-nu’man Ibn Zabit, Ibn Zuta, Ibn Marzuban; que nació (según la mayoría de historiadores) en el año 80 de la Hégira; correspondiente con el año 699 D.C. bajo el califato Omeya de Abdul Malik Ibn Marwan, y murió en el 150 H., el 14 de junio de 767 a la edad de 67 años.

Tal vez lo que mas podamos destacar del Imam Abu Hanifah, y este como veremos es su gran hándicap, es que no vivió en Medina, que es como todos sabemos, el lugar donde se estableció el Din por primera vez; vivió en Iraq y su escuela se desarrolló en Iraq.

Abu Hanifah creció en Kufa y recibió su educación en esta ciudad donde pasó la mayor parte de su vida, primero se dedicó al comercio de las sedas, negocio que había heredado de su padre, luego se dedicó con más firmeza al aprendizaje del Din y finalmente se convirtió en un gran maestro del Islam.

Ahora es necesario hacer un pequeño paréntesis y que veamos qué importancia tiene Iraq. Iraq se conquista en el año 14 de la Hégira, 4 años después de la muerte del Profeta y es Sa’ad Ibn Abi Waqas el que funda la ciudad de Kufa. Kufa era una de las dos grandes ciudades iraquíes de la época y en Iraq había muchas religiones, sectas y creencias diferentes. Los cristianos siríacos estaban dispersos a lo largo y ancho de su territorio y tenían escuelas donde se estudiaba la filosofía griega y la sabiduría antigua de Persia. Dicho con otras palabras: en la época de la que estamos hablando, Iraq era un crisol, un mejunje de razas, culturas y creencias diferentes y un lugar plagado de confusión y turbulencias. Los conflictos de opinión con respecto a la política y la religión eran frecuentes. Los Shi’a y los Mu’tazilitas partían de ese lugar y en sus desiertos, en los desiertos de Iraq estaban los Jariŷitas.

Esto por un lado, por otro lado hay que sumar el hecho de que habían sido relativamente pocos los Compañeros del Mensajero de Allah que habían salido de Madinah para establecerse en Iraq. Es cierto que una de las normas más explícitas del segundo Califa, ‘Umar ibn al-Jattab, había sido desalentar a que abandonaran el Hiŷaz a los Compañeros que tenían conocimiento. Lo hizo para impedir que el conocimiento del Din se desperdigara demasiado. Esta es la razón de que la mayoría de los grandes hombres de conocimiento, de entre los Muhaŷirun y los Ansar, se quedaran en Medina y sus alrededores.

A pesar de ello, dos notables excepciones fueron a vivir a Iraq ,‘Ali ibn Abi Talib y ‘Abdallah ibn Mas’ud. Lo que esto significaba, en términos prácticos, era que la gente de Iraq tenía un acceso bastante limitado a la Sunnah propiamente dicha, porque habían sido muy pocos los modelos que habían llegado hasta ellos. Todos estos factores significaban que el entorno iraquí, en el que Islam comenzaba a echar sus raíces en los siglos primero y segundo de la Hégira, era muy diferente al de Madinah donde el Din había sido establecido por primera vez y todo se hacía siguiendo la costumbre y la forma de actuar de las generaciones anteriores.

Otro aspecto importante del Imam Abu Hanifa y de su época y lugar, fue que, debido a estas múltiples influencias extranjeras, surgieron muchas situaciones que eran bastante diferentes a las que se tuvieron que abordar en los primeros días del Islam. No obstante, y para poder establecer el Din, era necesario encontrar soluciones a estas nuevas situaciones.

Como estamos viendo, durante la vida de Abu Hanifah y el establecimiento de la Escuela de Iraq, el mundo islámico estaba en un momento ‘difícil’, un momento en el que existía controversia en el ámbito de la política y la religión, que en Islam no debe ir desligado. Tras la muerte del Profeta Muhammad, y sobre todo con la expansión tan rápida del Islam, hubo una especie de desequilibrio, ya que en Medina se conservaba el Islam de la forma más pura –por residir en ella la mayoría de los compañeros del Mensajero de Allah, que se habían empapado de él-, hubo otros lugares que necesitaban de ese conocimiento que poseían los sahaba, como por ejemplo Kufa, Basora o la misma Bagdad, que debido al gran número de musulmanes, comenzaron a reclamar ese mismo valor y peso que tenía la ciudad de Medina.

(ISLAM – MEDINA; POLÍTICA – IRAQ).

Al mismo tiempo, comenzó a levantarse una grieta entre dos grupos de ‘ulamas, por una parte estaban los que seguían la más pura tradición (la gente de Medina, ahl al hadiz)  y por otro lado estaban los ulamas de la opinión (ahl al Ray’). Gran parte del trabajo de Abu Hanifah fue unir, en la medida de sus posibilidades, estas dos escuelas de pensamiento.

La gran división entre estas dos escuelas, se debía en gran medida a la geografía, unos 1500 kilómetros, que como hemos dicho previamente no podemos comparar con las distancias actuales, ya que la mayoría de los “tradicionales”, la mayoría de los sahaba y los tabi’in estaban en el Hiyaz, con Medina como capital y la mayoría de los ‘ulamas del Ray’ se encontraban en la actual Iraq.

En vida de Abu Hanifah, las disputas entre estas dos escuelas se habían intensificado, hasta tal punto que eran continuos los ataques verbales que se lanzaban unos a otros. Naturalmente este debate amenazaba la unidad de la Ummah. Y aunque por lo general se diga que el Imam Shafi’i fue el primero en establecer las bases y leyes del Usul al Fiqh, en verdad este mérito debe atribuirse a Abu Hanifah, ya que él, debido a la necesidad y al peligro que su agudo intelecto detectó, fue quien estableció las bases de la ciencia del Fiqh.

Este fue el escenario en el que se desarrolló la escuela de Abu Hanifa, conocida como “la escuela de Iraq” y que hizo que tuviera la forma específica que la caracterizó tan claramente.

Como ya hemos visto, debido a estas razones históricas, geográficas y sociales, la situación en Iraq era muy diferente a la de Medina. Esto significa, que al ser una tierra en la que el Islam era “nuevo”, surgían continuamente situaciones que hacían necesario discernir cómo aplicar el Libro y la Sunnah a estas nuevas circunstancias sin que el Din sufriera cambio alguno. En lo que respecta al Libro de Allah, por supuesto, los iraquíes tenían el mismo acceso que los musulmanes del Hiŷaz. La diferencia estaba claramente en el acceso a la Sunnah.

Entonces tenemos la circunstancia de que en Iraq el conocimiento por transmisión directa de la Sunnah estaba limitado. Esto propició la forma específica de abordar la Sunnah que ha caracterizado a la escuela de Iraq, algo que también afectó a su actitud con respecto al Corán.

En el periodo del que estamos hablando ya existía mucho “olvido” y alguna tergiversación; llegaban a darse casos de invención de hadices que se decía eran verídicos cuando en realidad no lo eran; ante esta situación, y antes de basarse en fuentes de las que no estaban seguros, los ‘ulama de Iraq prefirieron llegar a un juicio basándose en el uso de su propio intelecto.

Esto propició una forma de abordar los textos que fue característica de la escuela de Iraq: el estudio de las razones, que subyacían en los juicios contenidas en los mismos. Es como si no dependieran de las palabras externas sino que, en su lugar, se fijaban en el significado que contenían y lo que se pretendía con la declaración obtenida previamente, para luego aplicarlo a la nueva situación que en ese momento les confrontaba. Esta metodología a la hora de aplicar el Libro y la Sunnah, que se desarrolló en Iraq, hizo que los iraquíes fueran conocidos como la gente de ra’y, la gente de opinión.

Abu Hanifa sintetizaba su Usūl al-fiqh de la siguiente manera:

“Me dirijo al Libro de Allah, y si no encuentro en él instrucción o mandato alguno, consulto la Sunna del Profeta. Si no logro encontrar una referencia en alguno de los textos (colecciones) principales, investigo en las palabras y estados, aqwâl, de los Compañeros del Profeta. De esto, y según lo considere conveniente, extraigo o ignoro las pruebas necesarias. Nunca consulto otras fuentes. Cuando llego a los Tabi’in, como por ejemplo Ibrāhim, Sha’bi, Ibn Sīrin, Atā’ y Sa’īd b. al-Musayyab, extraigo mis propias conclusiones, tal y como ellos hacen, puesto que no son más que hombres como yo”.

