Un viaje con historia; “cuarenta y tres niños andaluces, de padres marroquíes, y sus maestros visitan la casa museo de Blas Infante y la Sevilla Almohade”.    

“Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos,
hombres de Luz que a los hombres
alma de hombres les dimos.” 

Himno de Andalucía

Con motivo de la proximidad del día de Andalucía, La Asociación Cultural islámica “Blas Infante” de Almonte y la Fundación Mezquita de Sevilla, organizaron el sábado 18 de Febrero de 2023, una actividad cultural para acercar a los alumnos de la escuela de Arabe de Almonte, la vida de Blas Infante, padre de la patria andaluza, y los símbolos que, en la Asamblea de Ronda de 1918, se adoptaron como expresión de las Provincias andaluzas reunidas allí, esto es la Bandera y el Escudo de Andalucía. 

Comenzó la actividad en la misma puerta, y dentro del autobús, donde D. Estanislao Naranjo Infante, nieto del notario de Cantillana, se expuso a todo tipo de preguntas sobre la vida de su abuelo y los significados de los colores de la Bandera andaluza y el escudo. Los alumnos estuvieron muy acertados en sus preguntas, y D. Estanislao, que había gestionado esta visita, a petición de Sidi Said M´fetah, director de la escuela de árabe, estuvo muy amable con los niños, y les relato los hitos más importantes de la infancia y juventud de D. Blas. Así que antes de entrar al recinto habían repasado de la mano del propio nieto los contenidos que se iban a desarrollar en el interior. Esta proximidad, esta familiaridad que todos los presentes percibimos dio un carácter entrañable a todo el recorrido por las distintas estancias y dependencias, junto a la paciencia y justa transmisión de los monitores que nos guiaron. Especialmente Alicia con el grupo de los más pequeños que puso tesón y paciencia en todo el recorrido.

Cuando entrabamos hacia Dar al Farah, mirando al grupo de los pequeños entre 5 y 10 años, comente a D. Estanislao la cantidad de niños y niñas que habían participado en esta actividad, a lo que él me respondió: “son el futuro”.

Uno en el momento no cae en todo lo que eso significa. Pero cuando desde la distancia se van aclarando las circunstancias, se aprecian significados muy destacados. Claro, son el futuro, porque ellos, que han nacido de padres jornaleros e inmigrantes, están tomando los referentes de nuestra cultura, de nuestro arte, de nuestro idioma. Cuando los oigo hablar, yo que pase mi juventud vinculado a este pueblo, digo, es que son Almonteños. Ellos son el futuro, porque les tocará, aportar en esta tierra en la que viven, no solo desde los trabajos que sus padres dignamente realizan, sino que la esperanza que tenemos es que sean Médicos, Ingenieras, Maestros o Empresarias, gente que den valor y luz a esta tierra de hermosura que es Andalucia. Y la amen, con una mirada solidaria y superadora de la historia como se ha contado. Son el futuro porque son una realidad en nuestro país entero, desde Punta Paloma a los Pirineos.  

Concluida esta parte, en las mismas dependencias los alumnos tomaron un refrigerio, antes de partir hacia el próximo punto de encuentro: La torre del Oro, donde cogería el relevo a los que habían dirigido la primera visita.  

Descendimos hasta la cota cero de la ciudad, el Rio Grande. Para que entendiesen la altura que ha tenido que desarrollar la ciudad para defenderse de las crecidas históricas del Guadalquivir.  Explicamos la Torre del Oro, como torre albarrana, entrando en los arenales desde la muralla defensiva y como esta muralla, a la que nos acercamos desde la Torre de la Plata, también ejercía de muro de contención para las avenidas del Guadalquivir.  Con mucho orden y bajo el cuidado de sus maestros, la señora Hind Sbai, y los señores Abdelkrim Abdelilah y Younes Charroud, nos encaminamos hacia la puerta de Abdelaziz y a través de ella, a la puerta de entrada a los Reales Alcazares, la puerta del León. Tras organizar una foto de grupo en la misma plaza de Triunfo, la explanada de los Jaldun en la historia, con la puerta Neogótica de la Catedral a la espalda y el Archivo de Indias a la derecha, nos encaminamos para ver el Alminar de la Mezquita Yamia de Sevilla, la Giralda. A esa altura de día, las dos de la tarde, los más pequeños ya empezaban a dar signos de cansancio, así que pusimos rumbo hacia la sede de la Fundación Mezquita de Sevilla. Atravesamos casi sin descanso, desde la Giralda a la Plaza del Pan, dejando a la izquierda la mezquita de Ibn Adabbas, y buscando la Encarnación para dirigirnos hacia Santa Catalina, que nos recibió con su espléndido Alminar, anunciando que llegábamos a la Plaza Ponce de León, donde reposarían y aplacarían las ganas de comer que da estas largas caminatas, con un buenísimo cous-cous cocinado especialmente para ellos y ellas, porque la mitad del grupo era femenino.  Los padres y las madres aprovecharon la musalla de nuestra Fundación y, antes de servir la comida, realizaron la plegaria del mediodía, acompañados por los que ya tenían obligación de orar.  

La comida para los sesenta que nos habíamos reunido, fue servida por un grupo de padres voluntarios de la Fundación y algunos de nuestros hijos que habían venido a ayudar. 

La parte final del día fue más lúdica y abierta, apreciando la majestuosidad de la Plaza de España y paseando por el parque de Maria Luisa. 

Me decía Sidi Said, que era la primera vez en la historia de su asociación que se había organizado un viaje con los hijos de los miembros de la comunidad marroquí de Almonte. Y que si todo iba bien, sería la primera de otras visitas que podríamos realizar en conjunto las dos entidades, y Mértola en Portugal apareció en el horizonte. 

Por último es de agradecer la colaboración prestada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Almonte que sufragó los gastos del transporte, haciendo posible la realización de este “histórico” viaje. Un viaje que nos ha hecho descubrir una realidad viva en nuestra tierra y que merece atención, aprecio y reconocimiento.

Jalid Nieto, Vicepresidente de Fundación Mezquita de Sevilla, cronista del viaje.