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Abu Hanifah comenzó siendo un comerciante de sedas, pero pronto se dedicó al aprendizaje, convirtiéndose en discípulo de Shayj Hammad ibn Sulayman con quien estudió todas las ciencias islámicas. No hay duda que Abu Hanifah era un hombre de una integridad absoluta y lleno de un temor de Allah. Era también extremadamente generoso y una persona caracterizada por un gran dominio de sí mismo. No obstante, lo que le llevó a ser justamente recordado como el líder del madhhab de la gente de opinión fue su brillante intelecto y su habilidad para aplicarlo a las cuestiones a las que se enfrentaba.

Lo que hacía Abu Hanifa es que penetraba hasta el núcleo mismo de las cuestiones. ¿Qué quiere decir esto? Que no se detenía en el significado externo de los textos, sino que iba más allá en busca de las intenciones. Estudiaba un texto y buscaba las causas que habían motivado el juicio que contenía. Una vez que había comprendido el por qué, utilizaba la analogía para dictaminar un nuevo juicio. Su actitud general está bien resumida en un símil que él mismo declaró: “El que estudia los hadices pero no tiene Fiqh puede compararse al farmacéutico que prepara medicamentos sin saber lo que curan hasta que el médico se lo dice. El que estudia los hadices sin comprender sus implicaciones hace exactamente lo mismo”.

Un ejemplo ilustrativo que muestra cómo funcionaba el intelecto de Abu Hanifah puede verse en su célebre encuentro con Muhammad al-Baqir, el tataranieto del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz. Parece ser que Abu Hanifah se encontró con al-Baqir en una visita a Madinah. Se cuenta que al-Baqir, basándose en lo que había oído sobre el desarrollo de las cosas en Iraq y el tipo de enseñanza que allí se usaba, le dijo: “¿Eres tú el que cambia el Din de mi tatarabuelo y su Sunnah con el uso de la analogía?”

Abu Hanifah contestó diciendo: “¡Busco refugio en Allah!” y dijo a al-Baqir que le tenía tanto respeto como los Compañeros habían respetado a su antecesor, a quien Allah bendiga y conceda paz, a lo largo de su vida.

Y luego Abu Hanifah dijo a al-Baqir: “Voy a hacerte tres preguntas que deben ser contestadas. La primera es: “¿Quién es más débil, el hombre o la mujer?”

Al-Baqir contestó: “La mujer”.

“¿Cuál es la parte de la mujer en la herencia?” siguió diciendo Abu Hanifah.

“El hombre tiene dos partes y la mujer una” respondió al-Baqir.

“Esto es lo que nos ha llegado de tu tatarabuelo” dijo Abu Hanifah. “Si yo fuera a cambiar el Din con la analogía tendría que decir que, al ser la más débil, la mujer debería tener dos partes y el hombre sólo una, pero no lo he dicho”.

Luego Abu Hanifah preguntó a al-Baqir: “¿Qué es mejor la oración o el ayuno?”

“La oración” dijo el otro.

“Eso es lo que dijo tu tatarabuelo. Si yo cambiase su Din con el uso de la analogía habría dicho que, al ser mejor la oración, la mujer que ha acabado la menstruación debería recuperar la oración y no el ayuno”.

A continuación Abu Hanifah formuló la pregunta siguiente: “¿Qué es más impuro, la orina o el semen?”

“La orina es más impura” dijo al-Baqir.

“Si fuese verdad que yo he cambiado el Din de tu tatarabuelo con el uso de la analogía, habría obligado a la gente a hacer la ablución mayor después de orinar en vez de después de la emisión de semen. Que Allah me proteja de cambiar el Din de tu tatarabuelo con el uso de la analogía”.

Esta era la manera de actuar de Abu Hanifah, sus primeras referencias eran siempre el Corán y la Sunna. En este caso concreto, el Imam Abu Hanifah utilizó su intelecto incisivo y analítico para defender la postura ortodoxa del Islam con respecto a estas cuestiones; pero también nos indica con claridad la manera en la que él, en otra situación en la que la postura con respecto a una cuestión no estaba todavía decidida, y en consecuencia susceptible de interpretación, utilizaría su intelecto para llegar a una decisión al respecto.

Esta gran agilidad mental que caracterizaba al Imam Abu Hanifah había sido reconocida por el Imam Malik que dijo de él: “Si él hubiese tomado esas columnas de piedra (y señaló unas columnas de piedra del lugar en el que se encontraba) y elaborara una analogía diciendo que estaban hechas de madera, vosotros habríais pensado que estaban hechas de madera”.

Una vez reconocido el conocimiento, la perspicacia y la agudeza mental de Abu Hanifah, se le ofrecieron distintos puestos de responsabilidad, entre ellos el de Qadi; la oferta provenía del Califa Omeya Marwan Ibn Muhammad. Cuando le llegó la oferta, Abu Hanifah la rechazó diciendo: “Si me pide que restaure las puertas de la Mezquita Al Wasir para él, no lo haría. Qué haría entonces en el caso de que me pida que firme un documento en el que sentencio que a fulano hay que cortarle la cabeza? No, por Allah, jamás participaré en esto”.

El Califa se tomó la negativa como una ofensa personal, lo mandó azotar; cuando fue liberado de su castigo, Abu Hanifah se exilió en Meca, donde permaneció seis años, hasta la caída de la dinastía Omeya, entonces volvió a Iraq, durante el reinado del segundo califa Abbasi Al Mansur.

A pesar del cambio de Califa, las relaciones entre Abu Hanifah y el nuevo Califa Al Mansur no fueron buenas. En un intento de comprarlo y de tenerlo controlado bajo su mando, le ofreció el puesto de Qadi al Qudat de Bagdad, lo que en la práctica era el puesto de Qadi de todo el Estado. (Lo que hoy en día sería algo así como Presidente del Tribunal de la Corte Suprema).

Pero Abu Hanifah rechazó también ese puesto diciendo: “Yo no estoy hecho para ese cargo”. El Califa Al Mansur le dijo: “Mientes, sí puedes hacerte cargo de él”. A lo que Abu Hanifah replicó: “Yo me he declarado como no apto para ese puesto, en caso de que como usted dice, sí fuera apto, estaría mintiendo; ¿cómo puede ser entonces lícito nombrar Qadi a un mentiroso?”

Esta réplica no sentó nada bien al Califa Al Mansur y ordenó que se le castigara mediante flagelación y penas de cárcel, murió a causa de los malos tratos y penalidades recibidos en la cárcel, o incluso según algunas transmisiones afirman, murió envenenado en la misma, o nada más salir de ella. De esta manera dramática e injusta acabó la vida de este noble y gran Imam.

Abu Hanifah fue descrito por su contemporáneo Abdullah Ibn al-Mubarak como la quintaesencia del fiqh, y a este gran Muytahid se le conocía y se le sigue conociendo como el Imam al A’dham, el Gran Imam. Se le considera el sistematizador del Fiqh por excelencia y el fundador de uno de los mayores y más importantes madhhab de Fiqh islámico. Hoy en día, su madhhab sigue enseñándose y transmitiéndose en numerosos puntos del planeta, e incluso se llega a contar que un tercio de los musulmanes siguen su madhhab.

Este fue el Imam Abu Hanifah, el comerciante de sedas que se convirtió en un hombre de conocimiento. Un hombre de un conocimiento inmenso que salvó al Islam de caer en la oscuridad que le amenazaba, un hombre de conocimiento, de una inteligencia aguda y perspicaz, un hombre de conocimiento que siempre antes de emitir un juicio buscaba en el Libro de Allah y en la Sunnah del Mensajero y que en caso de no encontrarlo, utilizaba su agudo y privilegiado intelecto. Un hombre de conocimiento que no se dejaba comprar por los placeres y apetitos de este mundo, aunque eso le costara castigos, penalidades y sufrimientos. Un hombre de conocimiento que era firme en sus decisiones, el gran Imam que da nombre a su madhhab, y todo aquel que le siga, en el Oriente o en el Occidente de la Tierra, estará libre de caer en el desvío y en la oscuridad, tanto en esta vida como en la próxima.

IMAM MALIK

Vamos a pasar ahora a hablar sobre el segundo Imam en orden cronológico, el Imam Malik Ibn Anas Nació en el año 93 de la Hégira en la ciudad de Medina (recordad que Abu Hanifah nació en el año 80), correspondiente con el año 711 de la era cristiana. Su nombre completo era: Abu Abdullah Malik Ibn Anas Ibn Malik Ibn ‘Amir. Su familia era originaria del Yemen y fue su bisabuelo Abu ‘Amir el que se estableció en Medina después de aceptar el Islam en el año segundo de la Hégira.

El abuelo del Imam Malik era uno de los más reconocidos ‘ulamas de los tabi’in, y por eso el Imam Malik creció en una casa en la que el conocimiento estuvo siempre presente. Memorizó el Corán a muy temprana edad y posteriormente se dedicó a la búsqueda del conocimiento entre los ‘ulamas de Medina Al Munawara, la ciudad Iluminada, la ciudad del conocimiento.

Destacó particularmente en dos ciencias, la ciencia del Hadiz y la ciencia del Fiqh, en lo referente al hadiz era una persona muy escrupulosa , tanto es así el Imam Al Bujari, menciona que la cadena de transmisión de oro, la mejor cadena de transmisión posible es la de Malik de Nafi’, de Ibn ‘Umar del Mensajero de Allah, al que Allah colme de bendiciones.

Esta escrupulosidad a la hora de adquirir algún conocimiento, y en concreto en lo que se refiere a la ciencia del Hadiz le llevo a decir: “Yo no acepto el conocimiento de cuatro tipos de persona: 1) Una persona conocida por ser necia, a pesar de que el resto de personas si narren de él. 2) Una persona que comete herejía y que llama a la gente a la innovación en el Din. 3) Una persona que miente en sus conversaciones con la gente, aunque no le estoy acusando de mentir en la transmisión del Hadiz. 4) Una persona que es muy piadosa en la adoración, o que tiene mucho conocimiento, pero no memoriza correctamente lo que se narra”.

Una vez que su conocimiento fue reconocido, solía sentarse apoyado en una de las columnas de la Mezquita del Mensajero de Allah y daba clases a sus discípulos, entre los que destacaban entre otros el propio Imam Shafii’, del que hablaremos mas adelante. Gente de todo el mundo acudía a escucharle y en ocasiones a hacerle preguntas, en muchas de esas preguntas, sin ningún tipo de pudor o vergüenza, decía: No lo se; lo decía por lo escrupuloso que era, porque no quería decir algo que pudiera analizarse de una forma distinta a la que lo había hecho él y por lo tanto hubiera dicho algo incorrecto; no en vano uno de los dichos que se han trasmitido que dijo fue: “El escudo del ‘alim es decir NO SE, ya que si se descuida, si no es escrupuloso con lo que dice, su declaración será atacada”.

Imam Malik murió en la ciudad de Medina en el año 179 de la Hégira correspondiente al 795 de la era cristiana y fue enterrado en el cementerio del Baquii, tenía tres hijos cuyos nombres eran: Yahia, Muhammad y Hammad.

Esto es lo que podríamos decir que es una biografía muy básica de la vida de Imam Malik, ahora vamos a ver cuál es el usul de su Madhhab, qué lo diferencia del de Abu Hanifa y al hacerlo seguiremos viendo algunos de los aspectos más destacados de su vida, así como algunos sucesos más o menos conocidos acerca de él.

Cuando antes hemos hablado del madhhab hanafi, el madhhab del Imam Abu Hanifa en realidad lo que hacíamos era hablar de la escuela de Iraq, la escuela de pensamiento, o la escuela de la opinión.

Bien, la situación de Medina era completamente distinta a la situación en Iraq, mientras que en Iraq, apenas había compañeros del Mensajero de Allah, en Medina se quedaron casi todos ellos; en Medina se reveló gran parte del Corán, en Medina se estableció Muhammad, en Medina fue donde de verdad se extendió y se estableció el Din del Islam, como una realidad social que estaba viva, que era el día a día.

Mientras que en Iraq era necesaria esa adaptación de las costumbres de la tierra, con todas las influencias que tenía, en Medina la cuestión era completamente diferente, lo único que había que hacer era seguir haciendo lo que se hacía.

En la época del Imam Malik en Medina (recordad que nació en el año 93 después de la Hégira, es decir, 80 años después de la muerte del Mensajero de Allah) la gente hacía la oración, hacía los salats, hacía wudu y gusul, realizaban el Hayy, recaudaban y entregaban el Zakat y todos y cada uno de los aspectos de su vida los hacían como musulmanes, de la misma manera que se había estado haciendo, sin ningún tipo de interrupción ni variación desde los días del Mensajero de Allah y sus compañeros.

A esto hay que sumar el hecho que hemos mencionado antes y son las órdenes de ‘Umar Ibn Al Jattab que prohibían a los sahaba que tenían conocimiento abandonar la ciudad de Medina; esta decisión que puede ser cuestionable, por qué lo impidió? Si no lo hubiera hecho el día se habría propagado más, la gente habría tenido más acceso a la sunna, etc… Pero no lo hizo ya que era consciente de la necesidad que había de mantener y garantizar que la enseñanza y las practicas originales del Islam permanecieran puras e inalteradas, y eso sólo podía ocurrir en Medina.

Lo que consiguió con ello fue que tanto del conocimiento, el ilm, como la práctica, el amal, siguiera estando en Medina; por eso el Imam Malik dijo: “Si quieres conocimiento, establécete (en Medina). El Corán no fue revelado en el Éufrates (es decir en Iraq)”.

Todo esto nos lleva a la gran diferencia entre Iraq y Medina. En Iraq, la cuestión era tomar el conocimiento disponible, el conocimiento contenido en el Libro y en la Sunna, entender lo que se pretendía, entender cual es el verdadero significado y luego aplicarlo en ese nuevo entorno para el Islam.

En Medina esto no ocurría, ya que en Medina el Corán y la Sunna eran parte de lo que había, es decir en Medina, el día a día, la vida cotidiana era llevar a la práctica, llevar a la acción el Corán y la Sunna.

Conociendo esto podemos entonces afirmar que, como reconocen los primeros ‘ulamas de forma unánime, en Medina no entró ningún tipo de innovación durante las tres primeras generaciones del Islam, que son, la generación del Mensajero de Allah y los sahaba, la generación de los Tabi’in y la generación de los Tabi’i tabi’in, perteneciendo el Imam Malik a estos últimos.

Dicho de otra manera, lo que el Imam Malik recibió y aprendió, y lo que luego transmitió a sus estudiantes y discípulos era el conjunto completo del Din del Islam que le había llegado a él, era un todo, no eran solo partes no, era todo.

El mismo Imam Malik expresaba la esencia de esta cuestión en una célebre carta que envió a al-Layz ibn Sa’ad en la que decía:

“Ha llegado a mis oídos que emites fatwas que son contrarias a lo que hace nuestra gente y se practica en nuestra ciudad. Tú eres el Imam y gozas de una posición excelente entre la gente de tu ciudad que te necesita y confía en lo que procede de ti. En consecuencia, deberías temer por ti mismo y seguir aquello que sabes te podrá salvar.

Allah el Todopoderoso dice en Su Libro: “Y los Adelantados, los primeros de los Muhaŷirun y de los Ansar” (9: 100).

Allah Todopoderoso dice: “Da buenas noticias a los que escuchan la Palabra y siguen lo mejor de ella” (39: 18).

La gente sigue a la gente de Madinah, la hiŷrah se hizo hacia ella y allí ha sido revelado el Corán, allí lo halal se hizo halal y lo haram se hizo haram porque el Mensajero de Allah vivía entre ellos y estaban presentes cuando llegaba la Revelación. El Profeta les mandaba y ellos obedecían. Estableció la Sunnah para ellos y le siguieron hasta que Allah hizo que muriese y eligió para él lo que está junto a Él, las bendiciones de Allah y Su Misericordia sean con él.

Y luego, después de él, la gente siguió a aquellos de su comunidad a los que se les había dado la autoridad. Cada vez que sucedía alguna cosa sobre la que tenían conocimiento, actuaban basados en él. Cuando era algo de lo que no tenían conocimiento, preguntaban sobre ello y tomaban lo más sólido basados en su iŷtihad y lo más reciente de su experiencia (del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz). Si alguien no estaba de acuerdo o decía otra cosa que era más contundente y mejor, abandonaban el primer dictamen y actuaban basados en este último.

Los Tabi’in que vinieron después siguieron este camino y estas Sunnas. Como en Madinah los asuntos eran públicos y llevados a la práctica no creo que nadie se opusiera, precisamente por este legado que poseían los habitantes de Madinah, una herencia que nadie puede plagiar o reclamar para sí mismo.

Si la gente de otras ciudades comenzara a decir ‘esta es la práctica en nuestra ciudad y lo que ocurría en ella con los que nos precedieron’ no podrían estar seguros de ello ni tendrían lo que les permitiría asumir esa postura”.

Al punto que quiero llegar con todo esto, es a que comprendamos lo que es el mahhab al Maliki, es un madhhab en el que la acción transmitida, el acto realizado, la práctica de la gente de Medina, tiene en ocasiones más peso que el texto o la palabra transmitida. La acción es más contundente que la palabra.

Zaid Ibn Zabit, uno de los importantes compañeros del Mensajero de Allah, dijo: “Cuando veáis que la gente de Medina hacer algo, tened presente que es una sunna”.

Y ‘Umar ibn Al Jattab, el segundo de los califas de los musulmanes, dijo: “Por Allah Todopoderoso que se lo pondré difícil a todo aquel que relate un hadiz distinto a ello (el ‘amal o práctica transmitida)”.

SUNNA/HADIZ

Ahora llegamos a un punto muy interesante que tenemos que tratar y es la diferencia entre la Sunna y el Hadiz, o mejor dicho, tenemos que comprender que la sunna son dos aspectos, que cuando hablamos de sunna en verdad no estamos refiriendo a hadiz y a ‘amal.

Si nos preguntáramos ¿Cuál es el fundamento de la conducta musulmán? ¿Hacia donde debemos mirar, cuáles son nuestras fuentes, qué hay que seguir si uno es musulmán? La respuesta es muy sencilla, y todos la conocemos, el Islam es seguir el Corán y la Sunna. Acerca de seguir el Corán, no hay dudas, no hay problemas. Pero la diferencia entre los madhahib surge principalmente cuando llegamos al segundo punto, ¿qué es la sunna, qué es seguir la sunna? La primera pregunta que hay que hacerse es: ¿Qué es la sunna y cómo la encontramos?.

Esta es la pregunta fundamental porque lo que en realidad hace la Sunnah, es explicar el Corán en lo que se refiere a la conducta. Es la forma en la que se comportaba el Profeta y nos muestra cómo la guía del Corán se transforma en la conducta a la que podemos aspirar.

Para entender qué es la Sunnah, tenemos que comprender dos términos: hadiz y ‘amal. Y esto es lo que hace tan especial el madhhab del Imam Malik, que es el que reúne estos dos aspectos, el hadiz y el ‘amal y lo une, lo combina para formar la sunna.

¿Qué es un hadiz? Un hadiz es una transmisión oral que procede el Profeta Muhammad, salla allahu alaihi wa sallam. Es un registro de algo que dijo o algo que hizo y que ha sido transmitido de persona a persona, o de grupos de personas a grupos de personas, siguiendo una cadena de transmisión conocida. Pero esto no es la sunna, a pesar de que mucha gente considera las colecciones de hadices como si fueran la sunna.

Hoy en día, existe la corriente de mirar únicamente los ahadiz, y parece como si existiera un tipo de miedo a perder la sunna y esta corriente quiere llevarla a la práctica antes de que desaparezca. Esto sumado al hecho de que lo que se compiló, las colecciones de Bujari, Muslim, etc, son hadices, pues entonces existe esa asociación de hadiz = sunna.

Esto de una forma resumida es el hadiz, ahora vamos a tratar de explicar qué es el ‘amal; y seguro que habéis escuchado en numerosas ocasiones que el Madhhab del Imam Malik es el madhhab del ‘amal de Medina.

Lingüísticamente hablando, el significado literal de ‘amal es acción; en la terminología del Fiqh de la que estamos hablando, el ‘amal es la practica aceptada de la gente de Medina; con lo cual esto nos lleva a la conclusión de que el ‘amal incluye la sunna del Mensajero de Allah, así como también el Iytihad o juicio individual de las primeras autoridades del Islam, en concreto de ‘Umar Ibn al Jattab, de hecho al Madhab al Maliki, en ocasiones se le llama el Madhahb de ‘Umar.

Ahora podemos entender que el ‘amal es una parte integral de la sunna, y como ya hemos dicho, la sunna no es sinónimo de hadiz. El ‘amal es la práctica del Profeta o de los primeros Cuatro Jalifas, de los Compañeros y sus Sucesores, los Tabi’in, y de la generación posterior, los Tabi’ut-Tabi’in. El hecho es que Sunnah y ‘amal están más cerca de ser sinónimos que hadiz y Sunnah.

Lo que ocurre en nuestros días, y parte de la debilidad de la Ummah reside en ello, es que la posición de los hadices ha llegado a ser demasiado rígida. Y tomarlos como base y fundamento de la conducta plantea un problema muy serio, puesto que para poder utilizar los hadices es necesario tener fiqh o comprensión. Ibn Wahb dijo: “El que conoce un hadiz pero no tiene un imam en el fiqh está extraviado”. E Ibn ‘Uyaynah dijo: “Los hadices son causa de extravío, excepto para los fuqaha”. Lo que esto quiere decir es que hay que tener criterio para poder decidir qué significan los hadices, cuáles están abrogados, con cuáles se debe actuar y cuáles se deben dejar. Al igual que con el Corán, no puede tomarse un hadiz y decir existe este hadiz, hay que actuar conforme a él, ya que puede ser que ese hadiz se refiera a una situación concreta, en un momento concreto y dirigido a una persona concreta.

El criterio de Madinah para determinar un hadiz era el ‘amal. Si un hadiz estaba en conflicto con el ‘amal, se le ignoraba. Es posible que el hadiz en cuestión estuviese desfasado, que se refiriera a una situación determinada, etc., etc.

Por eso Ibn al-Qasim dijo en una ocasión: “He visto que, según la opinión de Malik, el ‘amal (la práctica transmitida) tenía más fuerza que el hadiz (una declaración transmitida)”. Malik dijo: “Los ‘ulama de los Tabi’in (Seguidores) transmitían a veces un hadiz que les había sido transmitido por otros y luego decían: ‘Eso lo sabemos, pero el ‘amal que nos ha llegado desde el pasado es diferente’”.

Malik dijo: “En cierta ocasión vi que Muhammad ibn Abi Bakr ibn ‘Amr ibn Hazm, que era un qadi, estaba siendo amonestado por su hermano, ‘Abdallah, que era un hombre honesto con un gran conocimiento de los hadices, por haber emitido un juicio sobre un caso en el que había un hadiz que daba un juicio diferente. ‘Abdallah dijo: ‘¿Acaso no nos ha sido transmitido este hadiz que habla de ese tema?’ Muhammad contestó: ‘Es verdad’. Y dijo ‘Abdallah: ‘¿Por qué no das entonces un juicio basado en eso?’ Muhammad contestó: ‘¿Cuál es la postura de la gente al respecto?’” Es decir, (cuál es) el ‘amal que se sigue en Madinah?’ diciendo con ello que el ‘amal de Madinah tenía más fuerza que el hadiz.

Ibn Mahdi, que murió en el año 186 H. y era uno de los ‘ulama de los hadices más encumbrados de Madinah, dijo: “Es posible que conozca un hadiz sobre una cuestión determinada y que luego descubra que la gente de la calle hace algo diferente. En ese caso, y según mi valoración, el hadiz se convierte en algo débil”.

Reflexionar conmigo sobre una cosa, que es que cuando pensamos en las cosas que queremos contar a alguien, hablar de lo mucho que disfruté en tal sitio, de lo bien que van las cosas en tal país, del buen carácter que tiene fulano, tendemos a hablar de lo insólito, de los aspectos más elevados, en vez de lo mundano y lo cotidiano; esto mismo ocurre en números ocasiones con los hadices.

Pero es que además, sumado a esto hay que tener en cuenta otra cosa, que son las palabras de Ibn Taymiyyah cuando dijo: “La Gente de Madinah era la más fiable de todas las ciudades tanto en la transmisión como en la opinión (ra’y). Sus hadices son los más válidos de todos los hadices. La gente del conocimiento de los hadices está de acuerdo en que los hadices más fiables son los de la gente de Madinah y luego los de la gente de Basra”.

IMPORTANTE: A lo que este asunto puede conducir, es que en un momento dado haya una contradicción entre un hadiz y el ‘amal de la gente de Medina, qué se debe hacer en ese momento? Cuál debe ser nuestra forma de actuar? Podemos hacer lo que dijo el Imam Malik: “Los ‘ulama de entre los Seguidores transmitían un hadiz que les había sido transmitido por otras personas y luego decían: ‘Esto lo sabemos, pero el ‘amal que nos ha llegado desde el pasado es diferente’”.

O como dijo Rabiah, que Allah esté complacido con él: “Yo prefiero mil de mil antes que uno de uno, porque uno de uno os arrebatará la Sunnah de las manos”.

Esto es exactamente lo que ha ocurrido. ¿Por qué ha sido así? Malik dijo: “En un momento determinado regresaron unos miles de Compañeros de una expedición en la que acompañaban al Mensajero de Allah. Unos 10.000 de ellos murieron en Medina y el resto se dividió por varias ciudades. ¿A quiénes preferirías seguir y admitir sus veredictos? ¿A los que he mencionado y en cuya presencia murieron el Profeta y sus Compañeros, o aquellos entre los que murieron uno o dos de los Compañeros del Profeta?”.

Comprendemos ya el asunto no? No es posible que toda una generación de gente (los sahaba) dejara de hacer las cosas de una manera determinada y las hiciera de otra sin que hubiera habido una orden directa del Mensajero de Allah; si no, no habría motivo para cambiar el como hacían esa cosa. El propio Imam Malik se refiere a ello como “una herencia que nos ha sido legada de generación a generación hasta llegar a nuestros días”.

Esta es la clave, una herencia legada de generación a generación, una distancia únicamente de tres generaciones, en el lugar en el que se estableció el Mensajero de Allah, en el lugar en el que descendió gran parte del Corán, en el lugar en el que Islam se completó y se perfeccionó, en el lugar en el que los sahaba permanecieron haciendo lo mismo que habían visto hacer al Mensajero de Allah, enseñándoles a sus hijos, no con palabras si no con acciones, con la práctica lo que habían visto y habían hecho junto con el Mensajero de Allah.

Esta es la pureza del madhhab al Maliki, el Madhhab del Shaykh Al Akbar, el madhhab del Imam de los muhayirin y de los ansar, el Imam de dar al Hiyra, el Imam que no tenía miedo a decir NO SE cuando no sabía un asunto, el Imam que fue fiel y escrupuloso en todo momento, fijándose más en lo que hacía la gente a su alrededor, en el ‘amal de Medina que en los hadices transmitidos, a pesar de que su cadena de transmisión, era la cadena de transmisión de Oro; el Imam sobre el que dijo el Mensajero de Allah: “Están cercanos los días en los que la gente reventará los hígados de sus camellos en la búsqueda de conocimiento, pero no hallarán a alguien con más conocimiento que el ‘alim  de Madinah”. Este ‘alim de Medina, es el Imam Malik Ibn Anas, sobre el que el también Gran Imam Ashhafii’, dijo: “Cuando se mencionan los ‘ualamás, Malik es la estrella”.

El madhhab del Imam Malik es el madhhab de Medina, el maddhab del lugar en el que está enterrado el Mensajero de Allah, el madhhab de la ciudad del conocimiento, la ciudad en la que no había innovaciones, pero que cuanto más te alejabas de ellas más innovaciones encontrabas, mayor era el numero y el alcance las innovaciones, porque era y es imposible, que haya un río mas puro que el río que nace del propio manantial, de la propia fuente, de la propia ciudad de Medina.

SHAFII’

Vamos a abordar ahora la tercera escuela, el tercer madhhab, que es el madhhab Asshifi’. El Imam y fundador del madhhab al shafii’, fue: Abu Abdullah Muhammad ibn Idris ash-Safi’i; nació en el año 150 de la Hégira (el mismo año en el que murió el Imam Abu Hanifa) correspondiente con el año 767 de la era cristiana. Según la mayoría de los historiadores nació en Gaza, Palestina y a la edad de dos años, tras la muerte de su padre, su madre decidió irse a vivir a Meca.

En Meca estudió fiqh y tafsir con grandes ‘ulamas, todos ellos compartían el mismo origen de su conocimiento que no era otro que el noble Compañero Abdullah Ibn ‘Abbas y en concreto todo su comentario del Corán, este conocimiento tendrá mucha influencia en la metodología del madhhab ashafii’ como veremos más adelante. Desde pequeño dio muestras de un intelecto privilegiado, memorizó el Corán cuando tenía siete años y cuando tenía diez ya había memorizado también el Muwatta del Imam Malik.

A pesar de haber alcanzado ya un alto conocimiento allí en Meca, y ser un ‘alim respetado cuando no contaba más de veinte años de edad, no estaba satisfecho, con lo que se decidió ir a Medina a estudiar con el Imam Malik, que era considerado como la “Estrella Luminosa” y respetado por todos los grandes maestros que había tenido Asshafii’.

El propio Imam Shafi’i narra su entrada en Medina y su primer contacto con el Imam Malik diciendo: “Llegué a Medina después del Salat al Asar, hice la oración en la Mezquita del Mensajero de Allah y vi a Malik Ibn Anas con un grupo de alumnos a su alrededor; diciendo: ‘Me ha transmitido Nafia’, de Ibn ‘Umar, del que está en esta tumba’ y señaló la tumba del Mensajero de Allah (recordad que está es según el Imam al Bujari la cadena de transmisión de Oro, el Imam Malik, de Nafia’, de Ibn Umar, del Mensajero de Allah) y dice el Imam Ashfi’i: “Cuando vi esto sentí un inmediato carisma hacia él”. Luego el Imam Shafi’i se acercó al Imam Malik y cuando este le vio, le dijo: “Oh Muhammad, ten temor de Allah y aléjate de la desobediencia, pues ciertamente tu tendrás una de las grandes posiciones. Allah ha puesto una luz en tu corazón, no la apagues con la desobediencia”. Permaneció en Medina hasta la muerte del Imam Malik, en el año 179 de la Hiyra.

Tras la muerte del Imam Malik, Imam ash-Shafi’i fue nombrado qadi de Naŷran por el gobernador del Yemen. Permaneció en ese lugar durante cinco años, pero su inflexible aplicación de la justicia y su condena de toda transgresión le hizo ser ganarse la antipatía de los que detentaban el poder y la corte. Le calumniaron ante el Califa acusándole de rebelión, razón de que fuera enviado a Bagdad para ser sometido a juicio. Consiguió ser exculpado pero no volvió al Yemen, sino que se quedó en Iraq estudiando con Muhammad ibn al-Hasan ash-Shaybani, uno de los grandes alumnos del Imam Abu Hanifah.

Pasados un par de años regresó a Makkah, lugar donde de hecho comenzó su carrera como maestro. Permaneció en Makkah durante casi diez años y en el año 195 H. visitó Bagdad por segunda vez donde se quedó durante dos años. Volvió a irse y regresó de nuevo el 198 H. para al año siguiente ir a Egipto donde permanecería el resto de su vida, muriendo en Fustat el último día del mes de Raŷab del año 204 a la edad de 54 años.

Esta sería una breve biografía del Imam Shafii’, la razón de que la hayamos mencionado es porque todos los movimientos que hace, tienen una gran relevancia en el desarrollo de su método. Tanto Imam Abu Hanifah como Imam Malik permanecieron relativamente estacionarios durante sus vidas; esto significaba que la fuente de su conocimiento estaba limitada geográficamente y, en consecuencia, era bastante coherente en su forma de abordar el Din. Por otra parte, como acabamos de ver, Imam Shafi’i viajó mucho y vio muchas maneras diferentes de enfocar el Din. Lo cierto es que podría decirse que estudió el fiqh con la mayor parte de los ‘ulama de su época.

Comenzó aprendiendo el fiqh de Ibn ‘Abbas en Makkah. Luego fue a estudiar el fiqh de Imam Malik en Madinah. Aprendió el fiqh de al-Awza’i, la escuela de Siria, de su compañero ‘Umar ibn Abi Salam. Estudió el fiqh de Imam Abu Hanifah, la escuela de Iraq, con su seguidor Muhammad ash-Shaybany y también el fiqh de al-Layz ibn Sa’d, el faqih de Egipto. CADA UNA CON SUS DIFERENCIAS

El Imam Shafi’ era un hombre con un intelecto brillante, entonces él tras mucho viajar analiza en detalle la situación de los musulmanes, ve las diferencias en la metodología de las escuelas y se da cuenta de que el Islam está en peligro, de que ese bebé recién nacido que era el Islam estaba en ese momento de su vida en el que requiere una protección y atención de 24 horas.

A fin de proteger y atender a este bebé el Imam ash-Shafi’i establece un sistema, establece unas bases, un método con el que salvar el bebé de todo mal, o realmente, y mejor dicho establece unas bases para proteger al Din de caer en el mismo destino que las religiones anteriores en las que las enseñanzas de sus profetas se cambian, tergiversan y olvidan hasta que se terminan perdiendo.

Él no sigue la escuela de la opinión, que como sabemos es la escuela de Iraq, a pesar de haber vivido en Medina y de ser alumno del Imam Malik tampoco sigue la escuela de Medina y no la sigue porque percibe que la gente que no ha vivido en Medina no puede acceder a ella y por eso la ve un poco limitada, así que valorando todas las opciones y repito, basándose en su brillante intelecto, crea una nueva metodología, que es la metodología que ha recibido en sus primeros años de aprendizaje en Meca, la metodología del gran compañero Ibn ‘Abbas, el conocido como el traductor del Corán.

Las enseñanzas de Ibn ‘Abbas estaban firmemente basadas en su comentario del texto del Corán, para lo cual había recibido permiso explícito del Profeta. El Corán es por supuesto un libro, bueno, en verdad no es un libro, es el Libro; por esta razón, un elemento fundamental de la metodología transmitida por Ibn ‘Abbas era el análisis literal del texto. Esto significaba conceder una atención particular a lo muŷmal (sin especificar) y lo mufassal (detallado), lo mutlaq (sin restricciones) y lo muqayyad (cualificado), a lo jass (específico) y a lo ‘amm (general).

El Imam Shafi’i era un maestro en esto, era un genio en el análisis literal del texto, y eso  produjo un nuevo campo de especialización para los fuqaha que no había existido con anterioridad.

Y no se si recordaréis, que antes hablamos de las condiciones necesarias para hacer Iytihad, que es lo que realmente hace el Imam Ash-safi’i, de esas trece condiciones hay una que es:

7. Conocer el Corán. Y esto implica conocer las distintas causas de la revelación de las diferentes aleyas que versan sobre la ley, sobre los ahkam; conocer las abrogadas y las abrogantes; conocer cuáles son todas y cada una de las aleyas que versan sobre la ley (unas 500 aproximadamente); conocer los comentarios del Corán efectuados por el Profeta – la paz sea con él –, los Compañeros, los Seguidores y los demás eruditos en la ciencia del Tafsir; conocer las distintas lecturas o recitaciones del Corán y las implicaciones jurídicas que sus diferencias puedan originar.

Y lo mismo sobre el Hadiz.

El examen detallado de la palabra escrita era el núcleo de la metodología que estableció el Imam Shafi’i. Creo un método en el que toda acción, mejor dicho todo juicio que se diera, tenía que estar aprobado por una evidencia textual válida. Con este sistema era imposible expresar una opinión que no tuviese un texto ratificado; de esta manera, la posibilidad de innovación en la Shari’a se reducía de forma drástica y lo consiguió. No obstante, y esto es algo que tenemos que decir, toda moneda tiene dos caras, y en este literalismo o textualismo del Imam Shafi’ residen tanto la fuerza como la debilidad de este sistema.

Su sistema logró el objetivo buscado: detener la acelerada ruptura y la gran diversidad de opiniones que había en el mundo musulmán de la época.

Otra cosa que hay que agradecer al Imam Shafi’ es que como su sistema necesitaba pruebas textuales, se hizo necesario reunir la mayor cantidad de hadices auténticos del Profeta; de hecho la mayoría de las grandes colecciones de hadices han sido compiladas por ‘ulama que eran seguidores del madhhab Shafi’i.

No obstante, y esto tal vez sea el “pero” que ponemos a este madhhab, es que esto, este análisis detallado y riguroso del Corán y de la Sunna, también significó que el Libro y la Sunnah se vieron tratados de una manera que no había existido hasta ese entonces. Hasta esos días, la Sunnah consistía en la práctica transmitida del Profeta y de la primera comunidad de musulmanes de Medina. En muchos casos existía una confirmación textual de eso que se estaba haciendo, pero había muchos otros en los que la práctica en cuestión había pasado de generación en generación sin que hubiese texto alguno que la refrendara.

Hasta el momento en que apareció Imam ash-Shafi’i la Sunnah era, sencillamente y en muchos casos, la manera en la que los musulmanes vivían sus vidas protegidos por los ‘ulama que habían dedicado las suyas a garantizar que no habría cambio alguno en lo que habían recibido del pasado. No obstante, tras Imam Malik, la Sunnah empezó a identificarse cada vez más con los hadices, con el peligro que eso significa; ya que como recordaréis, hemos hablado que la Sunna es el hadiz, pero es también el ‘amal.

Esto significaba que, a no ser que hubiese un texto que autorizara una acción, ésta ya no era considerada parte de la Sunnah por mucho que hubiese sido practicada por los musulmanes de los primeros días. No sólo eso; el sistema de análisis textual del Imam Shafi’i significaba que incluso las acciones que tenían este refrendo textual se veían afectadas por cómo se  interpretaban los textos de forma que, en algunos casos, dichas acciones eran cambiadas por la metodología de Imam Shafi’i, algo que se aplica tanto al Corán como a los hadices.

Vamos a ver ahora dos ejemplos concretos, uno relacionado con el Libro y el otro con la Sunnah, que nos servirán para ilustrar la metodología del Imam ash-Shafi’i:

En la Surat an-Nisa, aleya 43, Allah dice:

“¡Vosotros que creéis! No os acerquéis al salat ebrios hasta que no sepáis lo que decís; ni impuros hasta que no os lavéis. Y si estáis enfermos o de viaje o viene alguno de vosotros de hacer sus necesidades o tocado a las mujeres y no encontráis agua, procuraos tierra limpia y pasáosla por la cara y las manos. Es cierto que Allah borra las faltas y es Perdonador”.

En lo que respecta a las palabras o tocado a las mujeres”, los musulmanes anteriores al sistema de Imam ash-Shafi’i, habían siempre interpretado que tenían una connotación de deseo; es decir, la renovación del wudu’ solo era necesaria tras algún tipo de caricia sexual. La palabra que se utiliza en el Corán para “tocar”, lamasa, puede significar solo eso, sin necesidad de contacto sexual de tipo alguno.

Al aplicar su método de análisis textual rigoroso, Imam ash-Shafi’i llegó a la conclusión de que debía tomarse la interpretación más exhaustiva y proclamó que todo contacto entre hombres y mujeres era suficiente para romper el wudu’. Esto significaba un cambio importante en la práctica habitual de la gente.

Con respecto a la Sunnah hay un ejemplo de cambio similar de la práctica en lo que respecta a la oración. En el Sahih al-Bujari encontramos transmitido por ‘Ubadah ibn as-Samit, que Allah esté complacido con él, que el Mensajero de Allah, dijo: “No hay oración para todo aquél que no recite al-Fatihah del Libro”. Todos los primeros musulmanes aceptaban que al-Fatihah tenía que ser recitado en cada rak’at de la oración.

No obstante, la aceptación casi universal era que, en las oraciones en voz alta, la recitación de al-Fatihah por el Imam era suficiente para cubrir la recitación de todos los que recitaban detrás de él. Pero tras la aplicación del sistema de Imam ash-Shafi’i al texto del hadiz, se juzgó necesario que cada persona recitase al-Fatihah en cada rak’at, algo que obligaba al Imam a detenerse un rato tras sus recitación de al-Fatihah para permitir que los que rezaban con él pudieran completar su recitación individual. Esto introdujo de nuevo una práctica que no habían seguido los musulmanes anteriores al Imam ash-Safi’i.

De esta metodología implantada por el Imam Ashfii’, es decir, ese textualismo en su aplicación del Libro y la Sunnah, el “Problema” que tenía es que se basaba, casi por completo, en las indicaciones externas y manifiestas de los textos. No tenía en cuenta a la hora de emitir un juicio, a la escuela de Iraq porque tendía a estar basada en el principio de opinión, o en el principio del qiyas, y tampoco seguía la escuela de Medina, por su tendencia a aceptar normas transmitidas sin una garantía textual que las respaldase. Como ya hemos visto, Imam ash-Shafi’i basaba su sistema casi por completo en textos que tomaba de la forma más literal y objetiva, algo que quizás le hacía equivocarse por su excesiva cautela.

Pero es innegable, que el Imam ash-Shafi’i asumió la responsabilidad de establecer los principios de una metodología de deducción con la que proporcionar una guía a todos los que estaban cualificados para emitir juicios sobre el Din y formular los requisitos exigidos.

Estableció un sistema universal basado sobre principios firmes que no dependía de opiniones, de precedentes o de la resolución de cuestiones hipotéticas; y logró crear una metodología que podían seguir todos los jueces y ‘ulama posteriores. Su influencia en el desarrollo del Islam es increíble, no puede ser suficientemente enfatizada, y es correcto afirmar que el Islam que hemos heredado en nuestros días tiene una deuda no pequeña con el sistema espléndido que Imam ash-Shafi’i formuló hace mas de doce siglos.

AHMAD IBN HANBAL

De esta manera llegamos al último de los cuatro Imames de los madhahib, que no es otro que el Imam Ahmad Ibn Hanbal. Pero existe una diferencia notable entre el Imam Ahmad y los demás Imams. Los tres primeros lo que hicieron fue crear una metodología específica: Imam Abu Hanifah la escuela de Iraq de la opinión, Imam Malik la escuela de Madinah de la transmisión directa y el Imam ash-Safi’i su propio sistema basado en el análisis textual. Del Imam Ahmad no se puede decir que haya diseñado una metodología para el fiqh

Pero vamos a ver un poco de su vida, para poder comprender estos aspectos. Su nombre completo es Abu Abdullah Ahmad bin Muhammad bin Hanbal Asshaybani, nació en el año 164 en la ciudad de Bagdad (14 años después del nacimiento del Imam Shafii’).  Cuando contaba con 22 años de edad comenzó a viajar por todo el mundo musulmán en la búsqueda del conocimiento, especializándose sobretodo en la ciencia del Hadiz. A los 40 años volvió a Bagdad donde se estableció y comenzó a enseñar a sus estudiantes, se dice que el número de estudiantes que tenía era de alrededor de cinco mil. Murió en el año 241 con 77 años de edad.

El entorno en el que nació y creció el Imam Ahmad muy diferente al de resto de los Imames, aunque es verdad que Abu Hanifa era también de Iraq cuando él vivía no tenía el peso que tenía durante la vida del Imam Ahmad ya que durante la vida del Imam Ahmad el califato Abasida estaba totalmente establecido y Bagdad era una capital imperial y muy diversa, un mundo totalmente diferente al mundo de Medina donde se había establecido, crecido y desarrollado el Islam desde sus orígenes.

En la época del Imam Ahmad, los elementos sobretodo persas habían llegado a dominar a los árabes y la sofisticación de la civilización persa comenzaba a imponerse a lo largo y ancho del mundo musulmán. Entonces había toda una mezcla con pueblos y razas distintas y se traducían al árabe textos de todo tipo; persas, siríacos, griegos, latinos, etc… El resultado de todas estas influencias, fue que no llegó a establecerse en Iraq el Islam de una manera que fuera más allá de los parámetros del Islam, es decir no llegó a imponerse una, si lo queremos llamar así, “cultura Islámica”.

A esto es a lo que se enfrentaba el Imam Ahmad cuando crecía en la capital del imperio; era un joven que tenía esa inquietud, un joven de corazón puro, muy inteligente, tremendamente temeroso de Allah, que se dio cuenta de que había que hacer algo, si no todas esas influencias podrían acabar imponiéndose al Islam.

Viendo este panorama, llegó a la conclusión de que lo que tenía que hacer era recuperar la imagen mas detallada y completa de la vida de los primeros musulmanes, por eso se dedicó a acumular la mayor cantidad posible de transmisiones de esa época, no sólo del Profeta, si no también de sus nobles compañeros.

Esta es la razón de que el Imam Ahmad sea más conocido como muhaddiz que como faqih; buscando ese conocimiento de los hadices es cuando emprendió los viajes por todas las regiones del mundo musulmán. Otra de las cosas que le distinguió en su tarea fue el uso de la forma escrita en su compilación de los hadices. A pesar de su memoria prodigiosa y reconocida, Imam Ahmad puso por escrito los hadices que recogía. El resultado final de su trabajo, que empezó cuando tenía dieciséis años y continuó a lo largo de la mayor parte de su vida, fue su gran obra por la que es mundialmente conocido, Al-Musnad, que contiene unos treinta mil hadices aproximadamente.

¿Por qué entonces a este gran muhaddiz que era Ahmad Ibn Hanbal, se le llega a considerar como un faqih, como un hombre de fiqh? Lo cierto es que el Imam Ahmad se convirtió en Imam del fiqh tras su muerte porque algunos de sus discípulos compilaron sus declaraciones, fatwas y opiniones creando con todo ello una forma legal, un método legal que le fue adscrito de manera póstuma. A esto sumamos el escrupuloso conocimiento que tenía de la ciencia del Hadiz, y también del Corán, ya que había sido alumno del Imam Shafii’ y había tomado su metodología para la ciencia del Hadiz.

Es posible que otra de las razones por las que se ha dado al Imam Ahmed este prestigio de ser considerado como uno de los fundadores de una nueva escuela del fiqh fuese su carácter absolutamente ejemplar que inspiró a mucha gente tomarlo como modelo durante el transcurso de su vida, era la excelencia del buen carácter y conducta llevada a la práctica.

No cabe duda de que los cuatro Imames de los madhhab tenían todos un carácter y una conducta impecables, tenían unas cualidades de carácter extraordinarias que les distinguían de sus contemporáneos y que en cierta medida, a parte del conocimiento que todos ellos poseían esas cualidades, ese comportamiento fue un factor también importante para alcanzar el rango que alcanzaron.

Los cuatro imames poseían ese carácter y comportamiento especial, pero el Imam Ahmad gozaba de una reputación, que era una realidad, no sólo reputación que eclipsaba a todos los demás. Y esto es así ya desde su juventud más temprana, desde su niñez incluso era conocido por su integridad, totalmente incorruptible que se pondría a prueba en los años posteriores, cuando iba a llegar una situación que lo encumbraría todavía mas, ya que a diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, sufrió durante mas de dos años tremendos castigos y encarcelamiento por negarse a aceptar la doctrina de los Mu’tazil, que decía que el Corán había sido creado y se había convertido en la política oficial del gobierno Abasida; al que era totalmente contrario a la postura defendida por los primeros musulmanes. Castigado durante dos años, azotado, encarcelado por no someterse a lo que decían los desviados, por mantener firme en su creencia, por mantenerse inquebrantable en lo que sabía que era lo correcto.

Es decir el Imam Ahmad se mantuvo firme en lo que era correcto, en lo que había recogido en sus hadices y aprendido de sus maestros, y se mostró totalmente incorruptible. Este suceso demostró su paciencia y perseverancia que le iban a acompañar durante los muchos periodos difíciles que iba a atravesar a lo largo de su vida.

Entre las cualidades en las que destacaba también el Imam Ahmad se encontraban la generosidad que poseía, a pesar de que era una persona que no era rica, si no más bien podríamos decir que tenía escasez de medios, pero a pesar de ello todo lo que caía en sus manos lo repartía entre los necesitados. Era conocido por su tremenda sinceridad, por ser escrupuloso en todo lo que hacía, no transmitía un hadiz sin haberse asegurado con escrupulosidad de su cadena de transmisión, era una persona a la que Allah había librado del orgullo, ya que era totalmente modesto en todos y cada uno de los aspectos de su vida.

Era conocido también por su carácter alegre y por su buen humor, con lo que todo aquel que compartía unos momentos con él salía renovado en su amor por Allah y su Mensajero y sin ningún tipo de opresión ni dificultad; y a esto hay que sumar otra cualidad que probablemente fue la que le dio el estatus que tuvo y es que poseía una autoridad natural entre la gente que la garantizaba la atención de todos los que estaban a su alrededor y de todos los que le escuchaban.

A pesar de que el Imam Ahmad vivió dos siglos después del Mensajero de Allah y de sus compañeros, tenía una conexión tan grande con ellos, tenía esa conexión tan fuerte con los primeros días del Islam y tan resplandeciente era esa conexión con la luz del principio del Islam que en todo lo que hacía y todo lo que decía, que incluso algunos de sus contemporáneos lo describían como uno de los compañeros, o como uno de los tabi’in que no estaba viviendo en una época que le correspondía.

Todas estas cualidades, el amor que daba hacia los demás y que hacía que los demás le amaran a él, el buen trato que tenía hacía sus contemporáneos, hacia todo aquel que se encontraba con él aunque fuera unos solos minutos; motivaron que el día de su entierro, el 12 de Rabi’ al Awal del año 241, acompañaran su cortejo fúnebre mas de trescientas mil personas; esto es increíble, trescientas mil personas, en una época en la que no se viaja en coche o en tren, es decir prácticamente todos los habitantes de la ciudad acudieron a su entierro, esto no es mas que una muestra de la posición que poseía, del buen trato que tenía hacia todos y cada uno de sus compañeros.

Resumiendo lo que es su madhhab, es que ya desde el principio se discutió mucho sobre si el Imam Ahmad podía ser considerado como fundador de un madhhab. No hay duda que pertenecía a una categoría diferente a la de los otros tres que representaban metodologías muy específicas a la hora de implementar el Libro y la Sunnah. El Imam Ahmad era único en su genero en lo que se refiere a la época y al lugar en el que vivió y que se esforzó en acercarse lo más posible al camino de la primera comunidad de Medina.

El propio Imam Ahmad dijo: “Un hombre no debe disponerse a dar juicios independientes sobre el Din a no ser que posea estas cualidades. Tiene que tener una intención clara porque, de lo contrario, no tendrá luz. Deberá tener conocimiento, moderación, gravedad y tranquilidad. Tiene que ser independiente y no estar en manos de otras personas. Y debe ser conocido por la gente”.

Ciertamente hay pocas personas a lo largo de la historia del Islam que hayan reunido estas cualidades como las reunió el Imam Ahmad; entonces podemos afirmar sin ningún tipo de duda que el Imam Ahmad era un muytahid del rango más elevado, absolutamente capacitado para emitir juicios relacionados con cualquiera de las cuestiones del Din.

Ahora que ya conocemos las cuatro escuelas y sus diferentes metodologías, vamos a ver en la actualidad dónde están presentes cada una de estas escuelas y vamos a hacerlo siguiendo el orden cronológico del nacimiento de cada uno de los Imames.

En primer lugar tenemos a Abu Hanifa, que como ya hemos mencionado, su nombre completo era: An-nu’man Ibn Zabit, Ibn Zuta, Ibn Marzuban; que nació (según la mayoría de historiadores) en el año 80 de la Hégira; correspondiente con el año 699 D.C. bajo el califato Omeya de Abdul Malik Ibn Marwan, y murió en el 150 H., el 14 de junio de 767 a la edad de 67 años.

En la actualidad el madhhab al hanafi se sigue en gran parte de Egipto, en Turquía, la zona de los Balcanes, en partes de Siria, Jordania, Iraq, en el sur de Rusia, Kazakistan, Turkeminstán, Uzbekistán, Pakistán, Afganistan, el este de Iran, zonas de la India musulmana, Kirguikistán, Tayikistán, en la zona oeste de China así como en Bangladesh.

En segundo lugar tenemos el Madhab Malikí, fundado por el Imam Malik cuyo nombre completo era: Abu Abdullah Malik Ibn Anas Ibn Malik Ibn ‘Amir. Su familia era originaria del Yemen y fue su bisabuelo Abu ‘Amir el que se estableció en Medina después de aceptar el Islam en el año segundo de la Hégira. El Imam Malik nació en el año 93 de la Hégira en la ciudad de Medina (recordad que Abu Hanifah nació en el año 80), correspondiente con el año 711 de la era cristiana.

En la actualidad el madhhab Maliki se sigue en Senegal, Guinea, Mauritania, el Sahara Occidental, Marruecos, Argelia, Mali, Túnez, Libia, Níger, Chad, Nigeria, Sudán, el sur de Egipto, partes de Eritrea y de Abisinia y en algunos puntos de la península arábiga, especialmente en algunos países del Golfo Pérsico.

El tercero de los Imames es como ya sabemos el Imam Ash-safi’i, cuyo nombre completo era: Abu Abdullah Muhammad ibn Idris ash-Safi’i; nació en el año 150 de la Hégira (el mismo año en el que murió el Imam Abu Hanifa) correspondiente con el año 767 de la era cristiana.

Actualmente el madhhab Ash-shafi’i se sigue partes de Mozambique, Tanzania, Kenia, Somalia, Etiopía, el este de Egipto, en gran parte del Yemen, el oeste de Iraq, el este de Turquía, en zonas del norte de Irán, en Malasia y en Indonesia.

Y ya por último tenemos el Mahdhab Hanbali, cuyo Imam fue Abu Abdullah Ahmad bin Muhammad bin Hanbal Asshaybani, nació en el año 164 en la ciudad de Bagdad (14 años después del nacimiento del Imam Shafii’). Murió en el año 241 con 77 años de edad.

En la actualidad el Madhab Hanbali se sigue casi en la totalidad de la península arábiga así como en zonas de Oman y de los Emiratos Árabes Unidos.

Así es como en la actualidad se siguen los cuatro madhhabs aceptados por Ahlu Sunna wal yama’ah, y decimos esto, porque como sabemos, a parte de Ahlu Sunna wal Yama’ah existen otras tendencias que están alejadas del verdadero mensaje del Din del Islam, entre esas “tendencias” destacamos a los shi’as que se dividen principalmente en tres escuelas, Isma’ili, Ya’fari y Zaidi; los ya’fari son los más extendidos en la actualidad y están asentados principalmente en Irán, en zonas de Iraq, del Golfo Pérsico, de Azerbayan y en algunos puntos de Afganistán y de Pakistán. Los Zaidi, o los Zaidiyas, que son también shi’as tienen una fuerte presencia en gran parte del Yemen y en el suroeste de Arabia Saudí.

Ya para terminar, vamos a hacer una metáfora de lo que significan la creación de los madhabs: Imaginad que el Islam es un río cuyo nacimiento era la primera comunidad y que ha discurrido durante más de catorce siglos hasta llegar a nuestros días, es evidente que los madhhabs han sido parte inseparable de este río. Pero la pregunta es ¿nos llevarán de nuevo a la fuente? Si seguimos con la metáfora del río y cambiamos los años por kilómetros, cuando remontemos la corriente llegaremos a una presa que está a unos doscientos veinte kilómetros de la fuente. Tras la presa hay un pantano inmenso en el que se contiene gran parte del agua del río antes de fluir de nuevo hacia el mar. Esta presa es el Imam Ahmad ibn Hanbal. A unos ciento ochenta y cinco kilómetros de la fuente descubriremos un canal que ha sido excavado y corre paralelo al curso principal durante cientos de kilómetros antes de unirse de nuevo al río en su curso más bajo. Ha sido primorosamente diseñado y permite que el agua del río original, filtrada y purificada, discurra de forma uniforme haciendo que sea fácil de gestionar y administrar. Este canal es el madhhab del Imam Shafi’i.

Si seguimos río arriba, a unos ciento veinte kilómetros de la fuente, descubriremos un afluente que, teniendo su manantial en unas colinas cercanas, desemboca en el río y sus aguas se mezclan. Esta es la metodología del madhhab de Imam Abu Hanifah. Y ya por último, un poco antes de llegar a ese afluente, descubriremos un sistema de compuertas con el que se regula y dirige el agua que procede del nacimiento del río. Esto es el Imam Malik.

Lo que esto pone de manifiesto es que sólo a través del Imam Malik tendremos acceso a las fuentes mismas del Din, a esa imagen primigenia del Islam en acción que tanto necesitamos para restablecer el Din aquí y ahora.

En este sentido, Imam Malik no debe ser considerado como el fundador del madhhab que lleva su nombre, sino como el Imam de Dar Al-Hiŷrah ─(la Morada de la Hiŷrah), Madinah al-Munawwarah─ y el compilador y transmisor del ‘amal ahl al-Madina, la Práctica de la Gente de Madinah. Como ya sabemos, Imam Malik consideró que su misión era recoger para la posteridad la tradición viva del Islam en acción, el Libro y la Sunnah en su forma original, que le había llegado inalterada a través de las dos generaciones que habían transcurrido desde la muerte del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz.

Esto representa con toda claridad la exposición más cercana de cómo se vivía el Islam por el Profeta y sus Compañeros, la transmisión continuada del Libro y de la Sunnah en el lugar donde había sido establecida, preservada e inalterada por las dos generaciones que habían vivido allí entre los días de la Primera Comunidad y la época de Imam Malik. Lo que nos transmite es esa energía vital, al natural, de los primeros días del Islam, los días del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, y la época inmediatamente posterior de los Julafa Rashidun, que Allah esté complacido con todos ellos, cuando el Din estaba en su fase poderosa de expansión y establecimiento. Por esta razón se le conoce a veces como el madhhab de ‘Umar, que Allah esté complacido con él.

Ese patrón de conducta es lo que hizo que Islam pudiera ocurrir; así pues, ¿qué mejor modelo podría haber para esta época en la que es tan necesario empezar desde los cimientos, en la que tan necesario es volver al origen?